Los motores diésel podrían funcionar con un 90 % de hidrógeno

Imagen de archivo de un motor diésel.

Gustavo López Sirvent

Ingenieros australianos han hecho un motor híbrido de hidrógeno y gasóleo

En la segunda década del siglo XXI, la automoción mundial escribe su historia bajo muchos parámetros totalmente novedosos, pero hay dos que destacan sobremanera: la eficiencia y el respeto por el medio ambiente. Por este motivo, los ingenieros de distintas partes del planeta buscan fórmulas que ayuden a ambas características. 

Uno de los propulsores que más daño ha hecho al ecosistema por su alto nivel de emisiones de CO2 ha sido el diésel. El escándalo protagonizado por Volkswagen en Estados Unidos en 2015 provocó que este tipo de mecánicas sufriera un ataque continuado por parte de prensa y entidades gubernamentales.

Este hecho provocó que la compañía de Wolfsburgo cambiara su estrategia y ahora es una de las firmas que más apuesta por los motores en sus coche eléctrico. Actualmente, ofrece seis modelos con motores eléctricos y la oferta irá aumentando en los años venideros.

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Además, hay que tener en cuenta que la Unión Europea ha aprobado, a propuesta de la Comisión de Medio Ambiente, la prohibición de los motores de combustión interna en 2035. A partir de esa fecha, todos los coches nuevos que se vendan deberán ser eléctricos. 

Afortunadamente, el ingenio y la ciencia son dos motores (nunca mejor dicho) que carburan a la perfección. En los tiempos que corren se ha encendido la chispa para cambiar el rumbo de los propulsores diésel. Ingenieros de la UNSW de Sydney han logrado convertir un motor diésel en un motor híbrido de hidrógeno y diésel, reduciendo así las emisiones de CO₂ en más de un 85 %.

La Escuela de Ingeniería Mecánica y de Fabricación dedicó unos 18 meses a desarrollar el sistema de inyección directa de hidrógeno y gasóleo que permite que los propulsores diésel existentes funcionen con un 90 % de hidrógeno como combustible.

Los creadores de esta patente consideran que cualquier motor diésel utilizado en camiones y equipos de potencia en los sectores del transporte, la agricultura y la minería podría adaptarse al nuevo sistema híbrido en solo un par de meses.

En un artículo publicado en Tech Xplore, la unidad de trabajo del profesor Kook demuestra que el uso de su sistema patentado de inyección de hidrógeno reduce las emisiones de CO₂ a solo 90 g/kWh, un 85,9 % menos que las producidas por el propulsor de gasóleo.

La solución del equipo de la UNSW al problema mantiene la inyección original de diésel en el motor, pero añade una inyección de combustible de hidrógeno directamente en el cilindro. 

La investigación descubrió que la inyección directa de hidrógeno, específicamente programada, controla el estado de la mezcla en el interior del cilindro del motor, lo que resuelve las emisiones nocivas de óxido de nitrógeno que han sido un gran obstáculo para la comercialización de los motores de hidrógeno.

Uno de los datos relevantes es que el nuevo sistema de inyección directa de hidrógeno-diésel de doble combustible no requiere el hidrógeno de altísima pureza que deben utilizar los sistemas alternativos de pilas de combustible de hidrógeno y que es más caro de producir.