La historia de Lotus siempre estará marcada por el lanzamiento y vida comercial del Esprit, uno de sus coches mágicos con los que siempre hemos soñado. No hemos pestañeado cuando lo hemos visto aparecer en televisión, y es que no era nada sencillo ver uno en vivo. Una de las versiones más espectacular, el Esprit V8, cumple 25 años en 2021, y estas líneas son un pequeño homenaje a este inglés que robó nuestro cálido corazón.

En 1996 la marca se preparaba para uno de sus lanzamientos más importantes, el del Lotus Elise. Si todos conocemos el Lotus Esprit también todos conocemos el Elise, un coche puramente deportivo, con espíritu de carreras y una estética muy atractiva. Había debutado años atrás y era el momento de lanzarlo al gran público, ese juez tan benevolente en ocasiones y en otras insufriblemente cruel.

Pero en medio de este lanzamiento entró en escena el Esprit V8, un coche que veía la luz aquel año en el circuito francés Paul Ricard. Entonces llevaba la forma de un coche de carreras, el GT1, un coche que anticipó lo que estaba por llegar en el Salón del Automóvil de Ginebra. El V8 era todo lo que habías soñado en un Esprit, con una mecánica que contaba con la tecnología más avanzada de la época.

Y es que se trataba de un hito dentro del propio modelo, acostumbrado a montar ligeros bloques de cuatro cilindros. La marca apostó por una versión con motor de ocho cilindros y con ella cautivó, en el final de la vida comercial del deportivo, a todos los que pudieron ponerse al volante.

Motor Lotus Esprit V8

El motor era de desarrollo propio de Lotus y contaba con materiales como el aluminio para su fabricación. Era un V8 de 3.5 litros de cubicaje, contaba con una relación diámetro/carrera de 83 mm. por 81 mm., y utilizaba una distribución con doble árbol de levas. Si bien, este motor V8 utilizaba 4 válvulas por cilindros y, siendo una de las claves de la mecánica, un sistema biturbo Garrett T25.

Este propulsor, que recibía el nombre en clave de 918, utilizaba una caja de cambios Renault, y aunque el corazón podía desarrollar más potencia se redujo la energía para evitar daños en la transmisión. Contaba con 355 caballos de potencia, una cifra que le permitía llegar a los 282 km/h y acelerar de 0-100 km/h en solo 4,8 segundos.

Con la llegada del Esprit V8 desaparecerían los S4, S4S y Sport 300. Y con el mencionado V8 llegarían los SE y GT, versiones que contaban con especificaciones similares pero sí recibían cambios importantes en el equipamiento. Pronto llegaría el Sport 350, un auténtico “aparato” reservado a unos pocos afortunados.

En el Esprit Sport 350 contaba con un enfoque más purista, más “circuitero”. Tan solo se fabricarían 50 unidades de esta variante, equipada con el motor V8 de 3.5 litros que desarrollaba los 355 CV citados. El Sport 350 era muy interesante por su ajuste de chasis, el cual había sido revisado y ajustado para dejar listo un coche más radical y rápido.

Montaba, entre otros ajustes, frenos AP Racing, resortes más rígidos y fibra de carbono en diversos elementos. Entre ellos destacaba el alerón, una pieza que destacaba en su carrocería y que le hacía único. También hubo cambios en la gestión de la ECU, que nos dejaba un coche más vivo, más intenso.

El Lotus Esprit Sport 350 rebajaba el tiempo de aceleración hasta los 4,3 segundos en la prueba del 0-100 km/h gracias a su peso aligerado de 1.340 kg. Igualmente, declaraba una velocidad máxima que llegaba hasta los 282 km/h pero que estaba limitada por electrónica.

En 2004 despedíamos al Lotus Esprit, un coche que dejaba su puesto a nuevos modelos que llegaron en este nuevo siglo pero a los que le exigía un espíritu igual de intenso con el que se vendieron unos 10.675 unidades.