Viejas glorias: esta es la historia del Citroën DS ‘Tiburón’

Un coche que cambió la historia del automóvil.

Corría el 5 de octubre de 1955 cuando el Citroën DS ‘Tiburón’ hacía su acto de presentación en el Salón de París. Era la culminación de un largo proceso creativo capitaneado por el gran André Lefèbvre donde Citroën mostraba al mundo su primer vehículo contemporáneo, un coche que marcaría un antes y un después en la marca, posiblemente su obra maestra.

El Citroën DS era el sustituto del Citroën Traction Avant y debía convertirse ya no solo en un referente para el futuro de la marca, sino también uno de los coches clave en el resurgimiento europeo tras la fatídica Segunda Guerra Mundial. Los años 50 mostraban poco a poco la recuperación del Viejo Continente tras el conflicto y este coche demostraba que el sector del automóvil iba a ser fiel reflejo de este renacimiento.

¿Te has parado a pensar que en los años 50 y 60 se han creado muchas de las obras maestras del automóvil? Entre 1954 y 1955 se presentaron coches nuevos tan espectaculares como el Mercedes 300 SL ‘Alas de Gaviota’, el Alfa Romeo Giulietta, el Jaguar XK140, el Ford Thunderbird, el BMW 503 o el Volkswagen Karmann Ghia. Fue una época apasionante en todos los aspectos y sin duda una época dorada en el automóvil. En este marco de renacimiento en todos los aspectos, Citroën dio el ‘Do de pecho’ con un coche único y espectacular.

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En apenas unos minutos tras la presentación del Citroën DS, el coche ya acumulaba cientos de pedidos en firme. Terminó el primer día con 12.000 reservas, en un éxito apabullante que dejó incluso a Citroën con cara de tonto. ¿A qué se debía? No te engañes por las innumerables novedades técnicas que montaba, yo creo firmemente que en un primer momento impactó por su espectacular diseño, obra del italiano Flaminio Bertoni. No confundir con Bertone, este diseñador trabajó mucho tiempo con Citroën, creando alguno de los coches más importantes de la marca como el Citroën 2CV. Bertoni empezó su carrera como escultor y siempre se decía que sus diseños empezaban de un folio en blanco. ¡Tiempos pasados siempre serán mejores!

Y es que probablemente hoy en día un coche como el Citroën Tiburón sería imposible. Hoy miles de variables determinan un diseño u otro. En aquel momento, el Citroën Tiburón lucía innumerables novedades técnicas, pero eso no hizo que el estilo fuese quebrantado en favor de los ingenieros. Era un diseño nunca visto hasta entonces, una clara evolución, un salto hacia adelante. Destacaba por su estudiada aerodinámica, consiguiendo un coeficiente aerodinámico de 0,38 CX. Más adelante, Bertoni ideó un frontal más afilado: en 1967 nacía el modelo restyling con los faros carenados y un CX de 0,32. 

Pero no vayamos tan deprisa. El Citroën DS nació como un modelo de representación, con el motor de cuatro cilindros utilizado en el Traction Avant con ligeras modificaciones para actualizarlo. Mucho se había estudiado el motor que debía equipar el Citroën Tiburón y se barajaron opciones de seis e incluso ocho cilindros. Finalmente se optó por este pequeño motor de 1.911 cc y 75 CV a 4.500 rpm, que combinaba unas prestaciones aceptables para la fecha y un comportamiento más interesante gracias a el ahorro de peso.

No obstante, pese a su buena acogida en su país local, el Citroën DS bajó el ritmo de ventas rápidamente debido a su alto precio. Era un coche muy tecnológico, con elementos tan novedosos en la época como la suspensión hidroneumática creada por el gran Paul Mages. Este sistema era tremendamente moderno e innovador, demasiado incluso, y al comienzo tuvo muchos problemas. Estos fallos de fiabilidad también marcaron los inicios del Citroën DS.

El Citroën DS llegó a tener una lista de espera de dos años y eso pese a contar con motores claramente insuficientes para el coche que era. Como te decía, el mercado local francés demandaba versiones más baratas y por eso, en 1956 se presenta una versión menos equipada y con un motor todavía menos potente, de 63 CV. Se lanzaba el Citroën ID 19 y lo hacía con un precio más atractivo y unas líneas que, en general, apenas variaban respecto al DS. Fue un éxito incuestionable.

Con el paso del tiempo el Citroën DS ‘Tiburón’ fue evolucionando. Cada vez había menos fallos, especialmente con la suspensión hidroneumática, y poco a poco se va mejorando el rendimiento del motor. En 1958 se lanzaba la versión familiar, primero con el ID y más tarde llegaría el Citroën DS Break. En 1960 se aumenta la potencia de los 75 CV originales a los 83 CV, mientras que en 1961 el salpicadero recibe mejoras de diseño. En 1965 se lanzan dos nuevos motores: el cuatro cilindros alcanza los 90 CV mientras que se lanza el Citroën DS 21, con un nuevo motor de 2.175 cc y 109 CV.

Pero la gran novedad en la gama del Citroën DS iba a llegar en 1967, con el profundo restyling al que fue sometido. Las malas lenguas aseguran que Bertoni golpeó con un mazo el frontal del coche en busca de inspiración. Golpeo a las aletas que salían de los faros y el resultado fue sorprendente: había conseguido un frontal más estilizado, más afilado y también más aerodinámico. Se diseñaron nuevos faros carenados y se incorporó una tecnología muy novedosa en la época aunque no fue un invento de Citroën como muchos creen: los faros que giran con la dirección.

Apenas un año después, en 1968, el Citroën DS19 se sustituye por el DS20 con 103 CV, mientras que el motor del DS21 aumenta la potencia hasta los 115 CV. Apenas un año más tarde se incluye en la gama una versión con inyección electrónica Bosch aumentando la potencia hasta los 125 CV. Por fin la gama del Citroën DS tenía motores a la altura, aunque el momento culmen llegaría con el Citroën DS 23 con dos niveles de potencia: 115 CV en la versión con carburador y 130 CV con la inyección electrónica.

En 1975 cesaba la producción del Citroën DS ‘Tiburón’. Se ponía fin a 20 años de uno de los coches más importantes en la historia del automóvil, un coche que marcó un antes y un después y que para mucha gente se adelantó a su tiempo. Afortunadamente, y a diferencia de otros coches avanzados, el Tiburón sí que se puede considerar como un auténtico éxito de ventas, con 1.445.960 unidades fabricadas. Un coche clave para entender la historia de Citroën y su razón de ser hasta nuestros días. Hoy Citroën ha perdido buena parte de esa personalidad única e incluso han perdido su mítica suspensión hidroneumática. ¡Una pena! Los amantes de la marca siempre podrán mirar al pasado para seguir babeando con la ‘Diosa de Francia’.

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