Un estudio realizado por JD Power 2024 US Original Equipment Tire revela que los neumáticos de los vehículos eléctricos se desgastan más rápido que los de coches con motor de gasolina. Ese desgaste se debe al mayor peso del vehículo y al par momentáneo de los motores eléctricos, que provoca que se quede más caucho impreso en el asfalto, aunque no quieras.

Según los expertos, en algunos casos, se pierde entre un 10 y un 30 % más de desgaste que los de motor de combustión interna. Muchos de estos eléctricos vienen con ruedas más grandes y paredes laterales con perfiles más bajos, con lo que ese tipo de neumático es más caro. 

A lo ya comentado hay que añadir el frenado regenerativo, ya que cuando levantas el pedal del acelerador, el coche disminuye la velocidad sin pisar el pedal del freno. Esto provoca que se cree una fuerza en la dirección opuesta y que la goma vuelva a hacer fricción. Es como se aceleraras, pero marcha atrás, po poner un ejemplo. 

¿Cómo evitas riesgos con tu coche y ahorras combustible?

En un coche con motor térmico, el vehículo cuenta en sí con sólo un 25 % de eficiencia. Y sólo el 5 % de esa eficiencia se ve afectada por los neumáticos. El tren motriz de un vehículo eléctrico tiene una eficiencia cercana al 80 %, haciendo que las gomas cobren un mayor protagonismo. 

Según se refleja en el estuio, el 16 % de la eficiencia del coche proviene de los neumáticos, con lo que todo ello conlleva. De hecho, ya hay fabricantes de neumáticos que están desarrollando ruedas específicas para coches de cero emisiones.

La solución mientras llegan los neumáticos perfectos para eléctricos que duren más y aún así brinden el agarre óptimo en la mayoría de las circunstancias es controlar el modo de conducción. O lo que es lo mismo, conducir con suavidad, porque la masa de los vehículos electrificados es alta y la física no entiende de reglas si no son las suyas.

¿Cómo deben ser los neumáticos de un coche eléctrico?

Los coches con motor de combustión interna montan unos neumáticos anchos con un perfil bajo. Las ruedas de coche eléctrico son diametralmente opuestas, ya que su diseño ha evolucionado hacia un neumático alto y estrecho que reduce la superficie de fricción.

Los fabricantes de este tipo de gomas buscan disminuir el ruido que llega al interior del coche y aumentar la autonomía del vehículo, sin reducir la seguridad ni la vida del neumático. Normalmente, estos vehículos suelen destinarse  para circular por ciudad, por lo que se prima reducir el consumo atendiendo al mayor número de frenadas que se hacen en la urbe.