9 grandes deportivos que nos ha brindado Renault Sport

Renault Clio V6
Una historia llena de modelos emocionantes

Renault ha sido una de las marcas de las que más se ha hablado esta semana. Tal y como mencionamos recientemente, su división deportiva Renault Sport ha sido absorbida por Alpine, lo que pone fin a décadas de historia fabricando variantes deportivas del fabricante francés. Por ello, hoy queremos hacer honor a esa trayectoria con una lista de los 9 mejores deportivos de Renault Sport.

1. Renault 5 Turbo (1980)

Renault 5 Turbo

No hay un mejor coche para empezar esta lista. Con un motor de 1,4 litros turbo detrás de los asientos y tracción trasera, sigue una receta que solo se ha repetido en las propias oficinas de Renault Sport. Como todos los coches icónicos más locos, surgió de la necesidad de cumplir las normativas de los coches de carreras del momento, y su forma caricaturesca es obra del mismo tipo -Marcello Gandini, de Bertone- que diseñó el coche que estaba destinado a batir: el Lancia Stratos.

Su potencia no era descomunal, pero la maestría con la que Jean Ragnotti condujo el suyo le ha hecho merecer una gran porción del salón de la fama de los rally. Este no fue el primer 5 deportivo de Renault, pero sí es el más memorable.

2. Renault Clio Williams (1993)

Renault Clio Williams

Otro coche cuya forma surgió por las reglas del rally, aunque esta vez el motor era un atmosférico de 2 litros y estaba colocado como en cualquier otro coche de su segmento. Se colocó de manera un tanto hilarante bajo el capó para impulsar las ruedas delanteras a través de una transmisión manual de cinco velocidades.

Era más seguro que otros como el Peugeot 205 GTI, pero no por ello era menos radical. Estaba situado entre el peligro de los coches de los años 80 y la madurez de los de los años 90. Además, contaba con los asientos deportivos más lujosos de la época, así que fue uno de los mejores del momento.

3. Renault Sport Spider (1995)

Renault Sport Spider.
Renault Sport Spider.

Un aviso: este no es uno de los mejores. Pero si en la historia ha habido coches demasiado especiales que han necesitado un esfuerzo añadido para exaltar sus valores, el pequeño speedster de Renault es uno entre ellos. La marca incluso usó sus propios coches como extras de fondo aburridos que exageraran su carácter especial en fotografías de promoción como la de arriba.

La historia del Spider podría haber sido más larga si Renault no hubiera tenido la mala suerte de lanzarlo a mediados de los noventa, justo cuando Lotus sacaba un pequeño deportivo llamado 'Elise'. Aquel coche era 200 kilos más ligero y significativamente más convincente a la hora de conducirlo, por lo que el Spider salió perdiendo. Por ello, que Renault Sport ahora haya sido absorbido por Alpine y esté trabajando con Lotus en un nuevo deportivo eléctrico, no deja de ser curioso.

4. Renault Clio V6 (1998)

Renault Clio V6

¿Recordáis el 5 Turbo del principio de esta lista? Lo mismo hizo Renault a finales del pasado siglo cuando creó este pequeño utilitario de carácter trastornado. 

Era tan corto y ancho que casi parecía un coche cuadrado, y montaba el motor V6 de 3 litros de un Laguna que impulsaba a las ruedas traseras. En el más bonito -Clio V6 de primera generación de la foto-, eso llevó a un manejo bastante frenético. Así que, en el Fase 2 Renault le añadió potencia y pulió algunos detalles, lo que le está haciendo convertirse en un clásico realmente caro.

5. Renault Megane R26.R (2008)

Renault Megane R26.R

Enfrenta a un Clio V6 contra uno de estos y se desvanecerán todos los prejuicios que puedas tener contra los coches de tracción delantera. Quizás sea el coche de esta configuración con más talento del planeta. Renault eliminó todo el peso posible del ya de por sí decente Megane R26 para iniciar una guerra de compactos en Nürburgring.

Renault Sport le quitó 123 kilos al Megane. Eliminaron los asientos traseros, la radio y la mayoría de los airbags. Se le añadió un nuevo capó de carbono y unas ventanillas traseras de plástico para bajar aún más el peso. Fue creado para lograr un buen tiempo de vuelta, pero el resultado fue un compacto biplaza que te puede dejar más satisfecho que muchos superdeportivos diez veces más caros.

6. Renault Clio 200 Cup (2009)

Renault Clio 200 Cup

Hasta su cuarta generación, el Clio RS estaba entre los coches de buen rendimiento más fiables a la venta. El 200 Cup fue el culmen de ese modelo y, para algunos, de los coches del en su conjunto.

Monta un bloque atmosférico de 2 litros con tanta potencia como se puede producir sin que un turbo te de todo lo que le pidas. Es un icono de los utilitarios deportivos y un coche que realmente te hace disfrutar.

7. Renault Twizy F1 (2013)

Renault Twizy F1

Seguro que ya lo habías olvidado. Nunca llegó a la producción, y en parte está aquí para evitar que esta parte de Internet se parezca a una discusión en un foro de fans de Clio. Pero mientras Tesla, Porsche y Lotus actualmente son aclamados por darle emoción a los coches eléctricos, nunca olvides que Renault Sport ya lo hizo en 2013.

Esencialmente, al pequeño Twizy se le montó el sistema KERS de un F1 y el volante de un F3. Fue un ejercicio de marketing para lograr algún objetivo -no estamos seguros de cuál- que nunca tuvo la oportunidad de llegar a las carreteras. Una pena, ¿no?

8. Renault Megane 275 Cup-S (2016)

Renault Megane 275 Cup-S

El sucesor del poderoso R26.R - el Megane 275 Trophy-R- recortó más de 20 segundos a su tiempo de Nürburgring y amplió aún más los límites de lo extremo en un coche con tracción delantera.

Y la versión de calle fue igual de impresionante. Hubo casi infinitas ediciones especiales en la tercera generación del Megane, pero Renault guardó lo mejor hasta el final: el Cup-S era un compacto práctico que tenía con todos los toques tecnológicos del Trophy-R. Eran elementos caros, pero muy tentadores en la lista de equipamiento opcional.

9. Renault Megane RS Trophy-R (2019)

Renault Megane RS Trophy-R.
Renault Megane RS Trophy-R.

Toma un coche de cinco puertas, quita los asientos de atrás, coloca llantas y frenos de fibra de carbono, y asegúrate de que se venda a unos 80.000 € con un margen de ganancia sorprendentemente pequeño.

El resultado es un coche tan fascinante como un Porsche Cayman GT4 de precio similar. De hecho, los dos podrían haber sido fabricados por el mismo equipo de personas dado su parecido. 

Es lo que resulta si dejas trabajar al equipo de Renault Sport con muy pocos límites. De ahí los caros componentes y el hecho de que el Trophy-R abandonase la dirección a las cuatro ruedas y la tecnología de cambio de levas del modelo base.

Uno solo puede imaginar las tensas discusiones en la sala de juntas resolviendo estos asuntos, pero tal vez los ingenieros sabían que este coche sería el que cerraría la cortina de Renault Sport. Sin duda, fue un fin a lo grande.