Vídeo: Los momentos inolvidables del GP de Mónaco F1 (1/)
Memorabilia Mónaco
SENNA VS MANSELL MONACO 1991
Ayrton Senna, el Príncipe de Mónaco
Mónaco 1988: Senna firma la mejor vuelta de la historia en F1
Tributo a la figura de Ayrton Senna en Mónaco
Accidente de Michael Schumacher en Santa Devota durante el GP Mónaco 1996
Atasco en Loews durante el GP Mónaco 2000
Ayrton Senna onboard lap around Monaco 1990
Hamilton firmó en Mónaco 2008 una de sus mejores victorias en la F1
GP MÓNACO 2010: La mayor remontada de Alonso, desde el 24º hasta el 6º. Una hazaña salvaje
El GP Mónaco 1983 convertido en una pista de hielo
Jean Alesi bailando en el GP de Mónaco 1990 con su Tyrrell
Schumi obstaculizó a Alonso en la pista en la clasificación del GP Mónaco 2006
En este vídeo se aprecia cómo Daniel Ricciardo tuvo que esperar la llegada de sus mecánicos para el cambio de ruedas en el GP de Mónaco 2016
Mad Max Verstappen se lució con un brutal adelantamiento en Mónaco y sobre el agua
Gran salida de Ferrari en el GP de Mónaco 1999
Probablemente el gran premio donde resulta más difícil adelantar de todo el calendario sea Mónaco. En la edición de 1999 los Ferrari de Michael Schumacher y Eddie Irvineprotagonizaron una salida increíble. Arrancaron 2º y 4º detrás de los McLaren de Mika Hakkinen y David Coulthard, respectivamente.
Pero, al final de la recta de salida -por llamarle algo- los dos monoplazas de la Scuderia superaron a los McLaren. Dos pasadas que te quitan la respiración. Los monoplazas rojos encontraron un hueco, o se lo inventaron, donde no existía.
Si te fijas en las imágenes, comprobarás que la maniobra resulta prácticamente imposible. No hay espacio para ella. Aun así, lo consiguieron. Schumacher e Irvine coparon las dos primeras plazas con una acción al límite. Impresionante.
El accidente de Max Verstappen en el GP de Mónaco 2015 tras embestir a Romain Grosjean
Monaco 2013: Una paloma se libra de milagro de la rueda de Nico Rosberg
Formula 1 Monaco Grand Prix view from Fairmont Monte Carlo
Con la excusa de la carrera de este finde, repasaremos 5 momentos inolvidables del GP de Mónaco F1. Y es que la prueba en la Costa Azul es la más atípica y especial del año. Glamour, lujo, ostentación, pero también historia, tradición y leyenda automovilísticas se dan cita en sus calles.
La configuración del Circuito Urbano de Montecarlo, con las barreras pegadas a la pista y sus traicioneras curvas como Loews, hace que solo los más valientes salgan airosos de esta auténtica batalla deportiva. Competir durante casi dos horas (78 vueltas) y no terminar chocando contra las protecciones, exige un ejercicio de concentración y destreza al volante brutales. Son muuuuuchos los que fracasan en el intento.
Sin duda es una de las competiciones clásicas y más complicadas dell Motorsport, un territorio reservado para los héroes que marca la diferencia entre los hombres y los niños.
Coronarse allí es acceder por derecho propio al Olimpo del Motorsport. Ayrton Senna, escoltado por Graham Hill y Michael Schumacher, es el auténtico Príncipe de Mónaco. Veamos por qué.
Senna, el Príncipe de Mónaco
En la tierra de los Grimaldi, Ayrton Senna sobresale por encima de otros grandes de la especialidad. Así lo demuestran sus récords en una carrera en la que se sentía como en el jardín de su casa. Nadie podía superarle en su patria deportiva.
En nuestra retina permanecen multitud de hazañas que firmó allí el carioca y que ya pertenecen a la mitología de la F1. Por destacar solo algunas recordamos su casi victoria con un Toleman-Hart en su primera participación (1984), la considerada vuelta perfecta (1988), la victoria sobre Prost (1989) y la inolvidable batalla con Mansell de 1992.
La leyenda dice que solía retar a los comisarios de pista para que éstos situaran cerillas en los guardarraíles y él las partiera con las ruedas traseras.
Allí venció en 1987, 1989, 1990,1991,1992 y 1993, además de ser el poleman en 1985, 1988, 1989, 1990 y 1991 y firmar las vueltas rápidas de 1984, 1987,1988 y 1990. Ah, por si te parece poco, también visitó el podio en ocho ocasiones.
