Prueba Skoda Karoq 4x4 2.0 TDI en Laponia: a que se lo pide Papá Noël...

Skoda Karoq Winter Test
Prueba del Skoda Karoq y de toda la gama 4x4 de Skoda por las gélidas carreteras y pistas de Laponia (Finlandia), y los sabios consejos de Hans Joachim Stuck, ex piloto de F1 y campeón de Le Mans y DTM, para no fenecer en el intento

Prueba del Skoda Karoq 4x4 en condiciones extremas en Laponia (Finlandia). En al año 2017, Skoda logró una producción récord de 127.000 unidades con tracción integral, lo que supone un 10% de su producción total, que se concentra en cuatro gamas: Octavia, Superb, Kodiaq y, ahora también, Karoq, su último lanzamiento, y que está sorprendiendo el mercado de los coches nuevos.

Cabe destacar que está muy extendida la idea de que la tracción 4x4 –que, hay que dejarlo claro, incrementa los costes y, por lo tanto, el precio final del coche, y el peso del conjunto y, por ende, incide en un mayor consumo– solo tiene sentido en invierno o si se circula habitualmente por carreteras cubiertas de nieve o hielo. Sin embargo, la tecnología 4x4 de Skoda mejora la seguridad activa durante todo el año, ya que la tracción integral contribuye a mejorar la seguridad en situaciones en las que un conductor no sea consciente.

Un ejemplo de esto último se produce al iniciar en el tráfico urbano la marcha una vez se ha puesto verde el semáforo. Sin tener en cuenta del tipo superficie sobre la que se ruede, el embrague multidisco de la gama 4x4 de Skoda suma las ruedas traseras para ayudar en la transferencia de la tracción, con lo que se evita que la rueda se mueva en el eje delantero. Incluso durante una mayor aceleración, una pequeña parte del par se transfiere automáticamente a las ruedas traseras, y así se incrementa la estabilidad del vehículo. Cabe resaltar que cuando se viaja a una velocidad constante, se acciona principalmente el eje delantero y no los dos, lo que se traduce en que el consumo de combustible no aumenta como si se circulara con tracción integral.

La tecnología 4x4 de Skoda presenta otras ventajas, de las que los conductores pueden beneficiarse, como, una tracción considerablemente mejor en carreteras mojadas o no asfaltadas. Asimismo, el sistema de tracción 4x4 controlado electrónicamente, junto con los sistemas de asistencia, también ayuda en zonas de curvas de carreteras secas. En este caso concreto, las unidades de control del Skoda monitorizan la velocidad de las ruedas de forma individual y evitan que la rueda interior patine transfiriendo el par a la rueda con una mejor tracción. Todo ello se traduce en una óptima manejabilidad, mayor seguridad activa, así como más confort gracias al guiado preciso de los neumáticos.

Tracción 4x4 de Skoda: así funciona

La tracción total de Skoda se basa en el embrague multidisco electrónico de quinta generación. La tracción 4x4 de Skoda es totalmente automática y asegura una tracción óptima en cualquier situación. Una serie de sensores –que miden, por ejemplo, ángulo de dirección, aceleración longitudinal y lateral, velocidad de la rueda, posición del pedal del acelerador o la velocidad del motor– evalúa constantemente la situación en que se está circulando, mientras que la unidad de gestión electrónica de la tracción total de Skoda toma en cuenta todos los parámetros para, en milisegundos, alterar la distribución del par entre las ruedas, con lo que se asegura la distribución óptima de la potencia.

Mención aparte merece el modo de conducción Snow (nieve), una combinación perfecta y esencial para controlar el Karoq en todo momento. Con este modo, el sistema de frenos antibloqueo (ABS) permite un poco más de apoyo en la rueda, con lo que la nieve se acumula frente a los neumáticos y aumenta el efecto de frenado. El control de tracción (TCS) permite un mayor deslizamiento de la rueda, de modo que la banda de rodadura del neumático se agarra más eficazmente y la caja de cambios selecciona marchas más altas de lo normal en el rango de velocidad más bajo. El acelerador reacciona más suavemente y así se evita un aumento no deseado del par y el giro de las ruedas.

