Loews, la curva más lenta y glamurosa de la F1, no es solo uno de los puntos míticos y clásicos del circuito urbano de Mónaco, sino de todo el Mundial.

Porque no existe en el calendario de la Categoría Reina un viraje similar. Posiblemente, te preguntarás, ¿qué la hace tan especial? Pues para empezar su velocidad de paso.

Por ella los monoplazas ruedan a unos 50 km/h. Sí, has leído bien: 50 km/h. y en ¡primera velocidad! Suele ser habitual que en dicho sector se formen atascos y ver algunos toques, sobre todo durante las vueltas iniciales de la carrera. Su intenso tráfico parece el de una gran ciudad a primera hora de cualquier lunes.

También su configuración, una cerradísima horquilla de izquierdas con un ángulo de 180º, es otra de las características que la hacen única.

Tanto es así que para la cita monegasca, los equipos amplían el ángulo de giro de la dirección de sus monoplazas. Sin esa modificación, resultarían imposible negociarla.

ube.com/watch?v=lojgq6-mRjg

Ni que decir tiene que al circular coches diariamente y durante todo el año por dicho punto, su pavimento suele estar bacheado. Esto obliga a que las suspensiones sean más blandas y unos 5 mm más altas. Por si fuera poco, a la horquilla Loews se llega tras una pronunciada pendiente descendiente que la atraviesa.

Como te podrás imaginar, hay que tener un tacto de neurocirujano con los frenos para no acabar contra las traicioneras barreras que la circundan en su parte exterior... o para hacer drifting.

 

Por la curva Loews, un punto de extrema dificultad que también requiere máxima concentración a los pilotos, tendrán que pasar por allí 78 veces hasta completar los 260,286 km por las calles del Principado. Loews o Fairmont se sitúa en el sector en la bajada del Casino, dirección al puerto, siendo el desnivel entre ambos puntos de 44 metros.

El nombre del famoso giro se debe al hotel junto al que se encuentra, el cual antes se llamaba Loews y actualmente, como has podido adivinar por lo que acabas de leer, Fairmont. Si eres un verdadero friki de la F1 estás obligado a pasear al menos una vez en tu vida por el legendario viraje. 

No en vano, ininterrumpidamente a partir de 1955, ha sido escenario de momentos inolvidables en la Categoría Reina.