Prueba del Microlino: la resurrección eléctrica del Isetta, solo para algunos bolsillos

Prueba del Microlino

Hemos probado el Microlino, uno de los vehículos eléctricos más llamativos que puedes comprar en la actualidad. ¿Es solo estética o tiene más virtudes que deberías tener en cuenta?

Es posible que no te esperaras esta prueba del Microlino, ya que no hablamos de un coche normal y corriente. Bueno, técnicamente es un cuadriciclo pesado y también uno de los eléctricos más extraños que puedes comprar, aunque esto salta a la vista. Este año he conducido de todo, pero no miento si digo que el Microlino ha sido uno de los vehículos más raros y divertidos que he probado.

Antes de nada, algo de historia: a mediados del siglo pasado se lanzó al mercado el Isetta, un simpático utilitario con forma de burbuja y una puerta de acceso frontal que lanzó Iso, pero que se popularizó bajo el emblema de BMW. También fue el coche de Steve Urkel en la serie de los 90 ‘Cosas de Casa’. Sin duda, un vehículo tan peculiar como el propio personaje.

bmw isetta

Fue en los años 60 cuando se dejó de fabricar aquel coche, pero la firma Micro Mobility Systems pensó hace unos años en resucitarlo como un pequeño eléctrico enfocado principalmente a la ciudad. Así, ahora ya está disponible en España y, si buscas un vehículo diferente a lo que ya existe, pocas opciones mejores vas a encontrar.

Hay muchos elementos que se pueden mencionar de este modelo y que trataré más adelante, pero no cabe duda de que el diseño del Microlino es su punto estrella. El estilo del Isetta de los años 50 está presente, pero no está calcado y se ha modernizado con un estilo más minimalista. Además, hay toques curiosos, como unos faros LED que a su vez son los espejos retrovisores.

Por otro lado, otra diferencia entre este cuadriciclo y el coche en el que se inspira está en el menor tamaño. Mide 2.519 mm de largo, 1.473 mm de ancho y 1.501 mm de alto. Sin duda, dimensiones muy contenidas y que sorprenden, especialmente en un momento en el que los coches se están volviendo cada vez más grandes.

Más allá de estas cuestiones, algo que hay que mencionar es que cuento con una unidad de la edición Pioneer, limitada a 999 unidades. No trae muchos cambios, más allá de una insignia y una placa numerada, pero es una alternativa adicional a los acabados habituales que ofrece la marca: Dolce y Competizione.

Finalmente, este ejemplar se presenta en azul, con toques blancos en molduras y en los tapacubos de las llantas de acero con neumáticos Continental 145/70 R13. Ruedas que, por cierto, están más juntas en el eje trasero, ya que el Microlino es más ancho por delante.

¿También se entra por delante?

Prueba del Microlino

Por supuesto. Si reinterpretas un coche como el Isetta, puedes cambiar casi lo que quieras, pero debes mantener la puerta frontal de acceso. En este caso, tiene apertura eléctrica con un botón exterior y con otro interior, aunque también puedes abrirla desde fuera con una cerradura convencional. Además, tiene cierre suave y así accedes a un habitáculo que sorprende por varias razones.

De entrada, lo primero que me sorprende del interior del Microlino es positivo, ya que hay más espacio del que esperaba. Hay una butaca con dos plazas que puedes mover hacia delante o detrás, pero no se regula en altura, aunque no voy justo de espacio para la cabeza. Y si quiero más sensación de amplitud, abrir el techo de lona ayuda bastante.

Aun así, no te sientes encajonado aquí dentro, al menos si vas solo. La anchura es aceptable y las ventanillas hacen que no falte luminosidad en el habitáculo. Asimismo, también me llama la atención el espacio que ofrece el maletero (que también se abre de forma eléctrica), con un volumen de 230 litros. Hasta aquí, todo bien, pero no todas las sorpresas son tan buenas.

Si bien me he encontrado con más de lo que esperaba a nivel de amplitud, en cuanto a equipamiento queda patente que este modelo es casi tan espartano como el original de hace más de medio siglo. Por ejemplo, las ventanillas son manuales, no hay aire acondicionado (sino un ventilador) y tampoco hay radio. En su lugar, tienes un altavoz bluetooth al que conectar el móvil.

También para el smartphone hay un soporte incluido bastante cómodo, ya que la fina pantalla central solo te permite hacer cosas como activar el ventilador o cambiar los diseños del cuadro de mandos también digital. Esta instrumentación se ve habitualmente bien, eso sí, aunque no tanto cuando le da el sol directamente y prescinde de datos como los kilómetros de autonomía restante.

Hablando de esto, ¿cuál es la autonomía del Microlino?

Prueba del Microlino

Destaco el hecho de que no puedes saber cuántos kilómetros aproximados te quedan de energía porque tampoco puedes recorrer grandes distancias en este modelo, como es de esperar. En la versión que se ofrece en España se incluye una batería de 10,5 kWh que ofrece sobre el papel 177 kilómetros, pero que realmente es algo menos.

