¿Quién es Rimac y por qué todas las marcas quieren ser su amigo?

Rimac C-Two
¿Es el croata el idioma que hablan los coches eléctricos del futuro?

Rimac podría ser otro fabricante más de superdeportivos de ensueño que solo unos pocos mortales podrán conducir durante su vida, pero lo cierto es que ese nombre esconde algo más... algo muy útil de lo que podríamos acabar beneficiándonos todos. 

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Se puede decir que este fabricante croata con sede en Zagreb tuvo su pico de fama cuando Richard Hammond se estrelló con el Rimac C_One durante una exhibición de subida a la colina de Hemberg, en Suiza. El accidente fue serio, y Hammond pasó una buena temporada dolorido y afectado, pero afortunadamente solo hubo que lamentar la pérdida del prototipo eléctrico, que quedó hecho cenizas. 

Durante el pasado Salón de Ginebra pude hablar con una representante de la compañía, Marta Longin, quien me aseguró que preferían no haber perdido el coche... aunque bien sabemos que el incidente les sirvió para recopilar datos sobre la seguridad de sus próximos coches, como el Rimac C_Two.

Así de alucinante es el Rimac C_Two

Porque Rimac tiene entre manos un futuro con más productos y promete ser brillante. Mate Rimac, el padre de la compañía, está construyendo un imperio desde cero y parece no tener miedo a afrontar grandes riesgos que paralizan a otras compañías.

Uno de ellos es, por ejemplo, la concepción de la movilidad de futuro, que pasa por electrificación, la conducción autónoma -el C_Two está preparado para nivel 4 de autonomía-, o el hecho de entender un coche como servicio y no como producto.

Además, aunque en 2017 la compañía tuvo unos beneficios de 20,7 millones de euros, no dudó en quedarse de nuevo en números rojos para preparar su nuevo superdeportivo... Y en plena era de recortes por parte de las grandes compañías automovilísticas y de andar con pies de plomo, ¿cómo no iba Rimac a llamar la atención con esta conducta tan dispar?

Rimac y sus pretendientes: la chispa que falta

Aparte de todos esta filosofía de la que hemos hablado, Rimac se dedica a hacer coches. Y coches muy divertidos y potentes. Y eléctricos. Y hay quien piensa que diversión y electricidad están reñidos. 

Sin embargo, hablar del Rimac C_Two es hacerlo de un superdeportivo eléctrico de 1.926 CV de potencia, 2.300 Nm de par y una batería propia de 120 kWh, con 8.600 celdas y una autonomía de 650 km que (dicen) podrá cargarse al 80% en 30 minutos. 

Y la fábrica en la que se prepara -que no deja de expandirse- está totalmente capacitada para crear algo así de monstruoso, con autoclaves para cocer carbono y un equipo humano lleno de profesionales para cubrir todos los departamentos necesarios. 

Mate Rimac, por tanto, parece no tener límites. En un reportaje elaborado por nuestros compañeros de Top Gear UK, explicaba que él cree en la fecha de caducidad de la industria del automóvil tradicional. Quizá por eso, las marcas con grandes tradiciones necesitan de su fe. 

Si polos opuestos se atraen, es normal que compañías como Porsche -que ha comprado acciones del fabricante croata-, Audi, que podría externalizar parte de la producción de su futuro Audi R8 eléctrico a Rimac o Hyundai se hayan interesado en el gran sueño de Mate.

Pero no son los únicos: Pininfarina utiliza el paquete de baterías de Rimac, así como el Aston Martin Valkyrie. Al final, dicen que para que las relaciones de pareja funcionen deben complementarse y quizá Rimac ponga esa chispa que les falta a muchos cuando piensan en un futuro.