Opinión: ¿Y si la conducción autónoma no llegara nunca?
Cada vez hay más y más coches semiautónomos rodando por nuestras carreteras y aunque hablemos ya de ciertos niveles de conducción autónoma, todavía tenemos muchas dudas al respecto sobre ellos. ¿Y si la conducción autónoma no llegara nunca?
Vayamos por parte. Tal y como apuntan desde Jalopnik, los coches son una ‘especie’ de enfermedad. Deja que me explique. Además de una manera de mostrar la evolución tecnológica y de aumentar nuestra capacidad de transporte, también son un problema de salud pública… puesto que matan a miles de personas cada año y son la primera causa de mortalidad entre los más jóvenes.
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La conducción autónoma podría ser una especie de medicina contra esto, puesto que los coches autónomos podrían controlar la conducción y reaccionar allá donde el ser humano pierda el control, solventando sus errores para evitar graves accidentes de tráfico.
Tenemos confianza en que este tipo de vehículos lleguen para echarnos un cable -hoy en día ya podemos disfrutar de sistemas como la frenada de emergencia, el aviso de abandono involuntario de carril…- pero hasta la fecha, todo se basa en la conducción semiautónoma, como te decía.
Y es que ya te conté que llegar al objetivo cero accidentes de tráfico era una utopía basándome en unas declaraciones del Subsecretario General de la ONU, Nikhil Seth, quien asegura que el nivel de inteligencia de los coches autónomos está actualmente al mismo nivel que el de un niño de cuatro años. Poco más que decir…
Por tanto, más allá de los coches autónomos, quizá una buena manera de evitar accidentes de tráfico sea mejorando las infraestructuras, diseñando ciudades de mejor forma, reforzando la seguridad de los coches actuales a través de ‘crash test’ más inteligentes… e incluso consiguiendo una mejor educación vial para los futuros conductores. No te voy a negar que esto parece más fácil en la teoría que en la práctica, pero se me ocurre que podría ser una buena solución.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente no quiere tampoco coches autónomos (recuerda que todavía es posible ver en circulación coches viejos que tan siquiera tienen ABS o airbags). Prefieren simples tecnologías o asistencias a la conducción que les faciliten la tarea de ponerse al volante en determinados momentos, que una máquina que conduzca y les lleve a su destino por sí sola. ¡Qué aburrido!
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La llegada de los coches autónomos supondría además una gran inversión para adaptar nuestra red de carreteras y ciudades a esa nueva forma de movilidad en la que la más avanzada tecnología es protagonista. ¿no sería mucho más barato reparar todas las vías en mal estado con las que lidiamos a diario, mejorar intersecciones y renovar señales de tráfico…? O incluso en dar ayudas a aquellos que no tienen medios para renovar su coche antiguo.
Por tanto, hay muchas preguntas sin respuesta en el aire y todas ellas nos hacen preguntarnos qué pasaría si la conducción autónoma no llegara nunca. Y todo apunta a que podríamos sobrevivir sin ella… Los fabricantes (la mayoría) trabajan para llegar a 2020 con sus coches autónomos listos, pero con tantos cabos por atar, parece que tendremos que esperar aún más.
Al menos hasta que lleguen esos vehículos capaces de conducirse a sí mismos y de hablar con los demás coches mientras circulan por las intersecciones a 100 km/h.