30 años del primer título de Ayrton Senna en la Fórmula 1
¡Cómo no recordar las hazañas del mito brasileño en un día tan especial!
Javier
Prieto
Hoy se cumplen 30 años del primer título de Fórmula 1 conquistado por Ayrton Senna. Aquel 30 de octubre de 1988, el héroe brasileño firmó una actuación legendaria en el GP de Japón disputado en Suzuka. Tras una mala arrancada desde la pole, remontó desde la 14ª plaza hasta ganar la carrera.
En una fecha tan señalada, recordaremos las hazañas que lo convirtieron en una leyenda, las cuales se mantienen vivas en la memoria de millones de fans. Sí, el redactor de este post forma parte de los devotos del dios de la velocidad. Va por él.
A continuación te ofreceremos la historia del piloto más grande de todos los tiempos, ése que se ganó el corazón de una nación... y del mundo por cosas como las del vídeo que aparece debajo de estas palabras.
Ganar, ganar y ganar, y volver a ganar
Para explicar qué significaba la competición en la vida de Ayrton Senna, basta con leer estas frases suyas: “Correr es vida. Todo lo que pase antes o después es simplemente esperar”. “Correr, competir, lo llevo en la sangre, es parte de mí. Es parte de mi vida”.
Resulta evidente que estamos ante un deportista especial, no solo por su personalidad y éxitos, sino por la entrega y pasión ab-so-lu-tas que demostraba por la profesión. Perfeccionista y extremadamente autoexigente, desde sus inicios el único objetivo y obsesión eran la victoria. "El segundo es el primero de los perdedores", solía afirmar.
Por si no te queda claro el espíritu competitivo, ahí va otra de las famosas citas de Ayrton Senna: “Lo importante es ganar. Esa historia de que lo importante es competir no pasa de ser demagogia”.
En una carrera de karts cosechó un mal resultado porque la pista estaba encharcada. Tremendamente enfadado y decepcionado consigo mismo, juró que eso no le pasaría nunca más. Entrenó horas y horas, muchos días llegando tarde a comer. Así hasta convertirse en un consumado especialista en mojado.
Durante interminables sesiones analizó los defectos propios y estudió el comportamiento de su montura sobre el agua, hasta comprenderla y dominarla com-ple-ta-men-te. Sí, después de aquello se convirtió en el dios de la lluvia que todos conocemos.
¿Quién no recuerda la hazaña con el Toleman en Mónaco 1984, su primera victoria en Estoril o la increíble vuelta en Donington Park 1993? Son tres de sus mejores carreras y de la Historia de la F1. Trabajo, disciplina, talento y la búsqueda de la perfección formaron los ingredientes de la receta de Magic Senna.
Faceta humana y solidaria
Al margen de los aspectos deportivos que después trataremos, queremos saber por qué Ayton Senna era casi un dios para sus paisanos. Tan simple como leer esta declaración suya: "No puedo vivir en una isla de prosperidad, cuando estoy rodeado de un mar de miseria”. Sí, la faceta humana y social menos conocida que la automovilística, fue tan destacada o más que ésta última.
Héroe dentro y fuera de los circuitos. Convertido en millonario y un personaje público, siempre estuvo al tanto del sufrimiento de los brasileños. Tanto es así que solía ser muuuuuuy generoso económicamente con los más desfavorecidos.
No solía negar la ayuda a quién se lo pedía. Conocedores del gran corazón que tenía, muchos compatriotas le enviaban cartas de auxilio a su domicilio. Incluso los más osados, las presentaban en mano en la vivienda de Ayrton Senna.
Ayudas para la construcción de escuelas infantiles, mejoras en hospitales o problemas personales formaban parte de la lista de casos que llegaba diariamente al domicilio del astro carioca. Sentía especialmente dolor por los niños, a cuyos casos prestaba mucha atención. Tanto es así que creó una fundación para canalizar los esfuerzos -y recursos- dirigidos a los más jóvenes.
El ídolo que se ganó el corazón de su país
Antes de que llegaran las victorias, la fama y el dinero, Senna ya se había ganado el corazón de sus compatriotas. ¿Cómooooooo? Desde sus primeras carreras, el paulista paseó con muuuuucho orgullo el nombre de su país por todo el mundo. De hecho casi desde el principio de su trayectoria deportiva los colores verde y amarillo que componen la bandera brasileña ya lucían en el icónico casco.
