Los tres mejores motores Toyota de la historia
Como se suele decir, lo importante está en el interior
Los motores son lo que puede marcar la diferencia en un coche y una marca como Toyota, que suma ya más de 80 años de historia, ha creado algunos inolvidables. Por esta razón, hoy os hablamos de los tres mejores motores Toyota de la historia, de aquellos que han dejado huella en el inmenso universo automovilístico.
Hay muchos ejemplos para elegir, ya que la marca japonesa ha concebido bloques realmente fiables y algunos con grandes prestaciones. Sin embargo, los hay que han ido un poco más allá de lo esperado y eso es lo que les ha hecho especiales.
2JZ-GTE
No cabe duda de que este es uno de los motores más conocidos entre los amantes del automovilismo japonés. Se trata de uno de los propulsores del icónico Toyota Supra A80 y esta versión, que era la variante biturbo, es una de las mejores obras de la marca asiática.
Hablamos de un motor de seis cilindros en línea de 3 litros que rendía unos 330 CV de potencia y 451 Nm de par máximo. Esto ya garantizaba unas buenas prestaciones, pero una de las virtudes del 2JZ-GTE era su potencial, ya que con pocas modificaciones podía ofrecer mucho más. Esto, sumado a una gran fiabilidad, resultó en uno de los mejores motores Toyota de la historia.
1JZ-GTE
Es una opción menos evidente, pero también una de lo más interesante. La familia JZ de motores de la marca japonesa también contó con los 1JZ, que se montaron en coches como el Supra A70, el Chaser y el Soarer.
Como en el anterior propulsor, el 1JZ-GTE era la opción más prestacional. De nuevo, se trata de un seis en línea biturbo, en este caso de 2,5 litros, que rendía algo más de 280 CV de potencia y 380 Nm de par máximo. El 2JZ llegó algo después y le superó en algunos aspectos, pero no deja de ser un motor con muchas posibilidades.
4A-GE
Sergio Ríos
No ofrecía una potencia descomunal, pero es un gran propulsor. Encontrado habitualmente en el Toyota Corolla Levin/Sprinter Trueno (AE86), este motor de cuatro cilindros en línea ofrece un sonido inconfundible, multitud de posibilidades de modificación y una gran resistencia.
Se encontró en versiones de 16 y 20 válvulas y normalmente ofrecía unos 130 CV de potencia y 140 Nm de par máximo. Sin embargo, ofrecía un amplio rango de revoluciones -hasta unas 8.000 rpm- y era más que suficiente para mover un coche ligero como el AE86. Eso sí, como era habitual, siempre se podían incrementar sus capacidades con algunos ajustes.