Skoda Karoq Winter Test

Antes de conducir, taxi-drive con Hans Joachim Stuck

Aunque uno piense que lo sabe todo, vamos, de los Tolosa de toda la vida, la física pone a cada uno en su sitio. Y como uno ya está curado de espanto –y de meter la pata- prefiere ser precavido y dejarse aconsejar por los expertos. Como, por ejemplo, Hans Joachim Stuck, una de las leyendas del automovilismo, ex piloto de Fórmula 1, campeón de las 24 Horas de Le Mans, de Nürburgring y del DTM. En resumen, un fiera. 

Hans Joachim Stuck

Para ello, nada mejor que aprender a base de práctica de verdad: con un taxi-drive a bordo de un tremendísimo Skoda Octavia RS 2.0 TDI 184 CV DSG 4WD. Así, mientras voy memorizando las curvas, dónde frena, dónde acelera, dónde recorta la curva... aprovecho y le pregunto sobre cómo conducir en situaciones tan extremas como las que hay en Laponia, con -22º de temperatura y zonas de la pista congeladas, habida cuenta que, según me comenta, se ha hecho más de 400 km por estas pistas y ha disfrutado en cada giro. Lo primero que me comenta son las virtudes del cambio DSG, pues "permite controlar el coche en todo momento". Lo segundo y más importante: suavidad en cada una de las maniobras que realicemos, suavidad y anticipación. "Es fundamental jugar con la física, conocer las reacciones del coche. Por ejemplo, al entrar en una curva yendo en modo deportivo, lo primordial es meter el coche en la curva y una vez colocado, dar gas", indica mientras 'baila' con el Octavia RS curva a curva. Y la pregunta final: ¿marchas cortas o largas? "En este caso, como vamos con un TDI y tiene mucho par y el motor es muy elástico, por lo que se puede circular con marchas cortas, pero si fuéramos con un gasolina, no deberíamos por debajo de 4.000 vueltas, pues el coche responderá mejor", sentencia. ¡Gracias, maestro!

Hans Joachim Stuck entre un Skoda Kodiaq y un Karoq
Hans Joachim Stuck entre un Skoda Kodiaq y un Karoq

 

Prueba del Skoda Karoq sobre nieve

Tras las clases magistrales del campeón Stuck, llega la hora del rock & roll, llevando yo la batuta. He podido probar –calzado con neumáticos de clavos, eso sí– el Skoda Karoq –así como el resto de la gama 4x4 de la marca checa–. En Laponia, además de someter a toda la gama a pruebas de inicio de marcha con versiones 4x2 y 4x4 –donde la tracción integral demuestra su total ventaja–, pistas de handling y subidas y bajadas de cuestas pronunciadas, he confirmado la absoluta eficacia del modo de conducción Snow. Sobre todo en el circuito de handling. Primero di un par de vueltas de reconocimiento sin ningún modo activado, pero sin desactivar las ayudas. Al principio y siendo muy, muy cauteloso, sin cambios bruscos, girando lo mínimo el la dirección, el Karoq parecía ir sobre raíles, hasta que llegó una curva en 180º  muy cerrada donde además de rezar hasta lo aprendido en la Primera Comunión, era necesario confiar en la leyes de la física, las inercias del conjunto y dejarse llevar. Con el modo Snow activado, y con la experiencia previa adquirida, la situación fue bastante más relajada y, sobre todo, controlable. Tanto que adquieres más seguridad y te terminas viniendo arriba, y entonces aprietas más, aumentas tu velocidad y pueden aparecer los errores. Afortunadamente, en zona controlada, no hay mayor peligro que la bronca del instructor porque le puedes llegar a rozar el coche. 

El Skoda Karoq AWD 2.0 TDI 150 CV con caja automática DSG ha demostrado ser un fiable compañero de viaje en situaciones extremas. A que se lo pide Papá Noël...

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Nuestro veredicto

0.9