Así ha sido la vida de Bernie Ecclestone: una historia dedicada a la F1... y al dinero

Bernie, a casa

Javier Prieto

Tras el relevo de Bernie Ecclestone como patrón de la F1, hoy repasamos sus cuatro décadas en el negocio del Gran Circo.

Tras su reciente destitución, vamos a repasar la trayectoria de Bernie Ecclestone en la F1, toda una vida dedicada al negocio de la Categoría Reina... y al dinero.

Por cierto, viendo la colección de coches de Bernie Ecclestone y sus impresionantes propiedades, no le ha ido nada mal. Tanto es así que con una fortuna estimada en 4.200 millones de dólares es el cuarto ciudadano más rico del Reino Unido.

Pero a ver, no seamos quisquillosos, si el magnate londinense ha conseguido algunos ahorrillos es porque ha dedicado cerca de cuarenta años al Gran Circo y porque lo ha generado.

Además, con sus luces y (muchas) sombras fue el responsable de modernizar la competición y convertirla en un fenómeno de masas...y en una máquina de generar ingresos, incluyéndole a sí mismo.

Bernie Ecclestone ha sido -es y será- un personaje controvertido, lenguaraz y autoritario, pero también un visionario, que manejó a su antojo y con mano de hierro la máxima categoría. 

Vamos a conocer su trayectoria en la F1, un funambulista que se ha mantenido cuatro décadas en el alambre del Gran Circo.

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Trayectoria Bernie Ecclestone

 

Pasión por el motor y los negocios

A los dieciséis años, el joven Bernie se dio cuenta de que los libros y la pizarra no eran lo suyo y abandonó los estudios. Entonces se puso a trabajar en algunas fábricas de su comarca (Suffolk) para costearse sus gastos. 

Pronto aquello se le quedó pequeño y con solo 17 primaveras fundó con su socio Fred Compton la compañía Compton & Ecclestone. Demostró tener mucho valor al emprender una aventura empresarial en plena postguerra y siendo un adolescente. 

Su primer contacto con las carreras de coches llegó en 1949 cuando participó en algunas pruebas de la Fórmula 3 con un Cooper Mk V de su propiedad.

Sin embargo en esa misma temporada sufrió un espectacular accidente en Brands Hatch, cuando salió volando y aterrizó con su bólido en un parking cercano al circuito. Inmediatamente se dio cuenta de que aquello de la velocidad no era lo suyo y abandonó la competición... de momento.

No obstante, el joven Bernie quería seguir en contacto con el mundillo del motor. Y por eso en 1957 pasó a ser el representante del piloto Stuart Lewis-Evans al tiempo que adquiría la escudería en la que éste militaba, Connaught.

Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, Ecclestone trató de clasificarse para el GP de Mónaco 1958. Evidentemente no lo consiguió porque era tan malo al volante de un monoplaza como bueno en los negocios.

Unos meses después, y durante el GP de Marruecos, su amigo Lewis-Evans sufrió un terrible accidente que le costó la vida unos días más tarde.

Pero el pipiolo británico, que le había cogido el gustillo a eso de las negociaciones en el paddock, busco en 1970 un nuevo corredor para ser su mánager. Y lo encontró en el corredor austriaco Jochen Rindt quien pereció ese mismo año en el GP de Italia.

A pesar de su muerte, Rindt se coronó Campeón del Mundo 1970 a título póstumo, algo que jamás se ha repetido en la historia de la especialidad. Desde luego que el gafe de Bernie con sus clientes era como para hacérselo mirar.

El nacimiento de un Imperio 

Bernie, a pesar de ser un poco cenizo, estaba decidido a labrarse un porvenir en la F1, por lo que adquirió el equipo Brabham de Ron Tauranac en 1972.

Tan solo dos años más tarde dio un salto trascendental en sus aspiraciones profesionales: fundó junto a Frank Williams, Colin Chapman, Teddy Mayer, Ken Tyrrel y Max Mosley, la Asociación de Constructores de F1 (FOCA).

