Se llama Mike Simcoe y es australiano. Viene de una tierra donde metían motores V8 hasta a los cortacésped y sin duda, el concepto SUV probablemente no esté tan implantado como en otros países o regiones. Afirma que la moda SUV pasará, que poco a poco la gente querrá otras cosas, otros tipos de coches, cada vez más bajos, y no le quito la razón, pero quizás cuando llegue la muerte de la moda de los SUV, ya sea demasiado tarde para los coches.

Sin embargo, algunas de las cosas que dice son realmente interesantes, viniendo especialmente de un jefe de diseño de General Motors. Por ejemplo, una comparativa interesante: los SUV pasarán de moda, los coches deportivos no. Tiene sentido.

En declaraciones a un programa de radio, dejó claro que hoy en día los SUV son los reyes del mercado, primero porque cumplen con una necesidad y segundo porque estéticamente están de moda. La gente se compra un coche nuevo para que su vecino lo vea aparcado y piense: “¡qué bien le va la vida!”. 

Simcoe cree que poco a poco los SUV van a ir evolucionando hacia una menor altura. ¿Has visto el Ford Mustang Mach-E? Puede ser un buen ejemplo de lo que comenta. Los SUV rara vez salen del asfalto, por lo que poco a poco podrían evolucionar en un concepto más innovador, un coche con mucho espacio interior, un puesto de conducción ligeramente elevado, una carrocería con estilo coupé de tres volúmenes y una altura menor.

Esa primera evolución podría seguir y seguir, regresando un poco al concepto sedán clásico de tres volúmenes o nuevos nichos de mercados, como por ejemplo los coches familiares de tipo ‘shooting brake’. Es difícil saber lo que pasará, pero es obvio que una moda como los SUV llegará un punto en que evolucionará. Porque es más volátil e imprevisible.

Un coche deportivo, de perfil bajo, con dos plazas y un diseño afilado es inmortal. Evolucionará pero siempre existirá. Según Simcoe, los SUV pasarán de moda tal como los conocemos ahora, evolucionando hacia una nueva dimensión. Aunque visto lo visto, creo que harán falta años para que se produzca ese cambio y quizás entonces, ya sea demasiado tarde para el automóvil tal y como lo conocemos. O quizás no. ¡Quién sabe!