Slim Borgudd, el batería de ABBA que corrió (y puntuó) en la F1

ABBA en la F1 de la mano de su batería Slim

Javier Prieto

Cómo pasar de los escenarios a los circuitos en un pispás, por Slim y su banda de música.

Posiblemente el caso de Slim Borgudd y del grupo musical ABBA en el que tocaba la batería, sea uno de los casos más curiosos del Gran Circo.

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Slim, un enamorado de la velocidad, comenzó a participar en carreras de coches amateurs que compaginaba con su faceta musical.

Poco a poco fue escalando en el mundo del motor hasta llegar a las principales competiciones nacionales y regionales: el Campeonato Sueco de Turismos y en el Escandinavo de Fórmula Ford.

1981 Slim-Borgudd ATS-Belgium-GP

Ya en 1979 dio el salto a la Fórmula 3 europea donde logró el tercer puesto de la clasificación final del certamen, una buena tarjeta de presentación para llamar a las puertas de la F1.

El ATS-Ford de Slim en 1981

Sin embargo, en aquellos tiempos conseguir un volante costaba mucho dinero y él no lo tenía. Entonces se puso en contacto con los cuatro componentes de ABBA para explicarles su plan. Quería utilizar el nombre del grupo como reclamo para aterrizar en la Categoría Reina. 

Después de algunas reticencias, Björn Ulvaeus convenció a los otros tres integrantes Benny Andersson, Frida Lyngstad, Agnetha Fältskog para que accedieron a su petición. Al fin y al cabo, ¿qué había de malo en que el nombre de ABBA figurara en la competición automovilística más conocida del planeta? Y es que Björn siempre apoyó a Slim en sus aspiraciones deportivas.

Slim-BORGUDD Y Björn-UHLEVENS

Aunque seguía sin respaldo económico, Borgudd obtuvo la bendición de la banda de pop más famosa del momento. Y eso fue todo lo que le ofreció a Günther Schmid, el dueño del equipo privado alemán ATS-Ford, quien increíblemente, aceptó la propuesta del corredor rubito.

Con toda probabilidad, lo que sucedió es que el irascible patrón de la escudería germana se sintió muy orgulloso de llevar el nombre de las estrellas suecas en sus monoplazas.

Slim y sus colegas de ABBA

De esta forma tan peculiar, Slim se había hecho un hueco en la F1, aunque en esta romántica aventura había mucha pasión deportiva y cero rentabilidad financiera. De hecho, el nuevo piloto corrió gratis y se tuvo que buscar algunos patrocinadores privados para que le sufragaran los gastos personales.

Debut Slim GP USA 1981

En esas condiciones llegó el anhelado debut en el GP de los Estados Unidos de 1981 disputado en Long Beach. Terminó decimotercero, un gran resultado teniendo en cuenta el hierro que pilotaba, lo que hizo albergar ciertas esperanzar de éxito. Sin embargo, el equipo era un desastre por culpa del carácter insoportable de su propietario que consiguió que una parte del equipo le abandonara.

Viéndole las orejas al lobo, Slim contrató a un técnico de primera fila procedente de Brabham llamado Alistair Cadwell. Inmediatamente se notó una mejoría en el rendimiento del HGS1 al finalizar sexto en el Gran Bretaña (Circuito de Silverstone) y sumar su primer y único punto en la especialidad.

 Aquella hazaña fue hercúlea si tenemos en cuenta que corrió con un destornillador en los pies que un mecánico se había dejado allí.

Tras ese gran resultado, los cuatro componentes de ABBA se animaron a apoyarle en la siguiente cita, el GP de Alemania en Hockenheim. Y aunque ni allí ni en el resto de la temporada se comió un colín por las averías del monoplaza, el pipiolo de 35 años se ganó el respeto del paddock.

Por eso le fichó Ken Tyrrell para formar pareja con una de las jóvenes promesas, Michele Alboreto, a quien había derrotado en diversas ocasiones en la temporada anterior.

Pero el sueño se acabó a mitad del curso de 1983 cuando los problemas financieros le dejaron sin volante. Así, de un modo tan abrupto, concluyó la trayectoria de Slim y de ABBA en la F1.

El músico siguió compitiendo en otras disciplinas, llegando a competir en las 24 Horas de Le Mans en 1987 y a proclamarse campeón europeo de camiones en 1984. 

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