Así es el hombre que tiene una de las mayores colecciones de Subaru en un parking de Japón

Akira Yokohama, con su colección de Subaru en un parking de Japón

Una de las colecciones más grandes de Subaru no se encuentra en una mansión o es propiedad de un millonario con ganas de especular. Es de un auténtico entusiasta y se encuentra en un parking de Japón.

Texto original de Mark Riccioni

Si me creyera solo lo que aparece en las redes sociales, el coleccionista de coches típico debería ser un empresario bien cuidado y bronceado, con dientes tan brillantes que solo el Gran Colisionador de Hadrones podría medir con precisión la luz que emiten.

La mayoría de estos personajes suelen encontrarse en el extremo más insufrible de la escala de personalidad. Pero lo que es peor, esta actitud da muy poca idea de su verdadera pasión por los automóviles, sino que funciona más como un ejercicio para mostrar su riqueza. Eso es lo que hace que esta colección en particular sea aún más entrañable. 

No está en un paraíso fiscal, sino a las afueras de Tokio. Pero tampoco es un retiro junto a un onsen lleno de geishas. En realidad, es un parking situado debajo de una de las estaciones de tren de Yokohama, al que acceden miles de viajeros todos los días. Un curioso lugar para una de las colecciones de Subaru más grandes del mundo...

Colección de Subaru de Akira Yokohama

Es hora de conocer a Akira Yokoyama, también conocido como el Señor Bóxer, que sufre lo que él describe como la enfermedad de Fuji Heavy. No, no son las secuelas de otro colapso al estilo de Fukushima, sino un guiño a Fuji Heavy Industries, empresa matriz de Subaru antes de que cambiara de nombre en 2017.

El Sr. Bóxer no solo colecciona todo tipo de modelos del Subaru Impreza. Eso lo hizo en 2014, antes de vender todos menos cuatro y empezar de nuevo. “Me encanta el Impreza, pero quería experimentar los modelos anteriores a su creación para comprender mejor su historia”, explica. Desde entonces, cada Subaru fabricado desde el inicio de la empresa en 1953 es un objetivo.

Es más fácil decirlo que hacerlo con una marca como Subaru. Puede que no sea famosa por producir coches muy caros, pero son difíciles de coleccionar una vez que miras modelos como los 22B, S201 y Spec C. Si tienes montones de dinero, es relativamente fácil aspirar a esas variantes, pero no lo es tanto si se trata de un BRAT que no se haya oxidado.

Yokoyama-san no encaja en el molde tradicional de los coleccionistas de coches. Aparte de llegar con una chaqueta de Subaru, su apariencia y comportamiento revelan muy poco sobre lo que ha escondido aquí. Puedes encontrarlo en las redes sociales, pero nunca verás un selfie o su vida fuera de esta colección. Tampoco puedes esperar una respuesta a ningún mensaje directo.

"Esta es mi pasión, mi obsesión desde hace muchos años. No es para ganar seguidores o hacerme notar"

“Muchas personas preguntan si los Subaru están a la venta o si pueden hacer un video de YouTube sobre ellos”, nos dice. “Pero no estoy interesado en ninguno de los dos. Esta es mi pasión, mi obsesión desde hace muchos años. No es para ganar seguidores o hacerme notar. Pero disfruto al conocer a otros entusiastas de Subaru por ello”, añade.

Entonces, es irónico que su primera aparición fuera de Japón sea en Top Gear. Y todo ha sido posible gracias a nuestro amigo Junya Matsushita, quien convenció a Yokoyama-san para exhibir su colección a escala mundial. Pero ¿qué giro de los acontecimientos lleva a un hombre a esconder 50 Subaru en un aparcamiento compartido y, en primer lugar, por qué elegir Subaru?

“Todo comenzó cuando compré un Nissan Bluebird”, explica Yokoyama-san. “Fue mi primer coche y después de unos años quise reemplazarlo por algo más deportivo. En 1993 compré mi primer Subaru, un GF8 Impreza Sport Wagon. Su rendimiento y practicidad me impresionaron tanto que supe que debía tener otro a medida me hiciera mayor", recuerda.

