Una pick-up Ford F-250 vuelve a ver la luz tras 42 años y con tan sólo 224 kilómetros

Ford F-250 Lariat (AMMO).

Gustavo López Sirvent

Su dueño la guardó en 1978 y la rescató del polvo en enero de 2022

El ostracismo de un granero, el olvido de un triste almacén, la soledad de un garaje, pueden ser motivos para que vehículos pasen años, incluso décadas, sin ver la luz. Hasta que alguien se acuerda de lo que tenía y ¡voilà! Algo así le pasó a una pick up Ford F-250 Lariat, modelo 1978, que permaneció guardada durante 42 años y está casi intacta, como si el tiempo se hubiera detenido. 

El dueño de esta furgoneta, que ha sido una de las más vendidas en la historia de Estados Unidos, compró la Ford F-250 en marzo de 1978. Según relató, llevó a su hija a una reunión y condujo de regreso a su casa. Pasó el fin de semana conduciendo y para el lunes siguiente la camioneta ya estaba estacionada en el garaje y no volvería a ver la luz del día hasta enero de 2022.

Esta pick-up, según informa el canal de Youtube AMMO NYC, es una auténtica rareza, ya que sólo se construyeron 11 unidades con esta combinación de colores y con ese paquete interior. El dueño, un ciudadano de Charlotte, Carolina del Norte, sólo había recorrido con su vehículo 224 kilómetros.

El propietario, ya cansado de tener su Ford sin uso y retirado de la conducción, decidió venderlo. Tuvo la idea de ponerse en contacto con los chicos de AMMO NYC para realizarle una limpieza a fondo a la camioneta, pulir todos los detalles y dejarla en condiciones como un cero kilómetro para una venta segura.

El procedimiento fue lavarlo primero con agua a presión y jabón para quitar la suciedad más superficial. De ahí se pasó a las llantas, conservando las pegatinas originales a petición del dueño; y al final el motor, para el que solo se usó agua para limpiar la superficie sin remover las marcas de la fábrica. El interior estaba casi inmaculado tras 42 años sin tocar.

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Después de la limpieza profunda continuaron sumando puntos para que el vehículo tuviera su mejor cara y utilizaron productos abrasivos. Pulieron toda la superficie con cuidado, teniendo en cuenta que la pintura original no está preparada para ser sometida a productos de última generación. ¿El resultado por fuera? Casi mejor que cuando se compró.

El único pero que podía tener esta vieja Ford F-250 Lariat era su mecánica. El motor llevaba mucho tiempo sin utilizarse y de no usarse pudo haber sufrido alguna avería. Pero a buen seguro que una puesta a punto, viendo el estado general del vehículo, tendría una sencilla solución para que vuelva a rugir como en 1978.