El próximo coche eléctrico de Tesla está muy cerca, aunque aún se sabe muy poco de él. Por el momento es prácticamente seguro que se tratará de un compacto dedicado al ámbito urbano y que su precio partirá desde los 25.000 euros, a falta de datos de motor y prestaciones.

Esto lo convertiría en el Tesla más barato y ampliaría el espectro de compradores enormemente, incluso en países con perspectivas de compra de vehículos eléctricos muy relativas, como es el caso de España. El coste de fabricación de los coches EV ha disminuido mucho en estos años, y la marca estadounidense quiere aprovechar la oportunidad.

Un coche compacto de Tesla es el futuro inmediato de la compañía

En palabras del propio Elon Musk durante la presentación del Tesla Model Y hace tiempo, confirmó que el próximo desarrollo tendría un precio de la mitad de lo que cuestan el Tesla Model 3 y el propio SUV lanzado recientemente para complementar la oferta junto al Model S. Algo que lo coloca directamente en pleno enfrentamiento con el Volkswagen ID.3 o el Cupra Born.

Se trata de un segmento realmente interesante, y otras marcas también están llegando con interesantes alternativas, como es el caso del MG4 Electric. La sociedad europea de clase media-alta busca vehículos de cero emisiones con los que acudir a grandes ciudades y no recorrer más de 200 kilómetros diarios de media.

A partir de ahí y del citado precio de 25.000 euros, toca prestar atención a las especificaciones. Tesla, por su parte, apunta a una autonomía de hasta 400 kilómetros en este ámbito, con un interior tecnológico y espartano, como acostumbra con sus demás modelos.

Uno de los principales puntos a resolver es el lugar de fabricación, que influirá evidentemente en los costes para el consumidor. Actualmente se barajan dos opciones: la gigafactoría de Shanghái en China o el centro de producción de Berlín-Brandenburgo en Alemania.

De hecho, el emplazamiento europeo se centra actualmente en el nuevo Tesla Model Y con datos que quieren llegar a las 5.000 unidades semanales de producción, siempre y cuando las cadenas de suministros puedan soportar esa demanda de materiales.

Eso se traduce en una cifra anual de 260.000 coches, que representa algo más del 50% de la capacidad (teórica) de las instalaciones a pleno rendimiento energético y de personal. En definitiva, las cartas parecen ser firmes. Ahora solo falta que Musk enseñe su mano y de comienzo el proyecto que puede ser la gallina de los huevos de oro hasta 2030.