Prueba del BMW M3 E30 de Redux: el CSL que nunca fue

Parece un BMW M3 E30 de serie... Pero no.

Los restomod son una tendencia a la alta que está muy de moda. Sacrilegio o no –a opiniones, colores–, está claro que muchos de estos trabajos son sencillamente brutales. Y ese es el caso de este BMW M3 E30.

Este E30 ha sido mejorado y evolucionado por Redux. El fundador de la empresa, Simon Lord, se hizo una simple pregunta: qué hubiera pasado si BMW hubiese construido otro M3 E30 después del Sport Evo. Seguramente un M3 E30 CSL (Coupe Sport Leichtbau). Así que manos a la obra.

En total, la transformación requiere de 4.000 horas de trabajo. Cada parte del coche, cada panel, techo o puertas son ahora de fibra de carbono. Todos los paneles de la carrocería juntos, desde el parachoques delantero hasta el trasero, pesan solo 40 kg.

El BMW M3 E30 fue, a efectos oficiales y con permiso del BMW M1, el primer automóvil de la marca bávara con la 'M'. Se llegaron a fabricar 18.000 unidades, y Redux solo convertirá 30 de ellos. Un coche muy cotizado, por cierto, que puede llegar 70.000 euros fácilmente.

La tapa del maletero fue uno de los pocos problemas o fallos de diseño que cometió BMW con este icónico bólido homologado para el Grupo A. Redux, sin embargo, ha modificado ese portón trasero para eliminar esas fallas en las proporciones y los ángulos derivados de la competición. Ahora parece más elegante y cohesionado, y es que un buen restomod se centra, en gran medida, en estos detalles.

Más de 100 componentes de la carrocería impresos en fibra de carbono para cuadrar a la perfección envolviendo el chasis del BMW M3 E30 y llegando a modificar hasta el interior y la zona de instrumentos.

Hablando del interior... ¿Qué hay?

Toda la tapicería en cuero, y no le queda muy bien. Es el primer coche de la empresa y ya lo advirtieron antes de la prueba. Lo arreglarán.

La palanca de cambios con forma de pelota de golf al más puro estilo de Mugen en Japón no termina de cuadrar, pero aparentemente es una pieza del catálogo de BMW Motorsport.

En general, el interior es limpio y atractivo. Hay elementos bastante modernos (como botoneras) escondidos bajo la cubierta del cenicero o en un panel del techo. Panel que por cierto, pertenece a la ECU de Motec: pantalla arriba y botones debajo para controlar multitud de sistemas como la calefacción de la ventana trasera.

Los materiales y adornos son buenos, elegantes. El cuero Nappa es muy suave, pero quizá el conjunto no rezume demasiado las siglas CSL.

Mecánicamente, una bestia de solo 1150 kg de peso

Al conducir un M3 original, te das cuenta de que –como todos los coches de 30 años–, se siente suave y lento. En cambio, las modificaciones de Redux lo hacen muy diferente en la pista. La dirección es ligera, se siente en equilibrio. El coche baila entre los cambios de dirección. 

No hay un agarre excesivo, pero el coche se desliza bien en esa fina línea aunque el eje trasero se anima rápido en las curvas. El coche de Redux es una experiencia moderna, más nítida e inmediata, pero quizá algo falta de la fluidez que tiene como esencial el BMW E30 original en pista.

Aunque son los primeros días y aún faltan problemas por resolver y ajustes por realizar. Algo más de camber en el eje delantero mejoraría la dirección, un ajuste en el reparto de frenada también ayudaría, y así sucesivamente.

Pero eso es un trabajo en detalle. Sin duda, lo básico está ahí, ordenado. Se siente robusto, rígido de chasis y flexible de suspensión.

Y entonces se llega al motor de cuatro cilindros. Un número infravalorado criminalmente. Redux ha reconstruido el motor S14 de 2,3 litros y lo ha llevado hasta los 2,5 litros. Todos los componentes completamente nuevos y en consonancia gracias a la ECU de Motec.

En definitiva, más de 100 CV de potencia adicional respecto al coche original de 202 CV Y 277 Nm de par. Esta unidad tiene más carisma que, sí, cualquier motor turboalimentado que se te pueda ocurrir.

Su sonido arrasa con los oídos a través de un rango medio de revoluciones hasta el corte, en 8.200 rpm. Unas vueltas y era suficiente para darse cuenta de su potencial. Es muy rápido. Son 300 CV para un coche de 1150 kg de peso que le dan una relación peso-potencia de 260 CV por tonelada. Casi lo mismo que un Porsche 911 Carrera.

Quizá la idea no termina de cuajar. Redux ha construido el M3 que nunca fue con ideas que BMW a lo mejor no habría aplicado. Se aleja un poco de las grandes restauraciones de compañías como Eagle, Singer o Alfaholics. Se han mejorado todas las partes, sí, pero no terminan de compenetrarse del todo.

Puede que sea algo intrínseco a los restomods, que obvian cualquier otra idea para centrarse al 100% en la suya propia. Redux a lo mejor no ha aprendido aún esta lección. ¿Pero como primer intento? Malditamente impresionante.

Y para finalizar, yendo al punto clave de la cuestión, el precio: 350.000 euros, aparte del BMW M3 E30 que deberás donar para su modificación, claro. Básicamente lo que cuesta un Ferrari SF90. Realmente no hay codicia en Redux. Hay que apreciar el enorme trabajo que existe detrás, en el diseño de las piezas, modificación y puesta a punto. 

Muchísimas horas. Y los márgenes de beneficio no serán enormes. Y siendo realistas, con solo 30 unidades, tendrás en tu poder pura exclusividad. Si bien, es una apuesta arriesgada. Redux aún no se ha hecho un nombre en esos círculos, y no hay garantías de que sea recibido con el mismo entusiasmo que Singer, por ejemplo. El tiempo lo dirá, pero el comienzo es sin duda muy bueno.

Nuestro veredicto

8