La increíble historia del primer turbodiésel del mercado

Mercedes 300 SD Turbodiesel
Mercedes siempre ha sido una marca muy innovadora.

La historia del primer coche con motor turbodiésel del mercado es curiosa, cuanto menos. A día de hoy, el diésel es un combustible claramente a la baja y solo en Europa se mantiene como una opción viva. En mercados como el americano o el japonés ya llevan mucho tiempo con unas ventas irrisorias, solo reservadas a vehículos de carácter industrial. Pero, ¿cuál fue el primer turbodiésel de la historia? ¿Por qué su nacimiento es tan sorprendente?

Pues bien, la historia se remonta hasta los comienzos de la década de los 70, cuando la Crisis del Petróleo empezó a hacer acto de presencia. En esa época, el consumo de petróleo era altísimo, especialmente en países muy industrializados como Estados Unidos. Teniendo en cuenta los conflictos en la zona del Golfo, el abastecimiento del crudo empezó a peligrar y se tuvo que empezar a buscar soluciones.

El diésel para ahorrar

Cuando en 1973 se desató la Crisis del Petróleo, muchas administraciones ya trabajaban a toda máquina para reducir la dependencia al combustible a toda costa. En Italia se hicieron rebajas fiscales especiales para motores pequeños (de ahí nació el Lamborghini con motor de dos litros o el mítico Ferrari 208) y en otros mercados, como el americano, se empezó a ver la necesidad de optar por otros combustibles más eficientes.

Mercedes 300 SD Turbodiesel

Jimmy Carter creó la Corporate Average Fuel Economy, una nueva normativa que obligaba a los fabricantes de coches a reducir el consumo medio de sus vehículos. Lo que hasta los años 70 era libertad absoluta, a partir de ese momento la eficiencia y el ahorro de combustible empezaron a ser una cuestión de estado. Para el Cambio Climático y la contaminación todavía faltaban unas décadas.

Aquí la cuestión era puramente económica. No había combustible suficiente para todos y se quería depender menos de este combustible. Probablemente en aquella época nadie habría podido imaginar que medio siglo después nos sobraría el petróleo, pero estaba claro que la libertad absoluta para crear motores grandes y con consumos muy altos era insostenible.

Mercedes crea el primer turbodiésel de la historia

Mercedes fue la primera marca en apostar claramente por el motor diésel para ahorrar combustible. Su trabajo fue convertir lo que era originalmente motores de trabajo en propulsores que fueran aptos para vehículos de turismo, mejorando el refinamiento general. Los motores diésel ya se sabía que eran más austeros en gasto de combustible e incluso más fiables.

Mercedes 300 SD Turbodiesel

La firma de la estrella se puso manos a la obra y uno de sus momentos clave fue el desarrollo del Mercedes C111, un prototipo espectacular que sirvió como laboratorio con ruedas para el desarrollo de nuevas tecnologías, como la aerodinámica o los motores diésel. Las dos últimas evoluciones del C111 tenían sendos propulsores diésel que terminaron evolucionando en el primer coche con motor turbodiésel de la historia.

Mercedes 300 SD W116, el primer coche con motor turbodiésel

Y así es como nació el Mercedes 300 SD, una versión del Mercedes Clase S con motor turbodiésel de 115 CV y con un consumo notablemente inferior a los que conseguía la competencia y las otras versiones del Clase S con motores de seis u ocho cilindros. Quizás la peculiaridad más interesante de esta historia es que fue precisamente en EEUU y Canadá donde arrancó su comercialización.

Y es que la Crisis del Petróleo supuso un punto de inflexión a la hora de utilizar combustible para moverse sobre cuatro ruedas. Los motores diésel llegaron y el primero tuvo como protagonista al mercado americano, el que probablemente sea el mercado con la industria del motor menos eficiente del mundo, donde un motor V8 es casi una religión. 


 

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