El misterioso influjo del Muro de los Campeones en Canadá

Muro de los Campeones F1

Javier Prieto

- Actualizado:
Una misteriosa atracción convertida en tradición automovilística. ¡Ay, ese magnético bloque de cemento!

Después de chocarse de ayer durante la 'Qualy' GP de Canadá F1 2019 contra el Muro de los Campeones, Kevin Magnussen se ha unido al club de víctimas de la famosa barrera de hormigón. Quizás se trató de una estrategia del corredor danés para acercarse al nivel de pilotaje de sus predecesores en ese punto del trazado de Montreal. 

Sea como fuere, el corredor de Roskilde se ha dejado atrapar por el influjo de en una barrera cuyo magnetismo recuerda al que ejercía el Triángulo de las Bermudas con los aviones. Pues, con motivo de este accidente sin consecuencias del corredor de Haas  en la clasificación en Montreal, vamos a hablarte de la zona más temida y famosa del Circuito Gilles Villeneuve

 

 

Aunque no seas muy perspicaz, sabrás que nos referimos al Muro de los Campeones, uno de los sectores legendarios y enigmáticos del Mundial de Fórmula 1Resulta que desde finales del Siglo XX, una pléyade de astros del Gran Circo se han rendido a su embrujo. Nombres míticos -unos más y otros menos- como Michael Schumacher, Damon Hill, Sebastian Vettel o Jacques Villeneuve, héroe local, han sido atraídos por sus encantos. 

 

Bueno, también se ha dejado seducir por la susodicha protección de hormigón otras estrellas con menos brillo como Alex Wurz (1997), Ricardo Zonta y Ralph Schumacher (1999) Rubens Barrichello (Qualy - 2001), Nick Heidfield (2001), Juan Pablo Montoya (2006), Kamui Komayashi (2010), Sebastian Vettel (2011), Bruno Senna y Pator 'Maldonator' (2012), quizás buscando lograr su ayuda para coronarse. El caso es que todos ellos, primeras y segundas figuras de la Categoría Reina, han contribuido al mito del Muro de los Campeones.

Orígenes de un 'influjo' de cemento

A lo largo de los tiempos, el hombre ha construido multitud de famosas fortificaciones. Ahí están sin ir más lejos el Muro de Berlín, el Muro de las Lamentaciones o la Muralla China. Pero a pesar de su trascendencia histórica, para el aficionado al automovilismo solo existe un Muro, y ése el de los Campeones. Curiosamente, su leyenda arrancó en los últimos años del pasado milenio.

 

 

Un tal Alex Wurz estrenó en el GP de Canadá F1 1997 una tradición que con el paso del tiempo ganaría muchos adeptos. Sucedió durante los entrenamientos de esa cita cuando el novato austriaco recién subido al Benetton-Renault por la enfermedad de Gerhard Berger, se estampó contra la 'pared' que tú y yo sabemos.

 

Estos son los datos más importantes del GP de Canadá F1

 

Fue su primera sesión de clasificación y toma de contacto con el citado obstáculo. "No sé qué ha pasado, pensaba que no había pisado la hierba", afirmó el sorprendido rookie. El Muro de los Campeones quiso explicarle de ese modo cómo se las gastaba con aquellos que le desafiaban.

Durante la carrera de ese año (1997), volvió a hacer de las suyas. En esta ocasión la nueva víctima fue el corredor nacional Jacques Villeneuve. El hijo de Gilles quería vencer ante su público con el Williams FW19, después de no lograrlo en su primera participación un año antes. 

Sin embargo, en la segunda vuelta de la carrera del GP de Canadá F1 1997 arruinó las posibilidades de éxito. "Cometí un error de principiante, difícil de tragar", explicó el frustrado piloto de Quebec. Pero, sin saberlo aquel día puso los cimientos para alzarse con el título de la especialidad a finales de esa misma temporada. 

 

Los Campeones del Muro

Harto de su anonimato, el Muro de los Campeones decidió en 1999 pasar a la acción de un modo intensivo. Quería convertirse en la protección de hormigón más famosa del Mundial de F1. Sabía que poseía cualidades (técnicas) para ello. Su localización jugaba a favor de esas pérfidas intenciones. De hecho, precedía a una complicada y traicionera chicane antes de la meta, la cual exigía precisión milimétrica y nervios de acero en sinuosa chicane (curva 14) del trazado norteamericano. 

 

 

El plan estaba definido y ya solo le faltaba buscar a un corredor que lo cubriese de popularidad. Fue en la edición del GP de Canadá de 1999 puesto que se celebraba en día… 13 de junio. En la vuelta 14 vio aproximarse a su primera víctima. Se trataba de un bólido amarillo –color que atrae el mal fario en ciertos espectáculos públicos.

 

 

Sobre el corredor inglés, Damon Hill –campeón en 1996-, desplegó todas las armas de atracción. Y el británico cayó rendido bajo su influjo, besándole con su bólido de la escudería Jordan. Animado con la notoriedad adquirida, el Muro de los Campeones quiso repetir la jugada. Y así, tan solo quince giros más tarde puso el ojo en el monoplaza rojo de un tal Michael Schumacher -títulos de 1994 y 1995, por aquel entonces-.

 

 

El Káiser acabó a sus pies y le concedió a la barrera un protagonismo inesperado al manifestar tras la colisión: “Aquí he cometido el único error que me permito cada año”. Pero, como ya se sabe que en el traicionero mundo de los muros no hay dos sin tres, Jacques Villeneuve -título de 1997- emuló a sus rivales en la vuelta 34. Abandonó la prueba a lo campeón. La protección se había cobrado un tercer tributo ¡en una sola carrera!

 

 

En el GP de Canadá de 2001, Jenson Button, consciente de que se le alejaba la oportunidad de alzarse con la corona de la Categoría Reina, buscó una solución drástica. Impactó contra el Muro de los Campeones. Cuatro años después se llevó el Título de F1. Definitivamente, había nacido una estrella de... hormigón. 

 

 

En años posteriores, otros campeones como Sebastian Vettel siguieron la 'tradición' marcada por sus ilustres predecesores. Irónicamente, sobre el muro se instaló una pancarta en la que figuraba este mensaje escrito en francés: “Bienvenido a Quebec”. La hospitalidad canadiense tiene sus ironías.

 

 

Desde entonces, en la Isla de Notre Dame y a orillas del río San Lorenzo, habita un lugar mágico. El misterio de su magnetismo sería digno de atención y estudio por parte del mismísimo Iker Jiménez.

 

 

Por cierto, en el GP de Canadá F1 2016 nuestro Carletes Sainz, tuvo un encontronazo con el Muro de los Campeones. Esperamos que sea una premonición...


Imagen portada: christianmadden 

vía https://www.flickr.com/photos/christianmadden/100345172/