Fotos de Johnny Fleetwood y un texto original de Jason Barlow

¿Qué es esto, otro restomod más?

Sí y no. Si tuviéramos que volver a revivir algún coche, sin duda el Lancia 037 estaría muy cerca de la parte superior de la lista de deseos. 

Aunque es una marca con poco que ofrecer estos días, Lancia es uno de los grandes nombres de la automoción, una potencia de ingeniería y diseño durante gran parte del siglo XX con un catálogo que brillaba con grandeza. Arranca la prueba del Kimera EVO37.

Sus aventuras en el mundo de los rallies, cuando el WRC rivalizaba y tal vez incluso eclipsaba a la Fórmula 1 por su dramatismo y prestigio, se llevaron múltiples campeonatos gracias al Fulvia, Stratos y, más tarde, al Delta S4 e Integrale. 

En 1983 incluso lograron burlar al poderoso equipo deportivo de Audi con su todopoderoso Quattro para ganar el campeonato de ese año durante el máximo apogeo de los Grupo B. 

Y el protagonista fue el 037, un misil y seguramente uno de los coches de competición más bonitos jamás fabricados. Y de paso, un proyecto que unió a talentos históricos como Abarth, Dallara y Pininfarina. 

El Lancia 037 también fue el último coche de propulsión en llevarse el mundial de rallies. Se fabricaron alrededor de 200 unidades de Stradale para carretera, según las normas de homologación, aunque la cifra exacta se pierde en la bruma del tiempo en medio de rumores de algunas artimañas numéricas. 

A ojos de hoy puede parecer modesto: el Lancia 037 Stradale se las arregló con unos 200 CV, mientras que el Kimera podría superar ampliamente 500 CV.

Entonces, ¿qué es lo que ofrece?

El inestimable trabajo de Singer en el 911 ha convertido a este tipo de empresas en unas entidades muy influyentes de la última década. 

Y es que muchos de los nuevos megarricos se han cansado ya de los hipercoches modernos ultrarrápidos y ultracompetentes, y no les importa cambiar la perfección digital por alguna anticuada interacción analógica. 

Desde entonces hemos tenido modelos como el Alfaholics GTA-R 290, el Volvo P1800 de Cyan Racing, el Delta Integrale de Eugenio Amos y, más recientemente, el E-Legend EL1 Audi Quattro. Ese último, pruamente eléctrico. 

El Kimera EVO37 definitivamente no lo es. De hecho, es posible que necesites una habitación tranquila en la que descansar después de conducir este coche. Es la experiencia automovilística más explosiva que he tenido desde que conduje un Ferrari F40 hace un tiempo. 

El ruido y el empuje son productos básicos que se han diseñado en gran medida a partir de automóviles de alto rendimiento de hoy endía. Sentarse detrás del volante mientras hundes el acelerador en tercera es como estar subido en un avión. 

Es un sonido extraordinario y hay una especie de dulce violencia en toda la experiencia: desde fuera puedes escuchar el Kimera EVO37 llegando a kilómetros de distancia.

¿Pero qué es exactamente?

Todo el proyecto está dirigido por el ex piloto de rallyes Luca Betti, un carismático italiano empapado en los deportes de motor. "Tengo una relación muy profunda con el Lancia Stratos, a través de mi padre. Después vino el 037", le contó a TG.com. 

Como muchos expilotos, la poderosa personalidad de Betti se combinó con una potente energía emprendedora para formular el esquema de lo que al final se convirtió en el Kimera allá por 2018. Pasó gran parte de 2019 asegurando la financiación, y en septiembre de 2020 estaba listo para comenzar el desarrollo del automóvil. 

Entonces sucedió rápidamente. "Todos decían que estábamos locos. Todo es pequeño pero muy bien organizado", prosigue de forma convincente.

Eso está muy bien, pero es bastante caro, más de 400.000 libras y rozando los 500.000 euros. Hace unos meses TG.com visitó los talleres cerca de Turín en los que Kimera está construyendo los primeros coches (pronto trasladará las operaciones a una instalación especialmente diseñada en Cuneo). 

Aunque ni el Monte Carlo ni el Lancia como marca gozan de una reputación estelar por su robustez, el resultado fue bastante épico. El chasis del 037 utilizó la misma sección central que el Monte Carlo, de los cuales se fabricaron menos de 8000, y el resto fue hecho a medida. La actualización de Kimera, dice Betti, "respeta el alma del automóvil", al tiempo que realiza algunas mejoras importantes.

La reinvención arroja una variedad de técnicas modernas: se utilizan escaneo 3D, creación rápida de prototipos, CAD y fresado CNC. 

Pero aquí también hay poder humano: Kimera ha reclutado al doble campeón mundial de rallyes (Lancia) Miki Biasion para ayudar con el desarrollo del chasis, el general de automovilismo del grupo Fiat Sergio Limone está involucrado, mientras que el motor ha sido tocado por la mano de, bueno, no de Dios, pero casi. 

En este contexto alguien casi tan impresionante, Claudio Lombardi. En su día, dirigió el desarrollo del sistema de propulsión de Lancia junto con el jefe del equipo y el igualmente legendario Cesare Fiorio, a quien más tarde siguió al equipo Ferrari F1, donde diseñó el último motor V12 de la Scuderia.

