¿Conoces la historia del Fantasma de Koenigsegg?

El Fantasma de Koenigsegg
Ahora entendemos por qué aparecen en las pesadillas de Ferrari...

Si te gustan de verdad los coches de altas prestaciones, es imposible que no hayas oído hablar del fabricante afincado en Suecia y padre de algunos de los deportivos más espectaculares del mundo. Pero puede que nunca hayas escuchado la historia del Fantasma de Koenigsegg. Busca un lugar cómodo, que te la cuento...

Tendrás que esperar dos años para disfrutar de tu Koenigsegg si te compras uno

Corría el año 1994 cuando Christian von Koenigsegg decidió crear su propia compañía de supercoches, dando a luz tan sólo dos años después al Koenigsegg CC, el primer prototipo de la firma que atrajo la atención de propios y extraños en su particular puesta de largo: el Festival de Cannes de 1997. Animado tras el interés despertado por su primera creación seria, el joven sueco -que en el momento de fundar la empresa tenía sólo 22 añitos- emprendió la producción del CC8S en el año 2002 -un espectacular deportivo que logró ganar, entre otros premios, el Récord Guiness al motor más potente en un vehículo de producción-. 

Desafortunadamente, en 2003 un grave incendio destruyó el edificio donde los primeros Koenigsegg estaban siendo montados a mano -tal como se hace ahora-, aunque se pudo salvar una gran parte del material y productos ya terminados mientras las llamas continuaban devorando hasta el último centímetro cuadrado de su nave.

El ejército de Suecia decidió entonces ceder al reducido equipo de Christian un hangar vecino a sus primeras instalaciones, que les continuaba dando la oportunidad de gozar de un buen acceso a su propia pista de pruebas. Este dormitorio de aviones de combate fue el encargado de proteger durante muchos años a los cazas del Escuadrón Fantasma, una división de las fuerzas aéreas suecas conocido así por nunca ser visto al salir a volar siempre antes del amanecer y volver a tierra tras el ocaso. "The show must go on" era el eslogan exhibido en el fuselaje de las aeronaves, y éste inspiró al joven empresario nórdico para adoptar a su emblema como su propia mascota: así es la historia del Fantasma de Koenigsegg. 

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Sí, en este caso se puede afirmar sin lugar a dudas que todo Koenigsegg lleva consigo a un verdadero fantasma. Pero no el tipo de fantasma con un Opel Calibra ensanchao que dice hacer vencido a un GT-R en una carrera de aceleración en los alrededores de una discoteca. No. Un fantasma de los de verdad. ¿Te ha gustado la historia del Fantasma de Koenigsegg? A nosotros también. Como todo lo que hacen...