Por encima de esta versión existe una batería de 15 kWh que ofrece 228 kilómetros de autonomía, pero no se ofrece aún en nuestro país, al igual que la de acceso con 93 kilómetros de autonomía y una batería de 5,5 kWh. ¿Llegará la variante más capaz aquí? Quizás, pero no se espera por el momento.

Así, aquí contamos con la versión intermedia por ahora, que además firma una potencia de 12,5 kW -unos 17 CV-, 89 Nm de par y 90 km/h de velocidad máxima. Además, en un enchufe doméstico puede recargarse por completo en unas cuatro horas.

¿Cómo se conduce?

Prueba del Microlino

Si tuviera que resumir en pocas palabras cómo es conducir un Microlino, diría que es toda una experiencia, ya que no es como llevar otro cuadriciclo o coche eléctrico. De entrada, hay varias cosas a las que te tienes que acostumbrar, como al hecho de no tener un espejo central o dirección asistida, aunque esto último hace que tenga un tacto analógico bastante interesante.

Por otro lado, apenas tiene servofreno, de manera que tienes que habituarte a pisar el freno con ganas. Además, aunque sea eléctrico, el motor suena bastante en el interior, lo que puede sorprender al principio. En definitiva, no vas a encontrar todas las comodidades del automovilismo actual aquí, pero eso no quiere decir que sea malo, en realidad.

Si digo que conducir el Microlino es una experiencia, es porque todos esos detalles que pueden ser incómodos al principio pasan a un segundo plano en cuanto tomas contacto con él. Sí, no tiene lujos, pero me es imposible estar de mal humor al estar tras el volante por diversas razones.

De entrada, la propia configuración de este cuadriciclo no deja de sorprenderme por su peculiaridad y lo mismo le pasa a cualquier persona que lo ve por la carretera o por la calle. Todos lo miran y, aunque muchos no saben siquiera qué clase de vehículo es este, siempre hay una respuesta amable. Es un vehículo simpático y eso es algo que transmite por los cuatro costados.

Prueba del Microlino

Por otra parte, más allá de su aspecto, lo cierto es que el Microlino 2.0 es agradable de conducir. Cuestiones como la falta de dirección asistida hacen que tenga un tacto muy divertido y que transmita bastante información. A veces, recuerda levemente a un kart, aunque este sí se inclina en las curvas si las tomas demasiado rápido. Aun así, no se mueve mal, especialmente en ciudad.

En este entorno, su tamaño es un plus y la visibilidad que ofrece desde el interior ayuda mucho a la hora de conducir. Además, aunque no sea demasiado potente, pesa 496 kg, de manera que no es torpe. ¿Y si quieres más? Hay un modo Sport que agrega una animación de un cohete al cuadro de instrumentos pero que, al contrario que en muchos coches, también se nota en la respuesta.

Sea como fuere, lo cierto es que este modo te será más útil si tienes la valentía de salir a la autopista, cosa que puedes hacer en el Microlino. Eso sí, si tenemos en cuenta que la velocidad máxima es de 90 km/h, vas a tener que ir a fondo constantemente, mientras que la autonomía caerá considerablemente y el ruido del motor estará al máximo.

Prueba del Microlino

Junto a todo esto, lo cierto es que circular por carreteras como la M-40 en este cuadriciclo crea una sensación, cuanto menos, impactante. Todo el mundo es más grande que tú y todos irán más rápido, de manera que no te vas a sentir demasiado seguro. Sin duda, puedes adentrarte en estas vías si lo deseas o lo necesitas, pero es mejor quedarse en la ciudad.

Así, ya sea por seguridad, autonomía o comodidad, el entorno urbano es el preferido del Microlino eléctrico y donde verdaderamente puede brillar. Más allá de su apariencia, aquí cobra sentido y ofrece algo que puede interesar: una forma más de movilidad urbana sin emisiones, pero quizás la que te ofrece más personalidad y diversión por kilómetro recorrido.  

¿Y cuánto cuesta esa diversión?

Prueba del Microlino

Este es el principal punto flaco de este modelo, ya que el precio del Microlino no es precisamente bajo: 22.990 euros en el acabado Dolce y 23.560 euros en el Competizione. Sin duda, en esto tiene que ver que es un vehículo fabricado artesanalmente en Turín y, de hecho, está muy bien acabado. Aun así, es obvio que no es para todo el mundo.

Por su espacio, autonomía, prestaciones y precio; está claro que no está enfocado como primer coche. Eso sí, si ya tienes un vehículo y buscas algo adicional para hacer recorridos cortos, así como algo diferente, no es mala opción. Por su precio puede ser más un capricho, pero no es inútil y te dará más ratos buenos de los que te podrías esperar.

Nuestro veredicto

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Etiquetas: Movilidad, Motor