La entrada en vigor de la nueva ley de emisiones ha obligado a los fabricantes a apostar fuerte por la electrificación. Es el caso de Volvo, que acaba de lanzar el XC40 eléctrico y ultima el estreno del Volvo XC90 eléctrico.

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El Volvo XC40 Recharge 2020 es el primer modelo que lanza la marca sueca. Se basa en la plataforma CMA, que es la que utilizan los modelos compactos de combustión como el propio XC40, pero también el Volvo C30 y el próximo V40. Ah, y también el Polestar 2 (puedes leer aquí la prueba).

Con la base del Polestar 1

En el caso del XC90 eléctrico, se utilizará una plataforma más grande, la SPA. Tiene todo el sentido, pues es la misma que utiliza el Polestar 1, y además concuerda con la idea que tienen en Volvo de lanzar un modelo eléctrico en cada familia de modelos que sin duda se va a expandir por encima: sobre esta base también se asientan los XC60, S60, S90 y las versiones familiares de estos dos últimos.

Volviendo al Volvo XC90 eléctrico, que llevará el apellido Recharge de manera oficial, se fabricará en la planta de la marca en Carolina del Sur, en Estados Unidos, y probablemente llegará al mercado en un par de años. Eso quiere decir que aún queda bastante tiempo, por lo que no se sabe nada más al respecto en cuanto a mecánica, baterías y demás. 

Si echas un vistazo a su hermano menor, el XC40 ha llegado con una batería de 78 kWh con la que ofrece una autonomía de 400 km y una potencia de 408 CV procedente de dos motores de 150 kW (204 CV) que además lo convierte en un modelo de tracción integral.

Por eso, no sería de extrañar que la configuración del Volvo XC90 eléctrico fuera parecida, si no igual: quizá el único impedimento para poder mantener la configuración tal cual se dé en que el peso del SUV grande de Volvo será bastante mayor y, por lo tanto, la autonomía se vería afectada.