La historia del tipo que va a trabajar cada día en un McLaren P1

Si te aburre el trayecto hasta tu trabajo, es hora de invertir en un superdeportivo con 350 km/h de velocidad máxima.

Los fabricantes de automóviles saben que este medio de transporte es el elegido por miles de personas para ir al trabajo cada día. Por eso han creado modelos como el Fiat 500, el Toyota Aygo o el McLaren P1.

Quizá no lo encajes del todo entre los coches urbanos. De hecho, el sitio natural de este superdeportivo está en los circuitos, viviendo felizmente unas jornadas de alegría y velocidad, o en una carretera secundaria, mientras pasea hacia su retiro de fin de semana. Sí, lo lógico sería pensar esto. Pero estás equivocado. Y te lo va a demostrar Go Himaratsu, el tipo que aparece en el vídeo que hay sobre estas líneas.

Un McLaren P1 cromado brilla con luz propia en Londres.

Himaratsu es un abogado de 43 años que reside en las afueras de Tokio (Japón) con su mujer y sus dos hijos. Trabaja de lunes a viernes en el elitista barrio de Ginza y llega hasta allí en el flamante P1 que compró el año pasado. “Visité la fábrica de McLaren hace dos años. Es como un museo de arte moderno; fue lo que más me impresionó. Además, me impactó lo verdes que son los parques en Londres, el clásico verde inglés. Combina perfectamente con el tono elegido para mi coche”, explica.

Cuando no está viajando de casa al trabajo y viceversa, a Himaratsu le gusta dar rienda suelta a su niño mimado en los circuitos; según cuenta, una vez vio el marcador a 300 km/h en el trazado de Fuji. Otros de sus destinos favoritos incluyen Hakone (una autopista de peaje que puede considerarse la réplica nipona a Nürburgring) y las concentraciones de superdeportivos en el muelle Daikoku (Yokohama). Todas las imágenes de las saga Fast and Furious se están agolpando en mi cabeza ahora mismo…

“Una de las características del McLaren P1 es la combinación del sonido de su motor de combustión y del eléctrico cuando piso el acelerador. Esa música provoca muchos sentimientos; tienes la sensación real de que el coche se mueve mediante gasolina y electricidad”, asegura.

Otro de los beneficios de utilizar un P1 para desplazarse es no molestar a los vecinos con el ruido de la mecánica V8 biturbo, con 737 CV. “Unos 300 metros antes de llegar a casa, pulso el botón para pasar al modo eléctrico. El barrio es completamente residencial y prefiero no armar jaleo. El sonido desciende inmediatamente; así alcanzo el garaje, transitando tranquilamente por las calles estrechas que rodean mi casa”. Para sacarse el sombrero. El tradicional respeto japonés se cumple en este caso punto por punto.