¡Es el día de vender las acciones! A la venta un Ford RS200 brutal
El Ford RS200 es uno de esos coches míticos que cuenta con una legión de seguidores y cuya existencia está envuelta del misticismo del Grupo B. En su primera temporada, en 1986, Joaquim Santos se salió de la pista con uno de estos en Portugal, matando a tres espectadores y hiriendo a 31. Tras las muertes de Henri Toivonen y Sergio Cresto, el Grupo B fue desmantelado un año después.
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En ese momento, Ford ya había fabricado los 200 ejemplares de calle del Ford RS200 para poder homologar el coche en el Grupo B. Las versiones de competición fueron destinadas a otras categorías, como por ejemplo el Rallycross o eventos especiales como Pikes Peak. Otros fueron desmantelados y los más afortunados fueron transformados en vehículos de calle y vendidos por cuatro duros.
En la versión de calle, el Ford produce, gracias a su motor de 1.8 sobrealimentado, 250 CV. Gracias a su peso pluma y a su efectiva tracción integral, esta bestia era capaz de acelerar de cero a cien en unos cuatro segundos. La versión más potente ‘Evo’, con el motor de 2,1 litros, podía alcanzar hasta los 600 CV, dependiendo de lo ambicioso que fueses con la presión del turbo: podía acelerar de cero a cien en unos dos segundos, ríete del Bugatti Chiron.
Es una joya de la automación derivada del motorsport, una leyenda para los amantes de los rallys y del Grupo B, pero hay pocos y poder ver uno a la venta es casi una utopía (igual que el Peugeot 205 T16 a la venta que te enseñé hace unas semanas). Hoy te puedo mostrar uno, aunque eso sí, si te gusta deberás ser generoso con el cheque. Está a la venta en San Antonio, Texas, y el vendedor asegura ser uno de los mejores ejemplares. Con solamente 1.900 km en su haber, está prácticamente como nuevo y es uno de los últimos fabricados, concretamente el 169 de 200.
Este Ford RS200 a la venta está completamente restaurado y luce una sensacional combinación de colores: blanco con el interior rojo. Es una pasada, tal como puedes ver en este anuncio, pero eso sí, su precio asusta: 240.000 euros, cuarenta millones de las antiguas pesetas. No es barato, pero seguro que te dará mucha satisfacción, eso sí, siempre que no lo quieras simplemente para guardarlo en el garaje otros 20 años.
