Viejas glorias: esta es la historia del Renault Clio Williams

Sucesor de un mito, con la cabeza puesta en los rally y una combinación de color que ya es historia de los coches deportivos.

El Renault 5 Turbo fue un coche que cambió la historia de Renault, bueno, en general el mítico R-5 fue un coche especial: el mundo buscaba coches pequeños, prácticos, manejables, económicos y Renault dio en el clavo con él. En el link que te dejo más arriba puedes conocer toda su historia, pero hoy es el momento de echar un vistazo a su sustituto, al que rendimos homenaje aprovechando que pronto llegará el nuevo Renault Clio 2019: el Renault Clio Williams, un coche que, estoy seguro, está ente tu lista de compactos favoritos: ¿te imaginas la comparativa entre un Peugeot 205 GTi y un Renault Clio Williams? Nosotros ya lo hicimos hace un tiempo y este fue el resultado.

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Pero entremos en materia. Para entender la historia del Renault Clio Williams tenemos que entender la historia de su antecesor, las versiones deportivas del Renault 5. Los rally tuvieron un apogeo importante en los 80, con el añorado Grupo B y mucha actividad en el Grupo A, con creaciones tan alucinantes como el Ford Sierra RS Cosworth o el Lancia Delta HF Integrale. El R5 Turbo se había convertido en un coche mítico, pero llegaban los 90 y tocaba cambio: el Renault Clio nacía como el sustituto ideal. Era pequeño, ligero, manejable, más moderno, con un diseño sobrio y eficaz…¡y no podía renunciar a una versión deportiva!

En 1990 llegaba el Renault Clio y no iba a pasar mucho tiempo hasta que Renault buscase un sustituto en competición del R5 Turbo. Muchos piensan de primera que Williams fue un consultor o un colaborador en este proyecto, como Cosworth lo fue con los Sierra o Escort RS. Pero eso hay que dejarlo claro: Williams NO participó en el Renault Clio Williams y que la escudería de Fórmula 1 tenga una presencia tan importante en el nombre se debe al marketing, puro y duro: en aquella época, Williams F1 montaba motores Renault y cosechaba su mejor momento: ganó en mundial de 1992 con Nigel Mansell y en 1993 con Alain Prost. El Renault Clio nacía en 1993 y en ese momento el nombre Williams tiraba mucho.

Y así es amigos, fue Renault Sport el encargado de modificar el Renault Clio para convertirlo en un auténtico deportivo en tamaño XS. La base escogida fue el Renault Clio 16v con el motor F7R de 1.8 litros de cilindrada. Las modificaciones fueron muy importantes y el resultante, el motor F7R700, casi se podría considerar un motor completamente nuevo: válvulas, cigüeñal y una cilindrada que aumentó hasta los dos litros. 

No obstante, el Renault Clio 16v era, claramente, un coche subvirador. Renault Sport necesitaba darle una vuelta para crear un coche mucho más noble en curvas, un coche ratonero eficaz para plantar cara a coches más potentes a base de eficacia gracias a su tamaño. La principal medida fue incrementar la anchura en la vía delantera en 34mm y la colocación de la suspensión delantera del Renault 19 16v. Se instalaron unos amortiguadores más firmes y una barra estabilizadora más ancha: estos ligeros toques le dieron al Clio un dinamismo mucho más eficaz y el problema del subviraje desapareció.

El objetivo final, no obstante, era crear un coche de competición, por lo que Renault planteó una producción inicial de 3.800 ejemplares, 1.300 más de los 2.500 exigidos para poder ser homologado en el Grupo A. El coche se presentó en el Salón de Ginebra de 1993 con una espectacular combinación de color, una elección que ya forma parte la historia: el color Sports Blue (449) se combinaba con el color dorado en el que estaban pintadas las llantas Speedline de 16 pulgadas. El conjunto se inspiraba en el monoplaza de Williams, que contaba con el color azul y dorado amarillento como protagonistas en su carrocería.

Con 150 CV, el Renault Clio Williams no estaba tan lejos de los 160 CV del R5 Turbo. Era pequeño, ligero, divertido y con una puesta a punto realmente eficaz que proporcionaba mucha diversión en zona de curvas: sin duda, un buen punto de partida para la saga de los Renault Clio Sport. En el mundo de la competición, el Renault Clio Williams tuvo un peso relevante, con numerosas versiones, como las del Grupo N con 165 CV o por el Grupo A con entre 205 y 220 CV. Más adelante llegó el Renault Clio Williams Maxi Kit Car con hasta 265 CV y que se convertía en una auténtica bestia que se movía a las mil maravillas con genios como Jean Ragnotti a sus mandos.

El Renault Clio Williams de calle fue un éxito y las 3.800 unidades de la primera serie se vendieron en un abrir y cerrar de ojos. Renault no dudó en seguir con la producción y creo dos series más. La primera es la única numerada en el interior con una placa realmente chula y son las más cotizadas. La segunda y tercera generación del Clio Williams contaban con diferencias en la carrocería: un retrovisor más grande con comando eléctrico, los pilotos traseros ligeramente modificados, la modificación de las insignias y emblemas del coche, como el 2.0 colocado en la aleta, etc. 

Pequeños cambios entre uno y otro que los expertos son capaces de localizar con solo echarles un vistazo: el principal cambio del Williams Serie 3 es el cambio de color, ya que se decidió pintar en el color Monaco Blue (432). Finalmente, Renault produjo un total de 12.100 ejemplares del Renault Clio Williams, un coche que se convirtió desde su nacimiento en un ejemplo de cómo debía ser un utilitario deportivo, una época gloriosa para este tipo de vehículos, especialmente en Francia. 

Hoy sigue siendo un coche muy querido por su delicado comportamiento y la diversión y eficacia que podía llegar a alcanzar en puertos de montaña con las manos adecuadas. ¿Su imagen? Han pasado 25 años y no hay nadie con gasolina en las venas que no siga rompiéndose el cuello cuando uno de estos se cruza en tu camino. ¡Espectacular!