Sin embargo, el compromiso nacional y el amor por Brasil fue mucho más de esa simple representación cromática. En los años 80 el país sudamericano estaba sumido en una profunda crisis económica que golpeaba con virulencia a sus habitantes.
Senna, tras proclamarse campeón de la F3 británica, dio el salto a la F1 de la mano de la modesta escudería Toleman. Debutó el 25 de marzo de 1984 en el GP de Brasil al volante del TG183B de la temporada anterior. A pesar de la tortuga rodante, logró el milagro de sumar sus 2 primeros puntos al terminar 6º en Sudáfrica y también en Bélgica. En el GP de Francia, 5ª cita del año, estrenó el nuevo Toleman TG184-Hart.
A los mandos de este modelo logró un increíble 2º puesto en el GP de Mónaco.
La prueba se disputó bajo un diluvio descomunal. Senna demostró sus habilidades sobre el asfalto mojado. No logró la victoria porque la dirección de carrera, ante el peligro de que Alain Prost fuera superado por el astro carioca, la dio por finalizada precipitadamente. Sin embargo, cuajó una actuación para la leyenda. Había nacido el dios de la lluvia y de la velocidad.
Lotus 97 T: Primera victoria de Senna
Senna quería progresar en la categoría reina y por ese motivo se marchó en 1985 a la escudería Lotus. El 97T, diseñado por Gerard Ducarouge y Martin Ogilvie y propulsado por un motor Renault-Gordini V6 turbo, fue el bólido de esa temporada. No tardó en triunfar con él. Fue en el GP de Portugal, segunda cita de la temporada, donde consiguió su primera victoria en la F1.
Su lección bajo una lluvia torrencial obtuvo elogios del paddock y del público de todo el mundo. El 97T era un coche veloz pero poco fiable. A pesar de ello, Senna y su compi Elio de Angelis lograron 3 victorias, 9 podios, 8 poles y 3 vueltas rápidas. Lotus terminó 4º en el campeonato del mundo de constructores.
Lotus 98T: La útlima belleza negra y dorada
El 98T de 1986 resultó ser un vehículo extremadamente veloz, pero con muchos problemas de fiabilidad. Para lo bueno y para lo malo, montaba un motor Renault EF V6 turbo de 1.496 cc. y 800 caballos. Ayrton Senna sumó 2 victorias (España y Estados Unidos) y 8 poles en las 16 citas de la temporada.
Pero el brasileño también sufrió 6 retiradas por problemas mecánicos. El coche era un tiro, si bien,fallaba más que una escopeta de feria.
El chasis monocasco diseñado por Gerard Ducarouge no le permitió luchar por la corona mundial. Senna terminó 4º en la clasificación. Por cierto, esa temporada se despidió uno de los diseños más hermosos: la combinación cromática que formaban las letras doradas de John Player Special sobre la carrocería de color negro. Elegancia sobre 4 ruedas que se fue al garete. Cosas de los patrocinadores.
El Lotus 99T: Un camello muy veloz
El omnipresente Gerard Ducarouge, también diseñó, ¡cómo no! el Lotus 99T de la temporada de 1987. Despojado de sus legendarias letras doradas de publicidad y de su carrocería negra, el monoplaza británico incorporó el color camel -nunca mejor dicho- .En un principio resultó chocante y muy llamativa la estridencia cromática del naranja que invadía el coche.
Se pasó de las hermosas palabras -John Player Special- a la silueta de un camello, icono de una marca de tabaco.El bicho en cuestión se llamaba Joe y mucho se especuló sobre su sexo. No había manera de encontrar sus atributos masculinos en las siluetas dibujadas en el monoplaza.
En el plano mecánico, el 99T montaba el propulsor Honda RA166-E V6 turbo con 1490 cc, a raíz del acuerdo entre el fabricante japonés de motores y la escudería británica.
Senna logró, a lomos de esta fiera anaranjada, 2 victorias y 6 poles. Escaso bagaje para un piloto que solo pensaba en ganar el mundial. Decidió dejar plantado al mamífero artiodáctilo de 4 ruedas y salir pitando para McLaren.