En verdad, fue el sonido inconfundible del motor de cuatro cilindros del Impreza lo que dejó enganchado a Yokoyama-san. “Tuve ese primer Impreza durante mucho tiempo”, agrega. “Hizo todo lo que necesitaba. Todos los inviernos me iba a esquiar y el sistema de tracción a las cuatro ruedas del Impreza estaba hecho para rutas de montaña”, rememora.

“Sin embargo, después de siete años cambié a un Subaru Legacy Touring Wagon (BH5) porque el Impreza tenía muchos kilómetros y me gustaba el espacio adicional que ofrecía el Legacy con un rendimiento similar. Eso sí, en 2003 es cuando realmente comenzó la obsesión”, comenta.

El punto de inflexión para Yokoyama-san consistió en convencer a su esposa de que usara el Legacy Wagon que había comprado, lo que le permitió comprar otro Subaru: un WRX STI blobeye de 2003. Este plan funcionó tan bien que continuó hasta 2007, con Yokoyama-san entregando cada coche para comprar la última versión. La esposa estaba feliz y la vida era feliz.

Naturalmente, decidió llevar esto más allá trayendo a casa un 22B en 2007, cuando los precios aún eran bastante normales. "¡Era más ligero y rápido que cualquier Subaru que hubiera tenido antes!" exclama. “El aspecto del GC8 es atemporal, especialmente en forma de cupé, y la carrocería ancha se ve muy deportiva”, señala.

“Se conducía de manera tan diferente a otros GC8 que me dejó preguntándome cómo son todos los otros Impreza que no he tenido. El 22B es muy especial, pero también quería probar todas las demás variaciones. Y ahí fue cuando la colección se salió de control…”, apunta.

En los años siguientes, Yokoyama-san agregó todos los grandes éxitos a su colección: S201, S202, S203 y RA-R. El S204 llegó en 2011, junto con un GC8 Type R, Legacy RS-RA y un Leone AG6 RX/II. Su colección no solo estaba contando con Imprezas, sino que también se había extendido a los modelos que lo precedieron.

“En 2014 dejé de coleccionar, cuando llegué a unos 45 coches y vendí todos menos cuatro”, dice. “Me estaba volviendo un poco loco. Pensé que al venderlos todos me curaría del síndrome de Fuji Heavy. ¡Pero esta enfermedad no tiene cura y, nueve años después, tengo aún más coches que antes!”, añade.

Eso es porque Yokoyama-san ya no quería simplemente entender la historia del Impreza; quería ir mucho más allá y retroceder hasta los inicios de Subaru. Así, quiso hacerse con modelos clave, incluido el FF-1 de 1969 y el Leone Estate de 1978.

Yokoyama-san apenas le ha dado la espalda al Impreza, con una colección actual que incluye 17 modelos de la generación GC8, así como variantes posteriores, incluido el S206 de 2011 e incluso un GK2 de 2022, para asegurarse de que no se ha olvidado de la última generación. 

Entonces, ¿qué es lo siguiente? “Recientemente comencé la colección de coches del WRC y de carreras. Solo tengo cuatro hasta ahora: un Legacy de 1992, dos Imprezas de 1994 y un modelo de 1995 conducido por Colin McRae. Siempre existe la tentación de encontrar modelos más interesantes, pero no creo que la colección crezca más a partir de este punto”, señala.

Según Yokoyama-san, su enfoque ahora se ha alejado de la recolección y se ha centrado en el mantenimiento. Esa no es una tarea fácil con un puñado de coches, y mucho menos con 50 de ellos. Sin embargo, insiste en que todos deben ser legales para conducirse por carretera y manejables durante todo el año, incluso si eso significa vender algunos en el proceso.

Colección de Subaru de Akira Yokohama

Sobre el papel, eso suena sensato, pero no olvides lo que pasó la última vez que Yokoyama-san tuvo un pequeño momento de lucidez, hace nueve años. “Como he dicho, no hay cura para esta enfermedad”, se ríe. “A veces solo necesitas tomar un poco de medicina para mejorar los síntomas, pero siempre acabará volviendo…”, sentencia.