“Esta auténtica evolución me enciende, es una gran emoción", dice Lombardi, tan apasionado como siempre a pesar de tener 78 años. "Conserva el alma del coche de la época, a la vez que se enriquece con referencias y homenajes, estilísticos y técnicos, de los otros cohes exitosos que lo siguieron”.

Entonces, ¿cómo se ve y se siente en vivo?

Su monocasco de acero ha sido reforzado por una nueva estructura tubular delantera y trasera, que mejora drásticamente la rigidez torsional. La suspensión se realiza mediante horquillas dobles forjadas, y hay amortiguadores Öhlins duales en la parte trasera con una configuración de coilover más compacta en la parte delantera. 

Brembo suministra los frenos, mientras que Sparco se encarga de la construcción; los paneles de la carrocería están hechos de compuesto de fibra de carbono (el Kevlar usado originalmente).

El motor es un cuatro cilindros de 2.1 litros que usa el bloque del original con nuevos accesorios. También elige una solución técnica inusual de la bestia del grupo B del Lancia Delta S4 de finales de los ochenta: así como el sobrealimentador Volumex (ahora de accionamiento eléctrico en lugar de mecánico) como se ve en el 037 para mejorar la respuesta de gama baja, también utiliza un turbo para aumentar el rendimiento en el extremo superior. 

La potencia en el modelo terminado es de 500 CV, pero podría llegar a los 550 CV, y dado que el Kimera EVO37 pesa alrededor de 1.000 kg (la cifra final aún no se ha confirmado), estamos hablando de una relación peso/potencia muy favorable.

Se encuentra disponible un cambio automático secuencial, pero Betti confirma que cada uno de los 20 coches que ha vendido hasta ahora están equipados con una transmisión manual de seis velocidades (es una caja de Graziano - el coche original utilizaba un ZF de cinco velocidades). 

¿Y el resultado?

En primer lugar, el Kimera de esta prueba es uno de esos coches, como el Singer, el Alfaholics GTA y el Cyan P1800, que puedes mirar durante horas. Gran parte del atractivo de estos coches está relacionado con la calidad de la ejecución, y el listón es alto. 

Betti señala que este coche en particular tiene bastantes detalles a los que prestar atención, pero honestamente estoy demasiado ocupado asimilando su forma y pura presencia como para realmente notarlo. 

El resultado es una mezcla posmoderna del 037 Stradale de aspecto ligeramente delicado. Los faros cuádruples son ahora LED, el morro es llamativamente bajo y los pasos de las ruedas están más hinchados. 

Pero eso no es nada comparado con la vista a través de las tres cuartas partes traseras, con ese spoiler inclinado hacia arriba, el escape cuádruple, las luces traseras circulares y neumáticos de 295 de ancho. Incluso la placa de matrícula, con su escritura naranja, imita el antiguo estilo italiano.

¿Cómo es conducirlo?

Algo así como entrar en una cápsula del tiempo. Las puertas son ligeras como una pluma, pero necesitan un fuerte portazo para bloquearlas. Te sientas bajo y eres consciente de lo pequeño y perfectamente formado que es el 037. 

Solo el Alpine A110 actual se acerca a este tipo de manejabilidad. Betti es un tipo grande, especialmente para un piloto profesional, por lo que no hay problemas para sentirse cómodo ahí dentro. 

En cuanto al tablero del Kimera EVO37 de esta prueba es un simple rectángulo alargado que imita el diseño del original, con una instrumentación mínima: presión de aceite, presión de sobrealimentación, velocímetro, cuentarrevoluciones... 

Las salidas de aire de esta unidad no funcionan, por lo que el calor empapa el habitáculo. No hay espejo retrovisor dentro y los de las puertas son estrechoshasta el punto de no ver nada. Pero los asientos son fabulosos, el acabado de Alcantara es muy de la época y no hay tapizado en el suelo.

Como estoy a punto de descubrir, la insonorización no ocupa un lugar destacado en la lista de atributos. De hecho, no está en la lista. Pero vayamos por partes. Es hora de abrocharse esos arneses de carreras de cuatro puntos.

Un coche... ruidoso

Aunque Kimera habla de la facilidad de uso diario, la verdad es que habría que ver cuál es tu "uso diario". Porque la admirable fidelidad del proyecto al original se manifiesta en una serie de aspectos, ciertamente emocionantes: la dirección, el cambio de marchas y los frenos exigen que te concentres Al igual que la conducción y el manejo. 

En realidad, se conduce bien incluso en algunos de los tramos rotos que encontramos, pero acelera con contundencia y todo se pone rápidamente en rojo. Kimera todavía está calibrando todos los controles principales, pero en este momento todo es pesado y físico o inquietantemente hiperactivo.

Betti dice que va a suavizar la dirección y también está trabajando para hacer que el EVO37 sea más fácil de maniobrar a bajas velocidades. El gemido del sobrealimentador se superpone con el zumbido aún más loco del turbo, que también genera un aullido cuando sueltas el acelerador. 

La era restomod no muestra signos de disminuir y está dibujando ejemplos cada vez más interesantes. El desarrollo del EVO37 de Kimera se ha logrado muy rápidamente, pero el resultado se ejecuta de manera magistral.