Mercedes GLC F-CELL: un híbrido a base de hidrógeno

¿La solución perfecta de movilidad?

El Mercedes GLC F-CELL es innovador y aporta soluciones muy interesantes para la movilidad del futuro. Presentado en el Salón de Frankfurt 2017, este SUV podría mostrar al mundo una alternativa poco utilizada hasta la fecha: el hidrógeno. Seguro que has oído hablar de la pila de combustible y de coches como el Toyota Mirai, pero lo que Mercedes nos propone es algo nuevo: combinar la pila de combustibles con las baterías convencionales, un híbrido con el hidrógeno como ‘plan B’.

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De esta manera, el coche utiliza un motor eléctrico de 147 kW (200 CV) y 350 Nm de par que se alimenta por unas baterías con una capacidad de 13,9 kWh. Estas baterías se pueden cargar enchufando el coche a la corriente eléctrica, como cualquier otro coche eléctrico. La particularidad llega cuando nos encontramos que el motor eléctrico también funciona gracias a la pila de combustible alimentada por un depósito de hidrógeno comprimido a 700 bares de 4.4 kg.

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De esta manera, el coche siempre se mueve en modo eléctrico, pero puede alternar dos tipos de energía, la clásica eléctrica obtenida de un enchufe y la generada por la pila de combustible. La pila de combustible del Mercedes GLC F-CELL es un 30% más compacta que la que montaba el Clase B F-CELL y su producción es ahora más económica: por ejemplo, el uso de platino se ha reducido en un 90%.

El Mercedes GLC F-CELL podrá circular con varios modos de conducción, así como diferentes uso del sistema híbrido. Por una parte cuenta con tres modos de conducción: ECO, COMFORT y SPORT. El primero optimiza el motor eléctrico y todos los componentes del coche para ahorrar batería, el segundo prioriza el confort, incluso a nivel de temperatura interior o cualquier otro parámetro que tenga que ver con el bienestar a bordo. Por último, el modo Sport optimiza el sistema híbrido para conseguir las máximas prestaciones.

A su vez, el sistema híbrido funciona con tres modos de utilización. El modo híbrido permite al sistema elegir entre la electricidad almacenada en las baterías junto con la generada por la pila de combustible, el modo F-CELL prioriza el uso de la energía generada por el hidrógeno. El modo ‘BATTERY’ utiliza únicamente la energía almacenada en las baterías mientras que en el modo ‘CHARGE’, el sistema prioriza la regeneración de energía para cargar las baterías lo máximo posible.

Por supuesto, en un vehículo así la seguridad es primordial y Mercedes va más allá de los estándares básicos de este tipo de vehículos. Los tanques de hidrógeno están realizados en fibra de carbono y se encuentran en la zona más protegida del coche, en los bajos: en caso de impacto la seguridad de los tanques está asegurada.

En el apartado estético, el Mercedes GLC F-CELL recibe importantes novedades respecto al Mercedes GLC con motor de combustión. Sigue la estética de la gama Generation EQ, con el color azul como señal inequívoca de su particularidad planta motriz. Estos cambios también se pueden apreciar en el interior, con inserciones únicas. Este modelo cuenta también con una pantalla de 12,3 pulgadas que actúa como cuadro de mandos y a la que se suma otra pantalla de 10,25 pulgadas en el centro de la consola: por supuesto el conductor puede informarse de cómo fluye la energía del sistema híbrido en cada momento.

El objetivo es producir este modelo en serie, convirtiéndolo en una versión más dentro de la gama del Mercedes GLC, no obstante se presentan varios retos, como la disponibilidad de todos los elementos que conforman este vehículo. Por ejemplo, la pila de combustible ha sido desarrollada junto a Ford en Vancouver, Canada y se produce en una planta dedicada exclusivamente a esta materia. La unidad de potencia de la pila, así como los almacenes de fibra de carbono también se producen en plantas diferentes, todas ellas dentro del universo de Daimler.

Lo que paree claro que es que el principal problema de esta tecnología es la infraestructura actual. El hidrógeno es una fuente limpia e inagotable que parece la alternativa ideal a los combustibles fósiles, no obstante, todavía se tiene que trabajar mucho para obtener gasolineras que distribuyan el hidrógeno a alta presión: en Alemania, Mercedes trabaja con la empresa H2 Mobility para crear 100 puntos de carga a finales del año que viene, mientras que de car a 2023 se esperan 400 gasolineras de hidrógeno. Hoy en día es un gran olvidado, pero sin duda, si se invierte en la materia y se reducen los costes, podría ser la alternativa definitiva al petróleo y una solución más limpia y eficaz que la producción eléctrica convencional.