9 de los coches de rally más salvajes
Lo hicieron mejor o peor, pero eran sorprendentes
El mundo de los coches de rally es apasionante. A lo largo de los años, se han creado modelos de todo tipo por parte de diferentes fabricantes, pero los hay que han decidido ir más allá. Esto ha dado resultados sorprendentes, así que aquí van 9 de los coches de rally más salvajes.
Texto original de Rowan Horncastle
Mazda RX-7 Grupo B
Sí, comenzamos con el Grupo B, ese conglomerado de coches que lo tenía todo. Bueno, no todo, porque hasta 1984 había algo que faltaba en esta era dorada de la competición: los motores rotativos.
Por suerte, Mazda llegó para solucionar esto hace 38 años. Así crearon este peculiar RX-7, el cual estaba listo para medirse a algunos de los coches de rally más brutales. Sin embargo, nunca llegó a hacerlo, ya que se disolvió el Grupo B antes de que pudiese debutar en los trazados.
Audi Grupo S
Los ingenieros de Audi tuvieron una genial idea en los años 80: preparar en secreto una docena de prototipos de rally con motor central que desarrollaban la friolera de 1.000 CV. Nada podría salir mal, ¿verdad?
Desgraciadamente, no hubo un final feliz. cuando los jefes se enteraron -a través de la policía- de que se estaban realizando algunas pruebas dudosas, exigieron que se destruyeran los 12 prototipos que se habían fabricado. El que veis en la foto sobrevivió, eso sí.
Toyota 222D
Esto es lo que sucede cuando tienes el sueño de ir a un rally y un motor de Le Mans de repuesto por ahí guardado. ¿El resultado? Un Toyota que habría sido capaz de superar todos los límites.
Se trata del 222D con motor central y tracción en las cuatro ruedas. En esencia, es un potente MR2 del Grupo S. Sin embargo, nunca hizo girar sus ruedas, ya que el Grupo S fue lamentablemente desechado.
Ferrari 308 GTB Grupo B
No ves muchos coches de rally de Ferrari, ¿verdad? Eso es porque Ferrari no hace rallies, ya que sus coches están más pensados para ir al máximo por las mejores carreteras del mundo… O a 5 km/h por las bulliciosas calles de Mónaco.
Sin embargo, eso no impidió que el equipo de carreras italiano Michelotto construyera alrededor de una docena de 308 para el Grupo B a finales de los setenta. No es tan recordado como otros coches de esta categoría, pero no negaréis que es una creación interesante.
MG Metro 6R4
Queriendo combinar los beneficios tanto del Audi Quattro -con tracción a las cuatro ruedas- como del Renault 5 Turbo -con motor central-, el Metro 6R4 -que significa 6-cilindros, Rally, 4WD- fue el cohete de bolsillo del Grupo B.
Era un coche prometedor, pero sus cualidades acabaron empañadas por sus numerosas averías mecánicas. Por ello, su mejor resultado en el WRC fue un tercer puesto en el Rally Lombard RAC de 1985.
Opel Manta 400
El Manta 400 de Opel hizo su debut en el Tour de Córcega en 1983. Eso sí, no fue un estreno triunfador. Solo pudo recorrer unos 160 kilómetros antes de que fallara la junta de la culata, anticipando los resultados de futuros rallies.
Con carrocería de Kevlar y una potencia de unos 280 CV, este era un coche de tracción trasera ligero y potente. Por desgracia, no logró grandes cosas en competición.
Ford Escort RS 1700T
El desprecio del Grupo B por limitar el rendimiento permitió a Ford diseñar este olvidado coche de rally. Básicamente, se trataba de la carrocería de un Escort MKIII sobre un chasis personalizado de tracción trasera.
El Ford Escort RS 1700T fue una creación llamativa, pero su lento y costoso desarrollo supuso su final. Finalmente, se desechó el proyecto y se optó por crear un nuevo coche con tracción a las cuatro ruedas: el RS200 con motor central.
Citroën BX 4TC Evolution
En cuanto a los proyectos fallidos del Grupo B, el Citroën BX 4TC fue prácticamente el más espectacular. Estaba basado en el BX convencional, pero este era algo muy distinto. Eso sí, su creación no fue fácil.
No llegó a la categoría del WRC hasta 1986 y solo logró tres apariciones competitivas. Sin embargo, puede que estemos ante uno de los Citroën con la estética más brutal, las cosas como son.
Nissan 240 RS
El 240RS de Nissan era la versión del Grupo B del fácilmente olvidado Violet GTS. Lo que le faltaba en rendimiento, lo compensaba en fiabilidad, y eso era mucho en aquel momento.
Por ello esto, sumado a las manos de Colin McRae, dio buenos resultados. Además, al ser un coche de homologación, se tuvieron que producir 200 unidades de calle muy raras con arcos de rueda cuadrados. Sencillamente excelente.