La historia del BMW M3 CSL o cuando BMW nos volvió locos

BMW M3 CSL
Tres letras que lo decían todo: 'Coupé, Sports, Lightweight' (traducido: coupé, deportivo y ligero).

El BMW M3 CSL marcó a toda una generación, ya que se trataba de uno de los BMW más especiales presentados hasta la fecha… Hizo su debut en el Salón de Frankfurt de 2001, pero sería en 2003 cuando se ganó al público. 

El apellido ‘CSL’ que acompañaba al BMW M3 significaba ‘Coupé, Sports, Lightweight’ o lo que es lo mismo, los de Múnich querían dar a entender que se trataba de un modelo coupé, deportivo y ligero… y que pretendía poner a disposición de los conductores toda la leyenda creada por el exitoso modelo de carreras BMW 3.0 CSL. 

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BMW se había inspirado en el legendario 328 Mille Miglia Touring Coupé para dar forma a este modelo de producción, centrado en una radical reducción de peso de 110 kilos respecto al M3 estándar; pesaba 1.382 kg, logrados mediante la eliminación de componentes individuales y el uso de plásticos y fibra de vidrio reforzada con fibra de carbono, por ejemplo, tanto en el interior como en el exterior.

A simple vista no era muy diferente de cualquier otro BMW M3 E46, pero sí que tenía algún rasgo que le ayudaba a destacar sobre este, como su llantas BBS de 19 pulgadas, por ejemplo, el alerón integrado en la trasera y elementos reforzados en materiales ligeros en el portón del maletero o en el techo, por ejemplo.

Los polímeros reforzados con fibra de vidrio o el plástico reforzado con fibra de carbono también se podían encontrar en el habitáculo, como es el caso de los asientos, y además, se prescindía de todo aquello que no fuera estrictamente necesario como el navegador, aunque sí que podías optar por otros sistemas como la radio.

Pero quizá el motor fue lo más llamativo de todo lo que ofrecía el BMW M3 CSL. Y es que la potencia máxima del motor atmosférico de seis cilindros en línea y 3.2 litros aumentó hasta los 360 CV -17 CV más que el original- y un par de 370 Nm de par.

Gracias a esto, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 4,9 segundos, alcanzaba los 200 km/h en 16,8 segundos y podía lograr una velocidad máxima de 250 km/h; con esto, obviamente, rápidamente se convirtió en un objeto de coleccionista. 

Pero también contribuyó a esto el cambio BMW Sequential M, que completado con Drivelogic y M Track Mode aseguraba unos cambios 0.08 segundos más rápidos, ajustes en la suspensión -con nuevos reglajes y muelles más cortos- y un sistema de estabilidad DSC muy especial heredado del mundo de la competición. 

Ahora, la leyenda podría continuar gracias a que BMW M planea que las siglas CSL vuelvan a sus modelos más prestacionales y lo hagan para volver a brillar en lo más alto. Coches como el BMW M4 GTS podrían ser los elegidos para ello. 

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