Cinco cosas buenas y una mala del Volkswagen Amarok

El pick-up de Volkswagen tiene luces y sombras: ¡no es apto para todo el mundo!

Si eres un fiel lector de la revista Top Gear, probablemente viste mi aventura con el Volkswagen Amarok hace unos meses. Sin duda es un coche al que tenía ganas: soy de zona de montaña y allí los pick-up suponen un elemento clave en el mercado de vehículos: son prácticos, con una gran área de carga, y por lo general se comportan bien fuera del asfalto y en condiciones de poca adherencia. Por eso, cuando Volkswagen lanzó este pick-up, con una imagen espectacular, muchas cosas buenas sobre la mesa y un interior bien acabado y con ciertos guiños al lujo, no me lo pensé dos veces: tenía que hacerme con ella. Hoy estoy en la posición de mostrarte las cinco cosas buenas y una mala que tiene el Volkswagen Amarok.

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El Volkswagen Amarok me dejó un poco frío. No porque sea un mal coche, sino porque no estoy convencido al cien por cien que sea la herramienta útil, eficaz y de faena que parece que debe ser un pick-up. ¿O acaso me estoy equivocando? ¿Quizás estamos ante la revolución de este tipo de vehículos y ya no sean herramientas de trabajo para convertirse en vehículos de lujo con una imagen potente? Oh dios: ¿estamos ante la SUVización de los pick-up?

No sé si SUVización es la palabra, pero sí que parece claro que el Volkswagen Amarok sigue un poco la estela de estos si comparamos la evolución entre el todoterreno clásico y los nuevos SUV de 2017. No es tan bueno fuera del asfalto y en condiciones complicadas, pero en carretera es tan bueno que a veces tienes que pensar dos veces si estás en un pick-up o en un turismo convencional. Lujo, diseño, eficacia dinámica: son cosas que hasta ahora no se asociaban con un coche de estas características, pero que el Volkswagen Amarok pone en su lista de prioridades.

En la galería puedes ver cosas buenas y un fallo del Volkswagen Amarok que resultan clave para entenderlo mejor, un coche que probablemente jamás tenga un peso relevante en las ventas de Volkswagen pero que supone una alternativa con cierto toque premium para aquellos que quieran trabajar con estilo o simplemente se crean que viven en Kentucky.