Renault, Volkswagen, Volvo y Ford bloquean sus inversiones en coches eléctricos

Fabricación del Volkswagen ID.3 en la planta de Zwickau

Gustavo López Sirvent

Estas cuatro marcas han echado el freno a sus inversiones debido, en gran parte, a las previsiones de Tesla, que decían que el 2024 no iba a ser nada halagüeño en ventas. A eso hay que añadir que la propia comercialización de vehículos eléctricos sigue en picado y no levanta el vuelo.

La caída en las ventas de coches eléctricos es un hecho y así lo reflejan los datos. Al menos, en Europa. Si ya Tesla (el número uno del segmento) pronosticó que su 2024 no va a ser halagüeño en comercialización de vehículos, el resto, imagina. De momento, ya hay marcas que van a bloquear sus inversiones para no desangrarse económicamente.

Volkswagen, Volvo, Renault y Ford ya han dado señales de que van a bloquear su pecunio para no tener pérdidas importantes con los vehículos de cero emisiones. 

Yendo por partes, según la información de Cinco Días y que recogen nuestros compañeros de Business Insider, ya hay dos marcas como Renault y Volkswagen que han tomado la decisión de detener sus planes de sacar a bolsa sus respectivas divisiones de vehículos eléctricos. La previsión de Tesla y las escasas ventas, sus principales argumentos.

La marca del rombo comunicó que suspendía la salida a bolsa de Ampere, su filial de coches eléctricos. Además, los propios accionistas de la compañía francesa alaban esta medida, ya que podían llegar a ver como una carga este constante soporte a la industria del vehículo de cero emisiones que, en la actualidad, no da beneficios.

La película discurre casi por los mismos parámetros en Volkswagen. La firma alemana tenía la intención de sacar a bolsa PowerCo, su división de baterías. La compañía aduce que hoy por hoy no es el momento adecuado por mor de la situación de este segmento. Aun así, desde la casa de Wolfsburgo indican que el interés de los inversores en PowerCo “sigue siendo alto”. 

Si nos vamos a lo que sucede en Volvo, veremos que la compañía sueca anunció hace unos días que dejaría de inyectar dinero en Polestar y le traspasaría la responsabilidad al grupo chino Geely Holding, que ha recogido el guante y ha asegurado la continuidad de la firma de coches eléctricos de lujo mediante un comunicado en el que anuncia que seguirá prestando apoyo operativo y financiero.

El motivo de la huida de Volvo es que Polestar está en fase de lanzamiento como marca eléctrica y como tal, necesita de un gran músculo apoyo financiero externo constante para cuadrar sus cuentas, que prevé equilibrar a partir de 2025, pero hasta entonces, supondría un gasto importante para las finanzas de Volvo. Y ahí Geely toma el mando para no condicionar la economía de los suecos.

Y por último, nos centramos en el caso de Ford. La marca de Detroit ha comunicado que va a reducir su participación en la empresa de coches autónomos Cruise para "frenar la quema de efectivo". Aun así, la firma anuncia que sigue comprometida con la empresa, a pesar de tener dos investigaciones abiertas por el atropello a un peatón.

Tesla, el culpable de este frenazo

Todo el miedo que hay entre los citados fabricantes llega por culpa de la compañía de Elon Musk. Desde su presentación de resultados, las acciones de la empresa estadounidense han caído un 10% y su valoración bursátil se ha reducido en 65.100 millones de dólares, unos 59.900 millones de euros. 

Ha habido motivos para este desplome, en concreto, el hecho de no cumplir ni con sus plazos de entrega — el último ejemplo ha sido el Cybertruck — ni con la llegada de productos nuevos, como los coches autónomos. La desazón en los inversores tiene sentido...