El tuning más denigrante nos llega desde Japón: ¡una moda para arrancarse los ojos!

Siempre que mezclas la palabra ‘tuning’ y Japón, es momento de echarse a temblar.

La nueva tendencia de tuning de Japón no puede ser más loca, demigrante y difícilmente digerible. Te recomiendo que eches un vistazo a la galería antes de seguir leyendo, aunque te aviso que es probable que a la tercera foto decidas apagar el ordenador portátil, tirarlo por la ventana y preguntar: ¿por qué? Bien, yo no he llegado a tanto porque mi trabajo depende de esta pequeña máquina, pero no será por ganas, te lo aseguro.

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Y es que al parecer, en Japón está empezando una tendencia a la hora de crear preparaciones brutales que difícilmente pasarían cualquier ITV, por suave que fuera: una evolución directa del Stance que tiene menos sentido que un mono con dos pistolas. El protagonista es este BMW M3: de primeras empezó como un ‘Stance’ clásico, tirado al suelo, con un ángulo de caída de las ruedas imposible y preferiblemente con un kit de ensanche. El objetivo es conseguir un aspecto más bajo y ancho, intimidante, espectacular: aunque hay que reconocer que a veces se pasan.

Pues bien, el protagonista de estas imágenes se pasó cuatro pueblos. No se quedó tranquilo al hacer todo lo anterior, como guinda al conjunto decidió instalar un nuevo paragolpes con protecciones más propias de un Nissan Patrol que de un BMW M3. ¡¿Pero en qué estaría pensando?! La verdad es que tiene un poco el rollo de Mad Max y el Rat Style, aunque dejando de lado el óxido: ¡menos mal!