Mazda RX-3: así era la gran pesadilla del Nissan Skyline GT-R

Mazda RX-3
Un coupé que mojó la oreja a la poderosa Nissan.

El Mazda RX-3 es un coche bastante desconocido en Europa, aunque su historia es bastante interesante. No hay duda que estamos ante uno de los Mazda más curiosos de la historia y que protagonizó uno de los grandes momentos de la firma de Hiroshima. Hoy vamos a repasar brevemente la historia del Mazda RX-3 y su motor rotativo que puso en jake a la industria del motor japonesa.

El Mazda RX-3 era la versión con motor rotativo, más potente y deportiva, de la gama del Mazda Familia, conocido también como Mazda 808 o 818 en algunos mercados. Esta versión fue lanzada al mercado en septiembre de 1971 con el objetivo de posicionarse como una opción algo más grande que el RX-2 y que serviría para sustituir a los R100 basados en el Familia de anterior generación.

En un primer momento el Mazda RX-3 fue comercializado con el motor rotativo 10A pero a nivel de prestaciones quedó rápidamente por debajo del RX-2 con el motor 12A. Esto provocó que en ciertos mercados que demandaban más potencia, como el americano, se instalase el 12A procedente del RX-2, asociado bien a una transmisión manual de cuatro velocidades o a una automática. 

Mazda RX-3, una historia de éxito en las carreras

El Mazda RX-3 tiene varias curiosidades en su haber. Una de ellas es que tuvo el RX-3 Sports Wagon fue el primer coche con carrocería familiar en contar con motor rotativo. Finalmente, en septiembre de 1972 el Savanna GT incorporaría el motor 12A en el mercado japonés, con 125 CV y una transmisión de cinco velocidades.

En 1973 el coche sufrió un pequeño restyling y puso a disposición de la mayoría de mercados ambas opciones mecánicas: el motor rotativo 10A de 105 CV y el 12A de 125 CV. Pero lo mejor no sería eso, lo mejor serían las espectaculares versiones de competición.

Mazda RX-3

El Mazda RX-3 se modificó convenientemente para participar en las competiciones internas de Japón, donde iba a competir a muerte con los Skyline GT-R, dominadores hasta la fecha. El Mazda RX-3 de carreras tenía como misión sustituir al RX-2 y ofrecer más potencia gracias a una versión revisada del motor 12A con 240 CV y 220 Nm de par, cifra récord para un motor rotativo.

Una cuestión de orgullo

Mazda estaba convencida del potencial de los motores rotativos y la competición sería el escenario perfecto para su popularización. Mazda no podía instalar puertos periféricos en su motor para poder competir con el GT-R con más seguridad de éxito, por lo que terminó alargando los puertos auxiliares laterales. Esta medida provocó polémica por su legalidad.

Al fin y al cabo, los motores rotativos seguían normas distintas a los convencionales y Mazda tuvo que pelear mucho en los despachos para poder convencer a los jueces. El momento culmen del RX-3 tuvo lugar en el Gran Premio de Japón en mayo de 1972, cuando el Mazda RX-3 consiguió un triplete histórico frente al Nissan GT-R.

Nissan Skyline GT-R C10

Un año después, el 1973, Mazda conseguiría arrebatarle el título a Nissan, con el RX-3. La última carrera del año, en el circuito de Fuji, con una victoria contundente, provocó que Nissan y el Skyline GT-R dijeran adiós al campeonato. En años venideros el Mazda RX-3 sería el protagonista absoluto en el campeonato japonés de turismos.

Hoy el Mazda RX-3 es un coche desconocido excepto para los más frikis, pero sin duda fue un coche importantísimo, ya que fue un coche que evolucionó una tecnología que terminó derivando en el mítico Mazda RX-7. Hoy, los RX-3 son piezas cotizadas y muchas veces modificadas para asemejarse lo máximo posible a esas bestias del campeonato de turismos japonés. El coche que destronó al Skyline GT-R. ¡Poca broma!


 

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