¿Podría este revolucionario motor cambiarlo todo en el coche eléctrico?

Vitesco ha fabricado un nuevo motor eléctrico (Vitesco).

Gustavo López Sirvent

La clave de este propulsor es que elimina las llamadas 'tierras raras' con lo que dispone de una mayor eficiencia energética y de costes de producción.

 El 44° Simposio Internacional del Motor, que tuvo lugar en el Centro de Congresos Hofburg de Viena, ha servido para que más de 80 importantes ponentes de la ciencia, así como de la industria automotriz y de las empresas de proveedores expongan sus novedades al mundo y se debata sobre el futuro de la movilidad.

En esta cita ha estado Vitesco, uno de los principales proveedores de propulsores del mundo, que ha aprovechado para presentar su cuarta generación de su plataforma para coches eléctricos. Esta nueva arquitectura ofrece unas cualidades hasta ahora inéditas en el planeta de la automoción, que, además, podrían cambiar el concepto del sector.

Debemos recordar que los motores eléctricos que se usan ahora llevan como una especie de electroimanes, es decir, que se mueven gracias al magnetismo que se crea al pasar la corriente eléctrica. Para obtener esta fuente deben usar materiales con propiedades magnéticas, lo que se conoce como tierras raras

El resultado de emplear esas tierras raras tiene varias lecturas: la primera es el encarecimiento del producto; y el segundo que son elementos con los que a la postre son difíciles de trabajar, lo que también genera problemas ecológicos.

Por eso, la idea de Vitesco es prescindir de las tierras raras y de elementos químicos como el neodiminio, que es elemento frecuente en los motores de hoy en día y opta por una configuración completamente diferente, ya que utiliza un rotor sin imanes permanentes y de excitación separada, en vez de permanente como en la actualidad.

Esta revolucionaria tecnología utiliza bobinas para crear el magnetismo necesario para que el motor funcione. Este hecho provoca que las bobinas se exciten al pasar la corriente eléctrica por el exterior de la carcasa. A esta técnica se la ha bautizado como 'Máquina Síncrona Externamente Excitada' ('EESM'). 

Varias y positivas son las virtudes de esta 'EESM': En primer término, abarata sus costes de manera sustancial, ya que no utiliza tierras raras. En segundo lugar, vamos a contar con un motor con mayor eficiencia, puesto que al no haber un campo magnético permanente que frene el rotor, se podrá sacar tajada a la inercia del coche a la hora de circular.

Según el fabricante, este factor permitiría ahorrar hasta un vatio-hora de electricidad por cada kilómetro con respecto al motor tradicional de imanes. El único pero que tiene es que necesita un módulo de control externo que hace que ocupe un poco más de espacio que un motor eléctrico convencional.

Etiquetas: Tecnología