Prueba Smart Brabus ForFour: sí, pero...

El más ¿bravo? de la ciudad.

Me da la sensación de que este Smart no te ha gustado mucho…

No empecemos así; tampoco ha sido eso. El Smart Brabus ForFour tiene muchas virtudes. Es la versión más potente de la gama, con un motor de 109 CV (el mismo del Renault Twingo GT), asociado a un cambio automático de seis velocidades. Al haber pasado por los talleres del preparador de coches, la transmisión de doble embrague ofrece un funcionamiento un 40% más rápido. El tren de rodaje deportivo también es un 20% más firme que el de sus hermanos y la dirección asistida recibe modificaciones para estar acorde. Esto, sobre el papel. Pero…

Y si lo quieres con dos puertas... Prueba del Smart Brabus 2016: deportivo de bolsillo.

¿Pero? Lo sabía.

Deja que lo explique, no todo es blanco o negro. El propulsor turbo puede alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h; para un vehículo que vas a utilizar, principalmente, en la ciudad, es más que suficiente. Pero la entrega de potencia no es fulgurante, la verdad. Más de 9 segundos en el 0 a 100 no es algo que impresione. No al estilo Brabus.

En carretera, ocurre lo mismo. Es posible ir a un ritmo alto y, una vez ahí, mantenerlo con solvencia. Pero… hay que alcanzarlo. La transmisión tamiza la potencia suavemente, sin estridencias. Es rápida, pero no aporta la viveza que esperábamos. No es ágil… y al Smart Brabus ForFour le ocurre lo mismo: sin ser torpe, tampoco podemos hablar de ligereza. ¿Enlaza bien las curvas? Sí ¿Digiere los apoyos? También. Pero no emociona como correspondería a un coche con la mecánica en la parte posterior… y el apellido Brabus, insisto.

La dirección ha sido un lastre en nuestra unidad de pruebas: un sonido sospechoso cada vez que girábamos el volante a la derecha (que se repetía varias veces si la curva era larga) nos hizo pensar que algo no iba como debería, por lo que no disfrutamos del todo de su rapidez de respuesta.

A lo mejor te olvidas de que sólo tiene 109 CV…

En absoluto; fue algo que tuve muy en cuenta durante esta prueba del Smart Brabus. Es un coche que está pensado, en principio, para ampliar tus posibilidades en la urbe, con cuatro plazas muy aprovechables, por cierto, y unas medidas (3,5 m de longitud) que siguen siendo compactas.

No se ha hecho para realizar kilómetros y kilómetros completando viajes largos… y aquí viene lo bueno: podría perfectamente. Como hemos dicho antes, se encuentra cómodo sosteniendo ritmos altos. Así que, si eres capaz de encajar el equipaje en su maletero de 185 litros, adelante.

¿En serio?

Bueno, hay ciertos inconvenientes. El techo de lona retráctil deja pasar en exceso el ruido del motor (cuyas vibraciones, además, también son bastante acusadas al ralentí) al habitáculo. Y su gasto de combustible no es precisamente contenido, pese a lo que digan las cifras oficiales. Eso sí, tiene un modo Eco para que este apartado se rebaje un poco, aunque… ¿te has comprado un Brabus para que una pantallita verde te diga que eres un hacha en la conducción anticipada y en la suavidad de tus movimientos? Seguramente habrá momentos en los que quieras hacerlo, pero… ¡por favor, en esos logos pone Brabus!

Hablando de eso… ¿Qué ha ideado Brabus en el apartado estético?

Me gustan las soluciones propuestas por el preparador germano para el exterior de su Smart ForFour, ya que ha apostado por la discreción. Hay un difusor trasero con dos salidas de escape cromadas y llantas de 17” con neumáticos 185/45 delante y 205/40 detrás. Poco más, pero el conjunto es muy armonioso.

¿Y en el interior?

Aquí se han dedicado un poco más a sí mismos, ya que el emblema de Brabus aparece por todas partes: en el freno de mano, el pomo de la palanca de cambios y el cuentarrevoluciones, por ejemplo. Cuentas con muchas opciones de personalización: asientos deportivos con tapicería de cuero y calefactados, salpicadero parcialmente forrado en cuero artificial, relojes… Pertenecen al paquete Xclusive, con un coste de 3.000 euros. Teniendo en cuenta que el precio del Smart Brabus ForFour es de 19.550 euros, quizá estemos hablando de un importe algo elevado. Pero la exclusividad se paga. Aunque, por ese dinero, yo pediría plásticos de mejor calidad en el habitáculo, por ejemplo. El interior está bien resuelto, es cierto, aunque…

Ya veo, de nuevo luces y sombras.

Exacto. Y es una pena, porque se trata de un producto que tiene buenos argumentos para triunfar: ¿un Brabus por menos de 20.000 euros? ¿Urbano y ‘con pose’? Pues sí, pero quizá sea eso, precisamente, lo que ocurre, que se queda en el postureo. Aunque después salgas a carretera y te muestre armas con las que no contabas. Ahí te reconciliarás con él.

Nuestro veredicto

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