Prueba: Volkswagen Golf 2.0 TDI 115. Más tecnológico, igual de racional
Suena cerebral y poco apasionante...
Es cierto que hablar de la prueba de un Volkswagen Golf TDI 115 CV es lo que se dice poco apasionante... y en cierto modo lo es, ya que probablemente quien opte por esta versión lo hace después de teclear muchos números en una calculadora.
Vamos a ello. Uno de los principales saltos que ha dado el Golf está en el interior, ya que, después de todo se basa en la misma plataforma MQB que el modelo al que sustituye. Lo que pasa es que no tenemos muy claro si el paso ha sido en la dirección correcta.
Como buen Volkswagen, el nuevo Golf no destaca en nada especialmente (dicho en el buen sentido, que nadie se ofenda), pero la suma de sus partes es la que consigue convertirlo en uno de los mejores (y más deseados) de su categoría. Sigue siendo espacioso, está bien hecho y es cómodo.
Pero con la nueva generación se han eliminado la mayoría de los botones, pulsadores y controles giratorios, por lo que el manejo del se basa casi por completo en paneles sensibles al tacto.
Es cierto que se ve muy bien, sí. Limpio y minimalista, cierto, pero en ocasiones eso es molesto. La pantalla táctil es de serie en toda la gama (aunque hay dos tamaños, 8 y 10 pulgadas) y ejecuta un nuevo sistema operativo inteligente que se ve nítido y responde rápidamente a tus órdenes.
La parte mala es que su borde de plástico negro brillante podría tener mejor aspecto y para usar el sistema en movimiento tienes que apoyar la mano en la parte de abajo... lo que estaría bien si no fuera porque esa zona es en realidad una fila de botones táctiles para controlar el volumen y la temperatura...
La historia del Volkswagen Golf GTI en imágenes
Como siempre, este tipo de control es mucho menos intuitivo que un simple mando giratorio. Además, no siempre aciertas en marcha y además son prácticamente invisibles por la noche. Ciertos menús como el de la climatización tienen un acceso directo en un panel táctil en la consola central, pero no son tan fáciles de alcanzar y requiere movimientos adicionales, ya que lo que haces es activar un menú en la pantalla central para por ejemplo poner el modo Automático. Un lío.
Sorprende en la marca eso de añadir elementos complicados por el bien del estilo, pero supongo que sigue una senda que ya sigue el resto de fabricantes y que tiene pinta de no volver al manejo sencillo y funcional. Fuegos artificiales frente a la aburrida usabilidad.
Así es el motor del Golf 8 diésel más barato
Esta prueba tiene como protagonista el Volkswagen Golf diésel más barato, el de 115 CV. Aunque le sorprenda a alguno, deja de lado el anterior 1.6 TDI y utiliza el dos litros del que también se extraen 150 CV. En ambos propulsores Volkswagen afirma haber reducido las emisiones de óxido de nitrógeno hasta en un 80 por ciento en comparación con la última generación.
Hasta que llegue el Volkswagen Golf GTE híbrido enchufable, es el Golf que menos consume de la gama, con un consumo oficial de 4,1 litros, una cifra que puedes llegar a ver en algún recorrido en autopista, aunque en conducción mixta estarás en unos 4,7.
En lo que respecta a los motores diésel de cuatro cilindros, este es uno especialmente refinado. No transmite vibraciones desagradables a través del asiento, el volante o los pedales, y permanece silencioso a menos que pises a fondo. Y tampoco se siente especialmente lento.
¿Y qué tal va?
Aunque quizá se escucha el aire más de lo esperado, el 2.0 TDI de esta prueba es un Golf que parece nacido por y para autopista. Si no tienes previsto hacer kilómetros, quizá deberías optar por el 1.5 TSI de 130 CV, que anda parecido y es casi 2.000 euros más barato.
La posición de conducción y los asientos están bien configurados para viajes largos, aunque durante la prueba de este Golf TDI 115, incluso las ruedas de 16" pasaban al habitáculo algunas imperfecciones de la carretera.
Así va a ser la gama del Volkswagen Golf 8
En todo caso, la suspensión tiende al confort más que a la eficacia, por lo que no se puede decir que sea un coche incómodo. Tampoco que vaya mal. Aunque tiende a irse de morro si subes un poco el ritmo, puedes circular por carreteras secundarias con tranquilidad gracias a la buena puesta a punto del chasis y a sus maneras nobles y equilibradas.
¿Qué tal el equipamiento del Golf Life de la prueba?
El Golf Life es el más barato de los dos niveles que hay disponibles (el otro es el Style). Puede parecer un poco soso con sus ruedas pequeñas, pero la verdad es que tiene un equipamiento de serie de lo más generoso:
- Climatizador de tres zonas
- Digital Cockpit
- Control de velocidad adaptativo
- Faros LED
- Control de distancia de aparcamiento delante y detrás
El Style añade más que nada elementos visuales y un poco más de tecnología: cámara de marcha atrás, asientos deportivos, una pantalla central más grande...
Hace poco Volkswagen anunciaba que el ID.3 sería muy sencillo de comprar y que en apenas un clicks podría quedar configurado. Con el Golf aún queda espacio para la navegación entre extras individuales sin necesidad de pagar por un paquete de opciones que no solo es más caro, sino que a lo mejor ni quieres ni necesitas.
El precio del Volkswagen Golf TDI 115 de esta prueba no es bajo: desde 30.875 euros, precio oficial. Es caro, sí, pero es que al final no deja de ser un buen compacto a pesar de los problemas con el interior. Ahora bien: ¿es el mejor de su clase? Cuando podamos ponerlo frente a sus rivales podremos saberlo. Por ahora sí que diría que se sitúa en la parte alta...
Una prueba de: Tom Harrison
