La gama de coches urbanos de Citroën despide a uno de sus modelos más veteranos. El último Citroën C1 ya ha salido de la línea de producción de la planta checa de Kolin y ha puesto fin a 17 años de vida comercial. En este tiempo, más de 1,2 millones de unidades han sido vendidas a nivel global.

El urbano de la marca francesa llegó en 2005 como una opción para moverse por ciudad. Su pequeño tamaño -medía solo 3,46 metros de largo-  y agilidad suponían un atractivo para estos entornos, así como su precio también era otra de sus buenas cualidades. Así, se mantuvo fiel a sus orígenes y en el 2014 fue rediseñado para mantener su relevancia en el mercado.

Entonces se ofreció con carrocerías de 3 y 5 puertas para aumentar su versatilidad, así como incluyó sistemas como el techo eléctrico practicable en versiones como el C1 Airscape. A esto se unió una mayor presencia de la tecnología, con elementos como la pantalla táctil de 7” con función Mirror Screen.

El Ami y el C3, llamados a llenar su vacío

Con todo esto y con la posibilidad de personalizarlo con multitud de combinaciones, el Citroën C1 se ha mantenido a la venta hasta ahora. Según la firma, las razones de su retirada tienen que ver con los “cambios en los hábitos y normativas de circulación en los centros urbanos y la voluntad de proponer una oferta eléctrica” para la movilidad urbana.

Por estas razones, ahora la marca confía en dos de sus modelos para suplir esta retirada. Para el centro de las ciudades, el Ami es el elegido, ya que su pequeño tamaño y su propulsión eléctrica pueden suponer dos grandes ventajas en las áreas con más restricciones. Por otro lado, el C3 será el más orientado al resto de la ciudad, fuera de las zonas más céntricas.

El pequeño eléctrico de la compañía no ha pasado desapercibido desde su llegada y está teniendo buena acogida dentro del mundo del carsharing. Por otro lado, el C3 es un modelo bien asentado y conocido, tras muchos años en el mercado. ¿Lograrán ambos llenar el hueco del Citroën C1?