Viejas glorias: esta es la historia del Ford Sierra RS Cosworth

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Dos gigantes caminando de la mano con un único objetivo: crear un artefacto super eficaz.

El Ford Sierra RS Cosworth es uno de los Ford más queridos por todos, especialmente por los fans de la marca del óvalo. Hoy vamos a hacer un repaso a su historia, tal como ya hice hace unos días con uno de sus posibles rivales de la época, el Lancia Delta HF Integrale. ¿Qué comparten ambos modelos? Su gen de competición, fundamental para entender su existencia y su razón de ser. La historia del Ford Sierra RS Cosworth comenzó en 1983: ponte el cinturón, viajamos 34 años hacia el pasado.

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Stuart Turner siempre ha estado relacionado con la competición y sus aspiraciones no cesaron cuando en 1972 llegó a Ford procedente de BMC o Castrol Competitions. Años más tarde, llegó a ser el responsable de Ford Motorsport en Europa y tenía algo en mente: debía ayudar a recuperar la competitividad de Ford en el mundo de la competición. Para ello pensó en un campeón para el Grupo A de rallys y rápidamente se alió con Walter Hayes para este proyecto. Este había participado en el desarrollo del Ford GT40 y del motor Cosworth DFV con el que el que esta empresa británica había conseguido 154 victorias en la Fórmula 1 entre los 60 y los 70. Un buen aliado.

Cosworth al frente del proyecto

Turner lo tenía claro: el socio fundamental para este proyecto debía ser, una vez más, Cosworth. Deja que te hable un poco de ellos: En 1958, dos empleados de Lotus Engineering, Mike COStin y Keith DuckWORTH fundaban la empresa Cosworth, especializada en la construcción de motores. Desde el primer minuto, Cosworth y Lotus comenzaron una relación sólida que más tarde iba a ser apoyada por un gigante, Ford. El desarrollo del motor Cosworth DFV de tres litros fue el punto de inflexión de esta compañía: Duckworth se encerró semanas en su casa para crear un V8 de 2.993 cc que casó como anillo al dedo con el Lotus 49.

Ford Sierra RS Cosworth

El éxito fue tan rotundo que Cosworth se hizo realmente famoso como constructor de motores y consultor de ingeniería para muchas empresas que buscaban deportividad y prestaciones. Pero Ford mantenía una posición dominante sobre ellos, así que cuando Turner quiso crear lo que tenía en mente, supo desde el primer momento que Cosworth debía estar involucrado en su desarrollo. Cuando este visitó sus instalaciones junto con vicepresidente de desarrollo, Ken Kohrs, se llevaron una sorpresa: Cosworth ya estaba desarrollando, por iniciativa propia, el motor YAA, una versión evolucionada del bloque T88 y la base ideal para ganar en el Grupo A de rallys.

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Ford pidió una versión sobrealimentada, con una potencia superior a los 180 CV para la versión de calle y de 300 CV para la versión de competición. Cosworth dijo que no habría problema, pero puso dos condiciones: la mecánica debía producir más de 150 kW (204 CV) y Ford tendría que aceptar al menos una producción de 15.000 motores. Turner solamente necesitaba 5.000 motores para poder homologar esta versión, pero aceptaron.

El motor ya lo tenían y solamente necesitaban ir juntando las piezas del puzzle para que el éxito fuera rotundo. Se decidió utilizar la versión de tres puertas del XR4i con ciertas modificaciones, ya que era más ligero y mas rígido. También se cuidó mucho la aerodinámica y se realizaron numerosos test en el túnel del viento y en el circuito de Nardo, en Italia: el enorme alerón trasero era necesario para que a alta velocidad el coche siguiese tocando el asfalto. Se optó por utilizar una caja de cambios Borg-Warner T5 sacada de un Mustang pero con numerosos cambios para poder funcionar bien con el nuevo motor Cosworth.

Carlos Sainz, en su Ford Sierra RS Cosworth.
Carlos Sainz, en su Ford Sierra RS Cosworth.

Fabricante, Satton Images, Getty Images, Auto Bild

Las piezas iban encajando, pero en 1984, Walter Hayes, socio de Turner en este proyecto, se iba a llevar un chasco: como ya sabes, la homologación para el Grupo A exigía la producción de 5.000 ejemplares para la calle y estas, evidentemente, tenían que ser vendidas. Hayes visitó los concesionarios para ver cómo veían el asunto y estos le dijeron que podían vender unos 1.500 coches. No obstante, Hayes pasó un poco de ellos y siguió para adelante: ya tenían todo listo y a estas alturas no iban a tirarse atrás.