McLaren MP4-4: El mejor bólido de la historia
Senna llegó en 1988 con hambre de triunfos y títulos a la escudería McLaren. Pues, en esa temporada se dio un verdadero atracón al volante del impresionante MP4-4. La criatura diseñada por Steve Nichols y Gordon Murray se reveló imbatible. Uno de los secretos de este misil se basaba en su chasis de línea baja. Dicho diseño permitía el incremento del flujo del aire desde la parte inferior hasta la trasera del coche, aumentando su estabilidad.
Además estaba equipado por un motor Honda RA168E V6 turbo. El propulsor, muy fiable y veloz, poseía unos 685 C.V. y 1.494 cc. La superioridad del MP4-4 fue aplastante. La pareja de pilotos del equipo, Alain Prost y Ayrton Senna, ganó 15 de las 16 pruebas, además de obtener 10 dobletes, 15 poles y el Título de Constructores, y el de Pilotos fue para el mítico Ayrton Senna en 1988. Algo irrepetible.
El MP4-5: Otra obra de arte de McLaren
La prohibición de los motores turboalimentados a finales de la temporada anterior, suponía en 1989 un reto para McLaren. Sin embargo, el desarrollo del MP4-5 continuó con la senda exitosa marcada por su predecesor, el MP4-4. Otra maravilla técnica de Steve Nichols.
Equipado con un motor Honda RA109A V10 y de 3.500 cc., sumó 10 victorias -6 Senna y 4 Prost- y 15 poles -13 de Senna, que igualó el registro del año anterior- y 15 podios. Desgraciadamente el triunfo mundial fue para Alain Prost, el protegido de Jean Marie Balestre, capo de la F1 por aquel entonces. Y de paso, McLaren sumó su 2º título de constructores consecutivo.
El MP4-5B: El monoplaza del bicampeonato de Senna
Tras la dura rivalidad de la temporada anterior, Prost se marchó a Ferrari en 1990. Senna, por su parte, estaba deseoso de tomarse la revancha y de sumar otra corona a su palmarés. Y contó con una máquina perfecta para sus intereses, el MP4-5B. Neil Oatley realizó junto a sus colegas una nueva configuración, partiendo del bólido del año anterior.
Neil puso todas sus energías en diseñar un monoplaza pensado para Ayrton Senna... y para su nuevo compañero Gerhard Berger. Honda fabricó una evolución del V10, el RA1O0E, un motor rápido y eficaz. El resultado fue todo un éxito: el título de pilotos para Senna y el de constructores para McLaren, además de 6 victorias, todas de Ayrton; 12 poles -10 de Senna- y 18 podios -11 del brasileño-. El mito carioca había evitado que Alain Prost al volante de su Ferrari repitiera triunfo.
El MP4-6: El bólido del tercer título de Senna
McLaren quería prolongar su hegemonía en 1991. Y con ese objetivo Neil Oatley diseñó el MP4-6, propulsado por el Honda RA121- E V12. Las primeras sensaciones sobre las prestaciones del coche no fueron muy positivas. Sin embargo, Ayrton se implicó en el desarrollo del mismo, lo que se tradujo en un salto de su potencial.
Senna consiguió su tercera corona y el equipo el galardón de constructores. El MP4-6 sumó 8 victorias -7 para el brasileño-, 10 poles -8 del carioca- y 5 vueltas rápidas. El paulista libró una hermosa batalla durante el certamen de 1991 con Nigel Mansell y su maravilloso Williams FW14. Pero la gloria estaba destinada para el astro sudamericano. Pero, ¡ojito!, que el equipo de Frank Williams venía mordiendo fuerte.
El MP4-7: Adiós a una época dorada
Durante 1991, el Williams ya había enseñado la patita, puesto que se había mostrado como un monoplaza capaz de poner en apuros al otrora todopoderoso McLaren. Y como no hay ni mal ni bien que 100 años dure, pues en 1992 se acabó lo que se daba. Los de Woking comenzaron a echar de menos los títulos y las victorias de años anteriores.
El MP4-7 no pudo contener en ningún momento el poderío de Williams. Fue creado por Neil Oatley. Pero el MP4-7 estaba muy lejos de sus predecesores. Montaba un motor Honda RA122E V12 de 3.493 cc. e incorporó por primera vez en McLaren una caja de cambios semiautomática. Pero solo consiguieron 5 victorias -3 de Senna y 2 de Berger- y 1 raquítica pole.
