El techo de los preparadores de coches parece no tener fin. Siempre se puede arañar un poco más de potencia, como en este Dodge Charger de 1970 al que ha metido mano SpeedKore. Ya sabemos lo que le gusta la potencia a los yanquis, y los coches americanos son una muy buena base para probar. Quizá a ti te gusten más, como a mi, los coches deportivos que se suelen ver más en el viejo continente. Sin embargo, no por ello vamos a negar que los muscle cars y pony cars potenciados tienen un atractivo innegable. ¡Potencia pura y dura!

El Dodge Charger de SpeedKore

SpeedKore es una compañía estadounidense que se dedica a tunear coches. Pero a tunearlos bien, nada de cosas cutres. Y si no, mira este Dodge Charger. Para que lo puedas ver en persona, si por lo que sea estás de vacaciones o vives por la zona, ha anunciado que va a exhibirlo en el Car Week 2019 que se celebra en California. Y eso es dentro de muy pocos días, así que si tienes ganas, ¡date prisa o te lo perderás!

En cualquier caso, este Charger no es nuevo para nosotros. A finales del año pasado lo vimos por primera vez y nos pareció un coche más que interesante. Maravilloso, podría decirse. A algunos casi les dio incluso un síncope después de saber que debajo de su capó se escondían casi 1.000 CV de potencia. Hay que reconocer que SpeedKore lo ha hecho muy bien con este clásico americano.

Para empezar, ha diseñado para él un chasis a medida y ha añadido cantidades ingentes de fibra de carbono en lugares como por ejemplo los arcos, las puertas, el techo o en los paragolpes. Sí, efectivamente, todo de fibra de carbono. Además, se han esforzado mucho con el propulsor sobrealimentado V8 de 6,2 litros de este Dodge Charger de 1970. Es el del Challenger SRT Demon. Casi nada.

De igual manera, le han instalado una línea de escape fabricada en acero inoxidable y hecha a medida, así como una caja de cambios Tremec 6060 de seis relaciones. En total, la potencia es de 973 CV. Todos enviados a través de su transmisión a las ruedas traseras, así que imaginamos que no será fácil digerir tanto fuerza. Aun así, va bien calzado: añade unos neumáticos Michelin Pilot Sport 2 y unas llantas de 19 pulgadas delante y de 20 detrás, por si las moscas.

Otros detalles son un interior con paneles de carbono, una instrumentación hecha específicamente para este modelo, una consola central y una columna de dirección propias o unos asientos deportivos de cuero firmados por Recaro. Otra cosa es que quieras comprarlo: está tasado en 400.000 dólares, que al cambio vienen a ser unos 360.000 euros. Mi gozo en un pozo. ¿Y el tuyo?