Ford Sierra RS Cosworth: 204 CV y 275 Nm de par

El Ford Sierra RS Cosworth se presentó en el Salón de Ginebra de 1985 y los planes pasaban por empezar las entregas en septiembre de ese mismo año y cuya producción terminaría en el verano de 1986. Finalmente la producción no empezó hasta 1986 y las especificaciones mecánicas fueron las siguientes: el motor de cuatro cilindros y 1.993 cc contaba con un turbo Garrett T3, cuatro válvulas por cilindro, dos árboles de levas en culata, pistones forjados, etc: 204 CV a 6.000 vueltas y 275 Nm de par a 4.500 vueltas: el 80% de este se entregaba a 2.300 revoluciones. 

Las prestaciones estaban a la altura: aceleraba de cero a cien en 6,5 segundos. También contaba con suspensión independiente en las cuatro ruedas y discos de freno también en todas las ruedas, autoventilados los delanteros. Estéticamente era imponente y rápidamente se confirmó como un deportivo muy eficaz, muy rápido y muy divertido de conducir. Destacaba por su equilibrio y su facilidad de llevar rápido, aunque también tenía sus peros: el principal, su alta rumorosidad.

Ford Sierra RS Cosworth

Finalmente se produjeron 5.542 unidades, aunque en realidad 500 de ellas fueron enviadas a Tickford para el desarrollo del brutal Ford Sierra RS500 Cosworth, que contaba con un motor mejorado, con un turbo Garrett T04 más grande y distintas mejoras, tanto mecánicas como dinámicas y estéticas: toda esta serie se produjo en exclusiva para el mercado británico, todas ellas con el volante a la derecha.

No obstante, a diferencia del Lancia Delta, el coche era muy interesante en la calle pero no obtuvo grandes éxitos en el mundo de la competición. El principal problema del proyecto era la ausencia de la tracción integral, algo que hizo que el Deltona lo destrozara con facilidad: la versión XR 4x4 contaba con un chasis excelente, pero su motor apenas producía 200 CV. La única victoria del Sierra RS Cosworth en el Mundial de Rallys fue en el Rally de Córcega de 1988, con Didier Auriol y Bernard Occelli a sus mandos.

Evolución del Ford Sierra RS Cosworth

Como bien recordarás, la condición de Cosworth para producir el motor YBB era la producción de, al menos, 15.000 motores. La producción del Sierra RS Cosworth apenas había superado las 5.500 unidades, por lo que quedaban muchos motores en la chistera. La solución se llamó Ford Sierra Sapphire RS Cosworth, una versión de cuatro puertas que personalmente me parece muy interesante: es mucho más discreto y es el ejemplo perfecto de lobo con piel de cordero. Montaba el mismo motor YBB y el coche se ensamblaba en Bélgica. Se produjeron 13.140 ejemplares entre 1988 y 1989 y era capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 6,1 segundos.

Ford Sierra RS Cosworth

En 1990 llegó la tercera generación del Ford Sierra RS Cosworth y, sin duda, la versión más atractiva. Solucionaba alguno de los problemas del Sierra original, como por ejemplo la vetusta caja de cambios: ahora contaba con una nueva transmisión Ferguson MT75. Se decidió optar por la versión de cuatro puertas, ya que parecía tener un mejor comportamiento comercial. Pero sin duda, la principal característica de esta versión era la incorporación, por fin, de la tracción a las cuatro ruedas. El éxito comercial fue el mayor de la saga y su producción aguantó hasta 1992, cuando el Sierra fue sustituido por el Mondeo y el Sierra RS Cosworth dejó su lugar al Ford Escort RS Cosworth, que montaba el nuevo motor YBT de Cosworth.

El paso del tiempo ha dejado al Ford Sierra RS Cosworth como una de las berlinas más espectaculares de todos los tiempos y, sin duda, uno de los Ford más queridos por los fans. Empezó una saga que ha llegado a nuestros días manteniendo un espíritu invariable: coches rápidos, muy eficaces y muy divertidos. El Ford Focus RS actual es el mejor representante de esta saga de pasión por los compactos deportivos.