El MP4-8: El último McLaren del tricampeón carioca
Las cosas en McLaren estaban cada vez más negras en 1993. La decisión de Honda de abandonar la F1 a finales la temporada anterior había contribuido a empeorar la situación. La formación de Woking se encontraba sin proveedor de motores.
A última hora selló un acuerdo con Ford, quien le suministró el HBD7 V8 con 3.500 cc... a la fuerza ahorcan. Solo sumaron 5 victorias, la mitad que Williams, 9 podios y 1 pole. Ese fue el triste balance del año de despedida para McLaren. Hacía mucho que Senna sabía que su tiempo en la escudería inglesa había terminado.
El fatídico FW16: La muerte de la estrella, el nacimiento del mito
Senna llegaba al seno de Williams con la etiqueta de superestrella, y con la presión de demostrarlo desde su primera carrera. Tenía que ganar sí o sí. Pero las cosas no iban a resultar como él esperaba. Había firmado con la formación inglesa tras sufrir los dos años anteriores las maravillas técnicas de los monoplazas de Grove.
Y todo hacía presagiar un año triunfal. Pero el sueño se transformó en pesadilla...y en tragedia. Gran parte de la hegemonía de los Williams de las temporadas anteriores procedían de las ayudas electrónicas -suspensión activa y control de tracción- se prohibieron en ese 1994.
Además, el habitáculo del FW16 resultaba angosto para el brasileño. Senna no se sentía cómodo en un coche en el que el espacio no se adecuaba a su anatomía. Sus quejas en este tema fueron constantes. El coche diseñado por Adrian Newey y Patrick Head se había mostrado en las pruebas de pretemporada rápido, pero difícil de manejar.
Y así arrancó el certamen. Ayrton marcó la pole en las dos primeras citas donde no pudo puntuar. Por el contrario, Michael Schumacher, a los mandos de un
sospechosamente rápido Benetton B194, venció en ellas. El Káiser ya superaba en una veintena de puntos al carioca. Y de esta forma se llegó al maldito GP de Imola 1994.
Los augurios fueron terribles. En los libres del viernes Rubens Barrichello salió volando con su coche. El sábado en la sesión de entrenamientos oficiales murió en una brutal colisión el corredor austriaco Roland Ratzenberger. Ayrton, muy afectado por los sucesos, meditó hasta el último momento su presencia en la cita del domingo. Miembros de su equipo realizaron una chapucera modificación en la barra de la direccióncon el fin de que el astro se encontrara más confortable. Dicha acción pudo resultar fatal, según algunas teorías.
La prueba, debido a una colisión en la salida se inició detrás del safety car. En la 6ª vuelta se reemprendió la marcha. Y en la curva de Tamburello el Williams de Senna siguió recto hacia la eternidad. Había desaparecido el hombre, la estrella, pero había nacido el mito inmortal. La leyenda dice que en el interior de su coche se encontró una bandera austriaca con la que quería homenajear a su colega fallecido el día anterior. Siempre Senna.
Pocos personajes públicos expresan su nacionalidad. Sin embargo, el piloto Ayrton Senna quiso reivindicar sus orígenes y gritarle al mundo que estaba orgulloso de ser brasileño. No perdía la oportunidad de hablar de su país, algo que agradó mucho a sus paisanos que casi estaban acomplejados por ser de ese país. Sin embargo, un gesto lo cambió todo definitivamente. Sucedió en el GP del Este de los Estados Unidos 1986.
Tras vencer esa prueba que se celebró en Detroit, tomó una bandera carioca y la exhibió durante la vuelta de honor. A propósito del gesto, ¿sabías que Ayrton Senna fue el primer piloto que celebró un triunfo de esa forma?
Pero, hay otro detalle aún más revelador de la faceta humana del tricampéon. Durante los libres del GP de Bélgica 1992 el corredor francés Erik Comas sufrió un grave accidente en Spa. Tras el impacto, su cuerpo permanecía inerte en el interior del monoplaza. Mientras, una fuga de combustible estaba a punto de provocar un terrible fuego. Senna que pasaba por el lugar del suceso, abandonó su McLaren para auxiliar a un adversario.
