Los coches de Paul Walker: tan recordados y admirados como su dueño

Coches eléctricos

Javier Prieto

Esta colección haría las delicias de cualquier petrolhead

Tras los bugas de Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham, los coches de Paul Walker cierran nuestra serie dedicada a los pepinacos de los actores de Fast & Furious.

Y lo hacemos precisamente en el día del estreno de la octava entrega de la saga. Desde luego que en una fecha tan señalada para su legión de fans, no podíamos olvidarnos del malogrado intérprete estadounidense. 

¿Y qué mejor formar de recordarle que a través de su gran pasión: los carrazos?

Prepárate para disfrutar como un niño porque hoy te abrimos las puertas de lo más parecido a lo que debe ser el cielo o el paraíso para un quemao de la gasofa.

os referimos a ¡las naves¡ en la que la estrella de Glendale acumulaba obras de arte rodantes como si fueran fichas del Monopoly. 

Según diversas fuentes, la flipante colección de coches de Paul Walker estaba compuesta por una treinta de unidades. Como te puedes imaginar, lo más selecto y exclusivo de marcas como Porsche, BMW, Ferrari, Saleen, Ford o Cadillac formaban parte de ella.

No exageramos ni un pelo al decirte que aquello era un auténtico museo porque, además de deportivos contemporáneos de todos los tipos y colores, también contaba con increíbles piezas clásicas.

De la primera categoría, se nos vienen a la cabeza unos espectaculares Ford Mustang GT500 y GT350SR y varios agresivos 911 GT3 RS. Y de la segunda nos quedaríamos con los BMW M1 y M3 y los Porsche 911 de los 70 y 80.

Precisamente, el destino quiso que encontrara la muerte en uno de sus modelos favoritos, el Porsche GT

Tampoco faltaban en su parking, las grandes creaciones de Maranello. Para no deprimirte, solo nombraremos los Ferrari 360 Challenge, 355 Spider y Testarossa.

Si tuviéramos que elegir solo uno, nos traeríamos a casa unos cuantos de sus Ford Mustang Saleen "Fox Body". Hablamos de palabras mayores, amigo.

Todos estos extraordinarios coches de Paul Walker demuestran que no era un nuevo rico que se dedicaba a fardar de maquinones. Para nada. Este chico era un auténtico enamorado y experto del mundo del motor, especialmente de los deportivos.

¡Hasta siempre, Brian O'Conner!

Por cierto, hoy más que nunca te debes pasar por nuestra galería que incluye un vídeo con visita guiada por las naves donde dormían los purasangre de Paul Walker y su amigo Roger Rodas.