Nadie ha conseguido batir los números de Senna en el Principado, simplemente porque son in-su-pe-ra-bles. Es evidente que el paulista ha protagonizado varios de los momentos inolvidables del GP de Mónaco F1
Graham Hill, Mr. Mónaco
Antes de la llegada del brasileño, el británico Graham Hill, otro genio del automovilismo, reinó en el Principado durante la década de los 60. Su dominio fue tan apabullante en esa época que se le conocía con el apodo de Mr. Mónaco. Y no es para menos después de ganar en 1963, 1964, 1965, 1968 y 1969 y de lograr las poles de 1965 y 1968.
El simpático bigotudo, con su típico casco de rayas blancas verticales, nos regaló varios de los momentos memorables del GP de Mónaco F1. Sigue siendo el segundo corredor que más veces venció en Montecarlo junto a Schumacher. Además se mantiene como el único ganador de la Triple Corona del Automovilismo.
Schumi, el Káiser del Principado
El corredor con más títulos (7) en la Categoría Reina, Michael Schumacher, dominó con mano de hierro en los 90 en Montecarlo. Sus cinco victorias (1994, 1995, 1997, 1999 y 2001) le convierten en otro de los monarcas del pequeño estado. De hecho, tras Aytron Senna, comparte el segundo peldaño del podio por triunfos junto al mencionado Hill.
Y por si fuera poco, ostenta la plusmarca de vueltas rápidas (5) en carrera, hito que nadie ha osado superar. Además firmó las poles de 1994, 1996 y 2000 y un puñado de momentos inolvidables del GP de Mónaco F1.
Por cierto, si después de leer los momentos inolvidables del GP de Mónaco F1, te quedan ganas de más motor, ahí tienes a los mejores corredores de la especialidad.
Siento deciros que con Ayrton Senna no soy objetivo. Es mi auténtico ídolo. Si alguno de vosotros tiene dudas de por qué Senna es el más grande os invito a que disfrutéis con la carrera del GP Mónaco 1984. Inmediatamente lo entenderéis. Aquel año debutó en la F1 con un humilde Toleman. Pero el diluvio universal que se extendió por las lujosas calles del Principado obró el milagro. Las mecánicas se igualaron y ante esa cortina de lluvia emergió una leyenda. Ayrton fue adelantando a los bólidos que le precedían hasta que se decidió suspender la carrera. En esos momentos comandaba la prueba un tal Alain Prost. El francés comprobaba como poco a poco se acercaba el bólido del carioca, tras él. Entonces la dirección de carrera decidió suspenderla. Ahí, además de un mito, nació una de las rivalidades deportivas más intensas de todos los tiempos. El piloto que conversaba con Dios fue capaz de explorar nuevos límites en la conducción de cada monoplaza al que se subía. Siempre buscaba las fronteras de la física para ser el más rápido. Su brillante trayectoria se truncó el 1 de mayo de 1994. Ese día alcanzó la inmortalidad en la maldita curva de Tamburello en el GP de San Marino, Ímola donde se estrelló. Desde esa fatídica fecha reina en el Olimpo automovilístico junto a otros ilustres compañeros. Era más veloz y competitivo que ningún rival. Solo pensaba en la victoria y en la perfección. Así lo define su frase: “El segundo clasificado es el primero de los perdedores.” En el ámbito personal fue un ciudadano muy comprometido con las causas sociales. En Brasil recuerdan sus donaciones para la construcción de hospitales y escuelas. A este respecto solía comentar lo siguiente: “No puedo vivir en una isla de prosperidad, cuando estoy rodeado de un mar de miseria." Talento, magia, carisma y humanidad en uno de los corredores más recordados e idolatrados. El paulista permanece muy vivo entre sus fans. Fue campeón del mundo en 1988, 1990 y 1991. Corrió 11 temporadas en las que participó en 161 grandes premios, firmando 41 victorias, 65 poles, 19 vueltas rápidas y 80 podios. A día de hoy nadie ha osado destronar al príncipe de Mónaco, ganador en 6 ocasiones en el trazado más exigente y técnico del globo.
