Einstein predijo muchas cosas. Entre otras, este motor que se ha podido fabricar ahora

motor de protones

Gustavo López Sirvent

La startup estadounidense RocketStar está desarrollando un motor de propulsión por fusión nuclear que utilice la fusión de núcleos de hidrógeno para generar un impulso específico de alta potencia. Su primer uso irá destinado a los cohetes aeroespaciales, pero su segundo va a ir dirigido a los vehículos eléctricos.

Hace escasos días, en 1929 (sacamos un 10 en ironía), un físico alemán de origen judío llamado Albert Einstein teorizó sobre la posibilidad de crear un 'motor de protones' basado en fusión nuclear, que podría propulsar naves espaciales a velocidades cercanas a la de la luz. La idea era usar las altas temperaturas de la fusión para expulsar un chorro de protones y generar empuje.

Las limitaciones tecnológicas con las que se topó uno de los genios del siglo XX le impidieron llevar a cabo su proyecto. No obstante, 95 años después se ha avanzado tanto que la genial idea del científico de Ulm está más cerca de hacerse realidad.

Uno de los principales avances ha sido los nuevos materiales capaces de soportar las increíblemente altas temperaturas dentro de un reactor de fusión nuclear. Se han desarrollado aleaciones especiales y cerámicas avanzadas para contener el plasma supercaliente necesario para la fusión.

Otro factor clave es el progreso en la comprensión de la física del plasma y la fusión nuclear. Los científicos ahora cuentan con modelos computacionales mucho más precisos para simular y controlar reacciones de fusión. Esto les confiere mayor capacidad para estabilizar y sostener las reacciones necesarias.

La startup RocketStar, que tan sólo tiene tres años de vida, está pergeñando un motor de propulsión por fusión nuclear. Se ha marcado como meta crear un motor de cohete revolucionario que utilice la fusión de núcleos de hidrógeno para generar un impulso específico de alta potencia.

El diseño de la empresa con sede en Nueva York se basa en la fusión de protones (núcleos de hidrógeno) mediante un campo magnético en forma de embudo. Los protones se inyectan en el extremo ancho del embudo y, a renglón seguido, se comprimen a medida que se acercan al extremo estrecho, alcanzando temperaturas y densidades muy elevadas.

La fusión libera grandes cantidades de energía que se convierte en un chorro de plasma dirigido a alta velocidad hacia afuera. Esto proporciona el empuje al cohete sin necesidad de combustibles químicos. La ventaja es que el hidrógeno es prácticamente inagotable, y a largo plazo podría usarse en vehículos.

Este proyecto está pensado para duplicar la autonomía de los coches eléctricos, situación que rompe los esquemas a las marcas automotrices porque no creen que esta tecnología pueda llevarse a efecto en los automóviles, pero parece que las pruebas que ya se están realizando indican que sí funciona. 

No se ha hecho público en qué tipo de coches ni cuáles han sido las marcas en las que se han hecho los tests (en caso de haberlos hecho), pero lo que se sabe es que esta empresa dedicada al transporte aeroespacial puede haber dado con la fórmula para los coches eléctricos. Bueno, la compañía no, Einstein.