Tres razones por las que no se venden coches eléctricos

Prueba del Renault Zoe
Tres puntos de vista parecidos
Upday

Las razones por las que los coches eléctricos no se venden más son muchas. De hecho, es probable que cada persona que alguna vez se lo ha planteado y al final ha optado por otro tipo de solución, tenga su propio por qué.

Pero nosotros hemos querido aclarar la situación, así que hemos preguntado a varios compradores que 'casi' se hacen con un coche eléctrico el por qué de su paso atrás. 

Para ello hemos hablado con amigos, amigos de amigos y conocidos de amigos de amigos. El primero ha sido Miguel. Tiene una pequeña empresa y se llegó a plantear una Nissan eNV para el reparto de pedidos de 'último kilómetro'. Al final optó por una Citroën Jumper.

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Por otro lado están Alberto y Carla, que viven en un chalet a las afueras de Madrid y que buscaban coche pequeño. La idea era hacerse con un Renault Zoe o un Smart ForFour, pero la elección final fue un Seat León.

Por último, hemos podido hablar con Javi y Ana, que viven en un pueblo del valle del Baztán, en Navarra. Querían un Hyundai Kona eléctrico, pero optaron por uno de gasolina.

Todos ellos estaban medio convencidos a la hora de tomar la decisión. Miguel me aseguró que incluso sigue pensando que la furgoneta eléctrica hubiera sido una buena elección, pero que la decisión final vino tomada por la flexibilidad que le da un furgón diésel, ya que en ocasiones tiene que hacer cientos de kilómetros para cargar materia prima.

"Es cierto que me olvido de cambios de aceite y de la fluctuación del combustible". ¿El principal motivo de la no-compra? El precio: por la eNV recibió una oferta interesante, pero con la Citroën Jumpy se ahorró más de 6.000 euros. "En esos 6.000 euros hay muchos litros de gasóleo y mantenimientos".

Así que el precio es uno de los factores decisivos. Veamos.

Razones por las que no se venden coches eléctricos: el precio

Ayudas coche eléctrico 2018

Está claro: los coches eléctricos no son precisamente baratos. Javi y Ana, la pareja de Navarra tenía claro que querían un Kona eléctrico desde que lo vieron en el concesionario. "El problema vino a la hora de preguntar por el precio. Nos hicieron una buena oferta unida al descuento oficial, pero se nos quedaba rondando los 35.000 euros, lo que nos parecía demasiado teniendo en cuenta el tipo de coche que es y su uso: básicamente, ir y venir a trabajar y moverme por el pueblo", dice Alberto. 

No pensaban superar los 10.000 km y además tienen un monovolumen para ir con la familia (son cinco más un perro... ¡y un loro!). Al final, el ahorro en combustible y el apoyo al medio ambiente queda en un segundo plano, reconoce. Optaron por el mismo modelo, pero de gasolina: un 1.0 de 120 CV y acabado alto. En total, con el descuento de la marca por financiarlo y el coche viejo que entregaron a cambio (les dieron 1.500 euros), se les quedó por poco más de 18.000 euros. "Demasiada diferencia".

Es la misma línea que siguen los otros dos protagonistas de este reportaje. Las razones de Miguel para optar por un furgón diésel ya las conocemos, así que vamos al caso de Alberto y Carla. Alberto lo tiene claro: "Mi próximo coche, con suerte, sí será eléctrico, porque supongo que bajarán los precios. Creo que el futuro del planeta pasa por dejar de emitir CO2". También reconoce que comprar un coche nuevo para hacer 15 km al día puede sonar un poco excesivo. "Un lujo innecesario, pero lo cierto es que las comunicaciones donde vivo son complicadas y al final necesito autonomía". 

"Al ser un segundo coche, buscábamos algo pequeño", continúa Alberto. "A mí me gustaba el Renault Zoe, así que nos acercamos a verlo. Los 20.000 euros que anuncian me parecían bastante atractivos, pero luego me explicaron que eso era con el alquiler de la batería. En mi caso, 79 euros al mes, moviera el coche o no. Al final, eso era más de lo que me gastaba al mes en gasolina con mi coche viejo. Sin alquiler de baterías salía mucho más caro (unos 27.000 euros). También miré el Smart ForFour, pero me seguía pareciendo demasiado dinero para lo que es. Al final, acabé con un Seat León con el motor de gasolina de 130 CV y algunas opciones por 18.000 euros (la marca hace un descuento de unos 3.000)".

Razones por las que no se venden coches eléctricos: la autonomía

Prueba Nissan Leaf

En general es una de las preocupaciones principales. Un buen día de reparto, Miguel puede hacer casi 200 km entre el centro y algunas ciudades de la periferia. "En Nissan me dijeron que la autonomía en ciudad es de 300 km y el mixto ronda los 200, pero que podía recargarlo casi al completo en una hora o así. Es el otro problema que le veo en mi situación, tener que buscarme una hora para recargarlo, y no del todo. Quizá a la hora de comer, pero no tengo horarios fijos, así que...".

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En el caso de Alberto y Carla esto no hubiera sido un inconveniente: "viviendo cerca de Madrid, cualquier cosa con 100 km nos vale más que de sobra, así que eso para nosotros no suponía demasiada dificultad... relativamente". 

Tampoco para Javi y Ana hubiera supuesto mayor problema. Hace dos años tuve un Nissan Leaf durante un par de días, nos cuenta Javi. "Me entraba el ansia de la autonomía: con un coche normal, te quedan 90 km y vas tan tranquilo, pero con el eléctrico, acababa apagando hasta el climatizador para aumentar en algunos kilómetros el alcance. Porque claro, a ver dónde 'repostas' el coche".

Razones por las que no se venden coches eléctricos: la recarga y las infraestructuras

Prueba del Renault Zoe

Y eso nos lleva a la tercera razón por la que no se venden tantos coche eléctricos: la recarga. Miguel dice que andar buscando un punto de carga puede ser un engorro. Le pregunto si buscar gasolinera no lo es. "En realidad sí, pero sabes que si un surtidor está lleno, te vas a otro. Y si solo tiene uno, en cinco minutos se va el de delante y ya te toca. Con los puestos de carga, tienes que rezar por que esté libre y por que funcione. Y luego, qué haces, ¿te bajas y te vas a dar una vuelta?".

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Javi opina parecido. "En mi pueblo en Navarra no hay nada, pero ahí daría lo mismo porque lo cargaría en casa. Luego, eso sí, mi radio de acción me haría moverme sin red de seguridad. El cargador más cercano lo tengo a unos 12 km y no sé si habrá más en los alrededores. Podría ir a pasar el día a Pamplona con el eléctrico, pero necesitaría andar llamando a algún hotel o gasolinera para ver si me reservan un punto, si son gratis, o, si cuestan dinero, por cuánto me saldría". 

En cuanto a Alberto y Carla, los puntos de carga estarían un poco en segundo plano: "La verdad es que eso no me acababa de preocupar tanto como la autonomía, ya que puedo cargarlo en casa y además en mi localidad hay algunos cargadores públicos, así como un centro comercial que puedo utilizar de manera gratuita". Pero sí que es algo que tienes en mente.

"Cuando dudaba entre el coche eléctrico o el normal, me hice un Excel con los puntos a favor y en contra de uno y otro. Al final, el eléctrico ganaba en muchos aspectos y el de gasolina... bueno, en dos bastante importantes, la comodidad de uso y el precio. Al final, por desgracia, eso es lo que más pesa", resume Alberto.