Juan Manuel Fangio
El argentino Juan Manuel Fangio es sin ninguna duda uno de los corredores más grandes del motor. Y además es considerado por muchos expertos como el primer astro de las carreras de F1. Consiguió los títulos mundiales de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957. Y nada menos que con 4 escuderías distintas: Alfa Romeo, Maserati, Mercedes y Ferrari. Este dato revela la versatilidad y facilidad de El Chueco para adaptarse a las características de cualquier montura, algo que muy pocos han logrado. Fue el absoluto dominador de los 50 derrochando calidad y valentía a los mandos de aquellos bólidos. Porque amigos, no podemos obviar que los coches de aquellos tiempos resultaban extremadamente peligrosos. No solo se trataba de llegar el primero, sino de sobrevivir a cada carrera. En ambos aspectos Fangio destacó como nadie. El pentacampeón obtuvo en la categoría reina del automovilismo24 victorias, 35 podios, 29 poles y 23 vueltas rápidas en un total de 51 grandes premios disputados. Esos números arrojan un promedio de triunfos y poles en torno al 50% de las pruebas en las que participó. Unos impresionantes registros muy difíciles de superar. Además es el corredor más veterano al sumar su quinta corona con 46 años. Increíble.
Niki Lauda
Este popular y sensacional piloto es uno de los grandes favoritos de los aficionados a la velocidad. Más allá de sus tres coronas -1975, 1977y 1984-, Niki Lauda se ganó el corazón del público al sufrir un aterrador accidente en el Circuito de Nürburgring en 1976. Salvó la vida milagrosamente. Sin embargo sufrió varias fracturas y quemaduras que le dejaron unas marcas en su rostro y en otras zonas del cuerpo para el resto de su vida. A pesar de la gravedad del siniestro y de su convaleciente estado de salud -sufría un dolor insoportable al ponerse el casco puesto que tenía la piel abrasada- volvió a correr tan solo un mes y unos pocos días después del siniestro. El gesto de superación personal conmovió a todos. Se convirtió en un héroe y en un ejemplo a imitar. Había nacido un mito. En esa temporada -1976- fue subcampeón, después de retirarse en la última carrera del calendario disputada en Japón. Consideró que las condiciones no eran las adecuadas. Al año siguiente se tomó la revancha y el segundo título fue a parar a las vitrinas del vienés. Cosechó en 13 temporadas 25 victorias, 24 poles, 24 vueltas rápidas 54 podios, en 171 grandes premios disputados. Sus duelos con James Hunt marcaron a toda una generación, dos personajes antagónicos dentro y fuera del asfalto, pero con una misma meta: vencer.
Michael Schumacher
Michael Schumacher ostenta la mayoría de los récords de la F1. Desde el punto de vista cuantitativo el Káiser no tiene rival, y desde el cualitativo, también es uno de los mejores de todos los tiempos. En 19 temporadas, participó en 307 carreras, sumó 91 victorias, 68 pole positions, 77 vueltas rápidas y 155 podios. Su mayor e impresionante registro son los 7 títulos, de campeón del mundo logrados en los años 1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004. Su ambición dentro del trazado no tenía límites. Nada ni nadie debía interponerse entre Schumi y el triunfo, su único objetivo. Protagonizó algunas actuaciones polémicas, que le valieron varias descalificaciones y sanciones. Sus detractores consideraban su conducción muy sucia y sus fans, simplemente competitiva. En lo que todos ellos están de acuerdo es que el germano es uno de los grandes mitos de la especialidad. Desde el accidente sufrido en 2013 se encuentra en un complicado estado de salud. Desde Top Gear le enviamos toda nuestra solidaridad, apoyo y mejores deseos.
Fernando Alonso
Hasta la llegada de Fernando Alonsopoco se sabía de la F1 en España. Con él se desató la locura en nuestro país por las carreras de velocidad. En poco tiempo, el asturiano se convirtió en una estrella dentro y fuera de nuestro país. Pocos pilotos tienen el talento que el ovetense, quien siempre ha quedado por delante de sus compañeros de equipo y ha sabido rendir por encima de las prestaciones de sus bólidos. Llegó al Gran Circo cuando los españoles carecíamos casi completamente de protagonismo en él. Y lo más sobresaliente, se hizo con un asiento sin comprarlo, lo que revela su extraordinario talento. Los más frikis recuerdan la anécdota del Nano cuando probaba para Minardi. Salió a pista y pulverizó el crono del piloto oficial del equipo. El jefe de la escuadra asustado le dijo que no fuera tan al límite ya que podía destrozar el coche. Y Fernando le respondió que no había hecho la vuelta a fondo, pero que si lo deseaba, podía demostrárselo. En Renault consiguió dos títulos inolvidables -2005 y 2006-. Tocó la gloria y su legión de fieles también. Todavía se mantienen en la retina de los buenos aficionados aquel duelo épico que le ganó a Schumacher en el GP de San Marino 2006. El Káiser era destronado por un españolito con un Renault frente al todopoderoso Ferrari. Toda una gesta inolvidable que supuso el relevo generacional. Más tarde, la mala suerte y las elecciones de escuderías no siempre correctas, nos han privado de volverle a ver triunfar. Pero no perdemos la esperanza.