Desactivó el contacto del coche de Comas, evitando un incendio casi seguro, y además colocó en posición vertical la cabeza de Comas a la espera de que llegaran las asistencias médicas. Así era Ayrton Senna, un cruel rival, pero un solidario compañero en la pista.
Los éxitos en la pista
Debutó en el GP de Brasil de 1984, el 25 de marzo disputado en el Autódromo de Jacarepaguá, en Río de Janeiro. Desde esa fecha hasta el fatídico 1 de mayo de 1994, transcurrieron 3.689 días o 10 años, un mes y tres días, en los que se convirtió en un piloto venerado por millones de seguidores.
Durante 11 temporadas, participó en un total de 161 Grandes Premios, firmando 41 victorias (25,47%), 80 podios (49,69%), 65 poles (40,37%) y 19 vueltas rápidas, que le coronaron Campeón del Mundo en 1988, 1990 y 1991 con la escudería McLaren.
Además, sumó 641 puntos al volante de Toleman, Lotus, McLaren y Williams. Completó 8.219 vueltas y 37.937 km la Categoría Reina, siendo líder en 2.931 giros y 13.430 km. Su talento natural para ir más rápido que los demás, explorar los límites de su monoplaza y desafiar las leyes de la Física, lo convirtieron en leyenda.
Como bien sabes, fue el auténtico Príncipe de Mónaco, donde sus seis triunfos ( 1987, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993) lo mantienen como el piloto más exitoso en las calles de Monte Carlo. Y qué decirte de su rivalidad con Alain Prost, enemigo íntimo dentro y fuera de la pista con quien acabaría reconciliándose poco antes de su muerte. Ha sido, es y seguirá siendo, una de las estrellas más rutilantes en el firmamento de la F1. Como le canta la torcida brasileira: "Sempre Senna".
Mónaco 1984: La gesta de Ayrton Senna con un Toleman
GP Mónaco 1984: Senna mágico
GP Portugal 1985 : Ayrton Senna venció en Estoril y se conviertió en el dios de la lluvia
Senna logró su primer Mundial en el GP Japón 1988
Primera victoria de Ayrton Senna en GP Brasil 1991
Al finalizar la épica carrera del GP Brasil 1991, Senna tuvo que ser asistido por los doctores del circuito. La tensión y la emoción le había llevado al agotamiento físico.
GP Brasil 1991: Ayrton Senna por fin venció ante sus compatriotas
En el GP de Brasil 1991 se vivió un día mágico, dentro y fuera del asfalto. Ayrton Senna, héroe carioca, consiguió en su octava participación su primera victoria en casa. Y lo hizo con una de las actuaciones más increíbles que se recuerdan. Las últimas vueltas condujo solo con la sexta marcha engranada por problemas con la caja de cambios. La torcida brasileira le mostró un fervor increíble desde las gradas. Simplemente, alucinante.
GP Brasil 1991: Pole magistral de Ayrton Senna
Senna obtuvo una gran victoria ante Mansell en el GP de Mónaco 1992
GP Europa 1993: Ayrton Senna firmó en Donington la mejor vuelta bajo la lluvia de la historia
Los adelantamientos de Ayrton Senna en el GP de Europa 1993
Desde Top Gear hemos querido dejar para el final de este ranking la espectacular acción que protagonizó el mítico Ayrton Senna en el vetusto trazado de Donington Park en 1993. Durante la primera vuelta -probablemente la mejor en toda la historia de la F1- del GP de Europa el mito brasileño, al volante de su McLaren MP4/8, firmó una de las mejores actuaciones de su vida. En realidad se trata no de uno, sino de cuatro adelantamientos que te dejarán con la boca abierta. A lo largo de 4.023 metros, y desde la salida de la carrera, superó a los rivales que le precedían para ascender de la quinta a la primera posición. Y todo ello sobre un peligroso y mojado asfalto. Viendo estas imágenes comprenderéis mejor por qué se le llama el dios de la lluvia y por qué continúa siendo idolatrado por una legión de fieles que no le olvidan. Ayrton en estado puro. Los buenos aficionados -con cierta edad como la mía- jamás podremos olvidar una de las grandes lecciones del catedrático de la velocidad. Siempre Senna.