Leyendas del motor: así era el Renault 25 Turbo

Renault 25 V6

Una berlina mítica de los 80

Si hablamos de berlinas de lujo, es inevitable que nos vengan a la cabeza marcas como Audi, BMW o Mercedes. Sin embargo, hay mucho más allá y hoy retrocedemos a los años 80 para hablar de un modelo que no solo estuvo a la altura de los grandes, sino que además trajo consigo una gran cantidad de avances y unas interesantes prestaciones que lo convirtieron en algo único: el Renault 25 Turbo.

El Renault 25 llegó en 1983 como el sustituto del Renault 30. Su diseño corrió a cargo de Gaston Juchet y Robert Opron y fue un coche que gozó de una gran popularidad por la calidad que ofrecía. Traía consigo una gran dosis de tecnología entre la que destacaba su peculiar sistema de avisos por voz que, si bien era básico y en ocasiones no funcionaba correctamente o incluso llegaba a molestar a algunos usuarios por su insistencia, fue toda una novedad en esos años.

No obstante, la oferta mecánica no era tan apasionante y, además de escueta, no se caracterizaba por unas cifras de potencia muy llamativas en los primeros momentos. Aquello terminó con la llegada de los primeros equipados con un motor V6 y, en 1985, con el 25 Turbo, que terminaría siendo la variante más poderosa de esta berlina. 

Inicialmente, el diseño del Renault 25 Turbo no se diferenciaba notablemente de las variantes más comunes, pero sí añadía algunos elementos. Los intermitentes se colocaron en los parachoques, que ahora estaban pintados en el color de la carrocería, y la calandra se modificó para mostrar otro aspecto, con el logotipo de la marca en una posición asimétrica. Más allá de esto y de unas nuevas llantas, la apariencia no rebosaba deportividad, pero era la mecánica la que demostraría este carácter.

Unas prestaciones sensacionales

El motor del Renault 25 Turbo era un V6 de 2,5 litros que inicialmente entregaba 182 CV, pero a comienzos de los 90 logró ofrecer 205 CV de potencia y 291 Nm de par, algo que distaba de las versiones de entre 63 y 121 CV que se ofrecían en los primeros años de este modelo. Aquel propulsor se combinaba con una caja de cambios manual de 5 velocidades que transmitía la potencia al eje delantero, haciendo posible el paso de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y unos 233 km/h como cifra de velocidad máxima. En las primeras versiones, eso sí, el paso de 0 a 100 km/h se hacía en 8,1 segundos y la velocidad máxima era de 228 km/h.

En cualquier caso, esas son unas cifras que aún hoy en día nos parecerían aceptables, por lo que en la década de 1980 eran aún más llamativas. Estas prestaciones, junto al gran espacio, confort y tecnología que ofrecía el 25, convirtieron a la variante Turbo en la deseada por muchos. No obstante, no era un modelo barato en absoluto, por lo que no todos pudieron hacerse con uno.

A medida que avanzaron los años, el Renault 25 se fue actualizando y también lo hizo la variante más deportiva, pero tras sufrir un restyling a finales de los 80, en 1992 finalizó la producción para dejar paso al moderno Safrane. Sin embargo, este no fue un modelo que quedara en el olvido en absoluto y el Renault 25 Turbo se sigue recordando como un gran coche junto a otras grandes berlinas de la época.