Rebozado como una croqueta al ser remolcado por un camión del Dakar

Javier Prieto

Durante la tercera etapa del Dakar 2016, Tom Coronel se tragó durante más de ¡10 kms! la arena procedente del camión que le remolcaba. Llegó al campamento rebozado como una croqueta.

Lo que hoy te ofrecemos supera en espectacularidad a las locuras de Robby Gordon en el Dakar, al mayor salto de un Kamaz volador o al mejor adelantamiento de un camión a 200 km/h en el famoso raid. Abróchate el cinturón de seguridad y ponte el casco que arrancamos con... emociones fuertes y algo de humor cítrico.

Hay días en los que uno se ahorraría muchos disgustos si se quedara durmiendo en la cama. Eso mismo debió pensar el piloto holandés Tom Coronel en una terrible jornada, la tercera, del Dakar 2016. Todo lo que podía salir mal, resultó aún peor. Fue un especie de homenaje a la famosa Ley de Murphy, pero en versión automovilística.

La Ley de Murphy y Tom Coronel

Resulta que el día de autos, nunca mejor dicho, el hermano gemelo de Tim Coronel vio cómo diversos problemas mecánicos le obligaban a pararse en la cuneta.  

Y claro, como suele suceder en estas ocasiones, el lugar del infortunio no pudo ser peor. Se quedó tirado con su Maxxis Dakar Buggy en un camino estrecho y peligroso. Por ese punto los rivales transitaban a toda pastilla y a escasos centímetros del buga nº 354. Mal asunto.

El tiempo pasaba y el pobre Tom Coronel seguía en la cuneta, en medio de la nada, y esperando a que algún buen samaritano le ayudara. En una de esas pasó un camión que, de forma involuntaria, le pegó un buen meneo a su ya de por sí maltrecho buggy. Por si esto fuera poco, también recibió un toque de un Toyota, que impactó con la parte delantera del vehículo del cenizo holandés. Ya se sabe que al perro flaco todo se le vuelven pulgas.

El camión salvador y la yincana

Tras  la sucesión de lamentables incidentes, por fin se detuvo un camión para socorrer a Tom. Era el DAF de su compatriota Adwin Hoonder, quien accedió a remolcarle hasta el campamento.

Parecía que ahí se acababan los problemas. Pues, no. Llegó el momento culminante de la fiesta para Mr. Tom Coronel.

¿Qué sucedió?  El presunto ángel de la guarda arrancó su DAF CF75 inmediatamente después de que Tom Coronel fijara la eslinga al extremo de ambos vehículos. Sin embargo no se apercibió de si éste ya estaba preparado para el viajecito que le aguardaba.

Así las cosas, el desdichado piloto se tuvo que meter en su buggy a toda velocidad. De lo contrario habría visto cómo se quedaba en tierra.  

La precipitación de la maniobra fue tal que no tuvo tiempo ni de ponerse el casco, algo que hizo en plena marcha. Por si no lo recuerdas, el buggy carecía de parabrisas, con lo que eso supuso en aquellos momentos.

Y así, durante los 10-15 kms que duró el trayecto, Tom se fue tragando toneldas de tierra procedentes del camión DAF. En algunos tramos, la ingente cantidad de tierra que tenía ante sus ojos, le impedía ver nada. Afortunadamente, llegó sano y salvo a la meta, aunque rebozado de fesh-fesh como una croqueta.

No obstante, la traca final de la fiesta se produjo al día siguiente, cuando tuvo que abandonar definitivamente la prueba.

No es de extrañar que el bravo corredor mantenga una relación de amor/odio con el Dakar. Esperamos que en venideras ediciones del raid la fuerza... y la suerte, le acompañen. Se lo merece este apasionado del motor y corredor del Mundial de Turismos. Esperamos volver a verle junto a su inseparable Tim en el Dakar.

Etiquetas: Rally Dakar