A lo largo de años han salido un buen puñado de Renault Clio Sport. Bueno, Clio Sport o primos hermanos: llámalos Renault Clio RS, Clio R.S. o como hubiera tocado en su momento. El caso es que, salvo ediciones especiales, de un modo u otro he conseguido conducir prácticamente todos (veremos a ver cuando llegue la variante deportiva del nuevo Renault Clio 2019).

Por eso, y por dejar un legado medianamente digno a mis hijos y luego a mis nietos, me he autoencomendado escoger los cinco mejores Renault Clio deportivos... a ver si consigo cabrearos a todos por mi alarmante falta de criterio. Así que allá vamos.

Renault Clio Williams

El Renault Clio apareció en 1990, pero enseguida se lanzó el 16V. Utilizaba un bloque de 1,8 litros con, adivínalo, 16 válvulas, que lo convertía en un quebradero de cabeza para los pequeños deportivos de la época. Era rápido y era divertido. 

Eran otros tiempos: prueba del Peugeot 205 GTI vs Renault Clio Williams

Pero el bueno llegó un par de años más tarde. El Renault Clio Williams nació por la unión de las dos marcas en Fórmula 1. Esto era una cosa muy seria, ya que tenía un motor 2.0 de 150 CV (no cabía compresor de aire acondicionado en el vano motor, así que en verano dolía usarlo en España) , pesaba menos de 1.000 kilos y corría como un demonio. Quizá a ojos de hoy sus prestaciones no te dejan tan asombrado, pero te aseguro que te lo puedes pasar en grande en cualquier carretera de montaña siguiendo a algún coche más moderno.

Se iban a fabricar sólo 400 unidades, pero el éxito de ventas hizo que Renault incrementara esa cifra hasta las 12.100, de las que 1.000 se vendieron en España.

Renault Clio Sport 172

Puede que el Renault Clio Sport del año 2000 (el restyling del modelo 98) sea con el que mejor me lo he pasado. Tenía un eje curioso, pero eso he preferido utilizar esta foto de un modelo inglés: es que de verdad te incitaba a ir a ese ritmo... aunque ese nivel de 'a lo loco' solo lo podías alcanzar en un circuito.

Viejas glorias: el primer Seat Ibiza Cupra

Montaba un dos litros de 172 CV y su dirección era bastante más decente que lo que se estilaba en aquella época. Un verdadero hueso para otro modelo que se estaba empezando a imponer: el Seat Ibiza Cupra R y su motor turbo de 180 CV (el Cupra normal tenía 156).

Renault Clio V6

El Renault Clio V6 segunda fase fue el primer 'coche loco' que conduje. En realidad fue de pura chiripa, porque cuando tenía las llaves en mi mano cuando mi jefe de aquel entonces pensó que igual era demasiado peligrosillo para un chaval que estaba empezando. 

Al final tuve suerte y pude darme una vuelta (en seco). De él recuerdo el sonido, la manera que tenía de subir de vueltas como si no existiera un mañana... y el calor que hacía en el habitáculo aunque el climatizador estuviera funcionando a tope. El motor estaba colocado justo detrás de la espalda y escuchar a un V6 rugir así era una cosa impactante.

Si la primera generación tenía algunos (pocos) detalles que pulir (pasó de 230 CV a 255 CV), creo que este Clio V6 ha sido uno de los mejores deportivos que ha sacado la marca en toda su historia. Nada menos...

Renault Clio RS (2006)

Esta tercera generación del Renault Clio Sport supuso un salto tanto en calidad como en comportamiento. Además, con sus 200 CV era una cosa muy seria ya. 

Tenía un chasis tan bueno que ibas mucho más rápido de lo que pensabas: subía de vueltas con ganas, sonaba bastante chulo y estiraba mucho (hasta más allá de las 7.000 rpm). A pesar de que apenas cabeceaba y giraba bastante plano, su suspensión no era muy dura, por lo que además te permitía usarlo en el día a día sin problema.

Renault Clio RS 16

Bueno, este no lo he conducido. Pero se trata del concept más brutal que ha sacado Renault en los últimos tiempos. Lo pongo aquí porque probablemente, de haberse fabricado, se hubiera convertido en el mejor Renault Clio Sport de largo. 

Para empezar, los ingenieros quitaron el controvertido motor 1.6 turbo que estaba asociado únicamente al cambio automático (de doble embrague, eso sí) del Renault Clio RS y colocaron una caja manual y un bloque de dos litros turboalimentado que provenía del Renault Mégane 275 Trophy R. Con un par.

Con 275 CV y 360 Nm, se convirtió en el Renault más rápido del momento: debería haber alcanzado los 250 km/h y hacer el 0 a 100 en solo 5,5 segundos. Quizá alguien pensó que era demasiado heavy como para salir al mercado. O quizá no era su momento. Lo que es una verdadera lástima...