Opinión: ¿quién gana más en una posible fusión FCA PSA?
Es inevitable plantearse quién gana más en una posible fusión FCA PSA. Pero también es inevitable pensar en lo diferentes que son estos dos gigantes automovilísticos, uno europeo y el otro americano: ¡hay todo un océano de separación entre ellos!
Sin embargo, combinados se convertirían en el tercer o cuarto grupo más grande del mundo y gestionarían, en orden alfabético, Abarth, Alfa Romeo, Citroën, Chrysler, Dodge, DS, Fiat, Jeep, Lancia, Maserati, Opel, Ram y Vauxhall. Mucha tela que cortar, ¿verdad?
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Por eso, la fusión entre Fiat Chrysler Automobiles y PSA necesita ser mirada con lupa, para averiguar qué hay detrás de estas intenciones. Empezaremos analizando la situación de ambos, por separado, en Europa durante los últimos años.
A Fiat, siendo sinceros, no le ha ido demasiado bien. Se dieron cuenta de que no era posible lograr beneficios en un mercado tan competitivo como el europeo con solo coches de tamaño pequeño y mediano… tales como el Fiat 500, el Fiat 500X y el Fiat Panda, que son sus principales motivaciones hoy en día.
Sin embargo, Peugeot-Citroën ha demostrado ser capaz de hacer eso que a Fiat le parecía imposible y sus gamas son rentables y ampliamente admiradas; incluso la de Vauxhall-Opel, que estuvo perdiendo dinero durante cuatro décadas cuando era propiedad de General Motors.
A pesar de todo, PSA tiene alguna laguna. La más grande: que no está presente en América. La segunda: que no tiene una marca premium… aunque DS se acerca a este concepto. Mientras tanto, FCA tiene Alfa Romeo y Maserati. Pero también una gama 4x4 muy rentable y en crecimiento, con Jeep, e incluso camiones.
Fusión FCA PSA: hablemos de números
El año pasado PSA vendió 3,4 millones de unidades en Europa, Oriente Medio y África, mientras que FCA logró la mitad en esa misma zona. Por otro lado, PSA hizo un gran cero en América del Norte, donde FCA logró 2,5 millones de unidades.
A su vez, PSA es más pequeño en números que FCA en Latino América, aunque en Asia están aproximadamente al mismo nivel. Así que podemos decir que en el ámbito financiero están a la par… Dos entidades con áreas complementarias de éxito.
Luego hay un impulso adicional que es común a cualquier cooperación entre fabricantes de automóviles: distribuir los costes de inversión entre más automóviles, algo fundamental con los coches eléctricos que están en camino. Producirlos es caro y es por eso que tanto FCA como PSA se quedaron estancados en 2015, puesto que no terminaban de confiar en su viabilidad.
Ahora se dan cuenta de que necesitaban haberlo hecho, puesto que los conductores quieren comprarlos y los gobiernos están presionando. PSA tiene en su poder un pequeña plataforma eléctrica pero les falta, al igual que a FCA, una más grandes para híbridos enchufadles, por ejemplo.
Desarrollarla será algo muy costoso pero, imagínate si después de hacerlo, esa sirviera para Chrysler, Peugeot, Jeep, Alfa… y todas las marcas mencionadas al comienzo de estas líneas como parte de la fusión FCA PSA.
Además, la experiencia de Fiat Chrysler Automobiles en vehículos grandes y camiones podría servir para PSA, y viceversa: los más pequeños caerían en manos de los franceses. Comprar los materiales por partida doble -neumáticos, acero, componentes…- también ayudará a ahorrar dinero. Y hablamos de miles de millones de euros.
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No daré cifras concretas, pero para que te hagas una idea, sería el equivalente a un tercio del beneficio combinado anual de ambas grupos. Y esto es algo muy serio… Por último, algo muy importante está en la declaración de que la colaboración no obligará a cerrar fábricas.
Con la nueva relación entre PSA-Opel ha quedado demostrado que esto no siempre tiene por qué ser así, puesto que no se registraron pérdidas a gran escala ni un cierre; mientras, Ford dejaba en Europa a 10.000 personas sin trabajo… Por tanto, ¿quién ganará más en esta fusión?
En un primer momento, parece que Carlos Tavares, jefe de PSA, se ha dado cuenta de que ambas partes podrían tener grandes beneficios. Mucho mejor si la balanza está equilibrada, ¿no crees?