Las 8 cosas que no sabes del Porsche Cayenne

Si lo único que sabes del Porsche Cayenne es que es grande y caro, necesitas leer esto.

El Porsche Cayenne de primera generación nació sin convencer mucho a nadie. Los puristas, de hecho, se llevaron las manos a la cabeza: ¿un SUV de Porsche? Y luego, qué, ¿motores de cuatro cilindros? (ah, vaya, si eso también ha pasado). Pero funcionó (lo del SUV) y se tuvieron que morder la lengua.

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No nos gustó que en las actualizaciones siguientes perdiera la reductora que lo convertía en un todo terreno auténtico, pero ganó… Bueno, de todo. Potencia, empaque, elegancia, velocidad. El Porsche Cayenne, según anuncia la marca, es el SUV más rápido del planeta. Y uno de los más caros también, no se puede negar. Lo que ocurre es que por tus euros te llevas un vehículo con el que asustas en la ciudad (esto gusta mucho en ciertas zonas, donde se ven Cayenne a diario dejando niños en los colegios), metes miedo en carretera –si se pone detrás de ti para adelantar, date por sobrepasado- y puedes hacer tus pinitos en rutas off-road con cierta soltura. Con más de la que piensas, incluso. Aunque da pena mancharlo. Por no hablar del equipamiento que incluye, lleno de siglas, y sus posibilidades de personalización (alguna de ellas un poco macarra, por cierto, y casi todas escandalosamente caras. Sospechamos que no esperabas otra cosa).

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Con los años, a la gama de este SUV de lujo se han ido añadiendo versiones híbridas cuyo consumo oficial es menor que el de un mechero y otras con casi 600 CV. La que elijas como tu favorita ya queda a tu criterio –nosotros lo tenemos claro-, pero todas cuentan con algo especial. Cuando compras este SUV de Porsche, compras más que un Cayenne. Te llevas cosas que muy pocos saben. Pasa por la galería que aparece más arriba para averiguar cuáles son. Y coméntaselas a tus colegas cuando veáis uno.

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