La historia del Fiat 500: el urbano más simpático

Mejores coches italianos Fiat 500

Uno de los coches más queridos

Dentro de los coches emblemáticos de la historia del automóvil, el Fiat 500 clásico es uno de los grandes. Puede que no por su tamaño, pero sí por su importancia y relevancia en la industria automovilística italiana. Hoy repasamos la historia de este simpático utilitario.

Unos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Europa seguía reconstruyéndose tras el crudo conflicto. Sin embargo, poco a poco regresaba la normalidad, la industria estaba realizando avances y surgió la necesidad de crear un medio de transporte para la mayoría de la población. Así, Fiat pensó en crear un coche pequeño y económico, pero que contara con todo lo necesario para los ciudadanos de a pie. 

Fue de esta manera como nació en 1957 un peculiar utilitario que se caracterizaba por un simpático diseño que fue obra de Dante Giacosa. Contaba con algunas similitudes con el Fiat 600 que se lanzó dos años antes, pero en conjunto presentaba un estilo único. ¿Su nombre? Fiat Nuova 500.

El motivo de esta denominación es que descendía en parte del Fiat 500 Topolino de los años 30, pero en realidad se diferenció notablemente de este modelo. Se trataba de un coche suficientemente ágil para su uso en ciudad, con un pequeño tamaño para circular por calles estrechas y un equipamiento espartano que abarataba su coste. Mecánicamente montaba un motor de dos cilindros con 13 CV que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 85 km/h.

Fiat 500 clásico, con opciones para todos los gustos

El coche fue un éxito y en su primer año de producción llegaron nuevas versiones con un equipamiento algo más completo y un motor que ascendía de potencia hasta los 15 CV. Así, podía alcanzar los 90 km/h de velocidad máxima. Sin embargo, en 1958 se lanzó una variante más prestacional y con un enfoque más deportivo. Se llamó 500 Sport y montaba un motor de 21,5 CV que le permitía superar los 100 km/h

Junto a esta variante, con el paso de los años llegaron otras que le otorgaron al Fiat 500 clásico cambios como un nuevo sistema de apertura de las puertas -se abrían en sentido contrario hasta 1965- o un techo de lona para transformarlo en un coche descapotable. Sin embargo, uno de los mayores cambios se dio en 1960 con el lanzamiento de la versión Giardiniera.

Fiat 500 Giardiniera

Principalmente, se trataba de un 500 con carrocería familiar y surgió para solucionar el problema de espacio con el que contaba el modelo original. De esta forma, podía transportar personas y carga con mayor facilidad y, para compensar su crecimiento, se le agregó un motor de 17,5 CV que le permitía alcanzar los 95 km/h.

Con tal variedad de opciones, el Fiat 500 clásico se mantuvo con relevancia durante años, pero tras cumplir 10 años en el mercado, necesitaba algo más. Así, en 1968 se lanzó la versión Lusso, que se caracterizó por un mejor equipamiento y unas reconocibles barras cromadas en la parte delantera y trasera. Esta configuración incluía un motor de 18 CV, pero si se trataba de deportividad, Abarth fue quien exprimió todas las cualidades del 500. 

Abarth 500

El preparador se puso manos a la obra ante la creciente popularidad de las competiciones de automóviles y fue el artífice de modelos emblemáticos como el 695 Esseesse, al que recientemente se ha homenajeado con un nuevo modelo. Esta variante aumentaba su potencia hasta los 38 CV, por lo que la mejora era evidente. Solo se fabricaron alrededor de 1.000 unidades. 

Con todo, el Fiat 500 clásico se mantuvo a la venta hasta 1975, ya que en esta década su popularidad estaba cayendo notablemente. La firma italiana lo reemplazó por el Fiat 126 tras vender más de 3,5 millones de unidades, pero en 2007 lo recuperó con un nuevo modelo que se mantiene en la actualidad y que recupera el encanto del coche original, así como una gran popularidad. Y es que el 500 es más grande de lo que parece.