Poco a poco su nombre sonaba con más fuerza en los boxes y en los despachos. Se cumplía la hoja de ruta del clon de Andy Warhol.

Bernie, un astuto negociador, pronto tomó la voz cantante para enfrentarse a la todopoderosa FIA por el reparto de las ganancias y los derechos televisivos entre los actores de la F1.

Su figura seguía creciendo en la cocina del negocio donde se cocinaban todas las decisiones importantes. Y así, en 1974 tomó el control absoluto de la FOCA.

Como resultado de sus habilidades negociadoras, en 1981 le arrancó a la FIA un pacto (Acuerdo de la Concordia) que le permitiría a la Asociación de Constructores negociar directamente los contratos de televisión...y a él manejar el cotarro. 

Siguiendo el refrán de si no puedes a tú enemigo, únete a él, la FIA le nombró vicepresidente de dicho organismo. Y Bernie, que es todo menos tonto, se deshizo de su equipo (Brabham) al tiempo que la FOCA desaparecía.

La expansión del reino Ecclestone

Ecclestone vio enseguida que el negocio estaba en el control de la gestión de los ingresos que generaba la Categoría Reina, sobre todo, la televisión. Con ese fin fundó en 1988 la FOPA (Formula One Promotions and Administration), que más tarde pasaría a ser la FOM (Formula One Management). 

Al mismo tiempo, comprendió que la televisión no solo era le medio para generar unos ingresos increíbles sino que le serviría de instrumento para darle una notoriedad mundial que hasta entonces no tenía la F1.

Y fue dicho y hecho. Pronto las grandes marcas automovilísticas se dieron cuenta del escaparate publicitario que para sus productos supondría la presencia en el Mundial. El dinero comenzó a llegar en masa.

En una jugada maestra, Bernie consiguió adjudicarse en 1995 una parte de los derechos televisivos que se repartían con la FIA y los equipos. Dicho contrato, que tendría una vigencia de 14 años (hasta 2009), estipulaba la entrega de unos abonos anuales a esas dos partes (FIA y escuderías). Pero siempre bajo la dirección y control del Tío Gilito.

Jaque mate al rey de la F1

El viento comenzó a soplar en contra del patrón de la F1 en noviembre de 2004. Speed Investments, un holding que poseía el 75% en SLEC, la sociedad que a su vez controlaba el negocio de la F1, inició una ofensiva legal para recortar su poder.

Los tribunales fallaron a favor de Bayerische Landesbank, J.P. Morgan Chase y Lehman Brothers, las entidades bancarias que forman Speed Investments.

Poco después, llegó el golpe definito. Fue en 2006 cuando CVC Capital Partners comunicó que adquiría las acciones de Bernie en el Grupo Fórmula Uno, que a su vez contaba con el 25% de la SLEC.

El gran capo veía cómo los tiburones -financieros- merodeaban a su alrededor y que era cuestión de tiempo que hicieran sangre.

De hecho en septiembre de 2016 el grupo estadounidense de comunicación y entretenimiento Liberty Media anunció que había alcanzado un acuerdo de compra con CVC Capital Partners para ser el nuevo dueño de la F1.

Desde entonces hasta ahora habían mantenido al frente del tinglado a Bernie. Pero las cosas han cambiado y desde el pasado 23 de enero de 2017, el ex mandamás de la F1 ya no forma parte de ella, después de cuarenta años. Así lo reconocía el propio afectado en unas declaraciones: "me han echado, estoy fuera, es oficial. No sigo en la empresa".

En definitiva una vida dedicada a la Categoría Reina que se ha borrado de un plumazo. Cosas del destino. Y ahora, ¿a qué se dedicará este jubilado de 86 añitos? Hombre, tiene una joven esposa, dos ex y varios nietos. Seguro que ocupaciones no le faltan.

Infografía: Stampaprint.

Etiquetas: F1, Fórmula 1